Si buscamos en fuentes oficiales qué es un pueblo, encontraremos por definición algo así como: lugar donde vive poca gente y no pasan grandes cosas. Pero si le pregunto a mi abuela, una fuente con más historia, me dirá que un pueblo es cualquier lugar; y que si no se ve desde su ventana, es entonces el Pueblo Aquel, porque el suyo es el Pueblo Este. Desde temprana edad, me cansé de vivir en un sitio en el que no pasaba nada y visité otros lugares donde pasaba demasiado. A la vuelta, me encontraba siempre dos tareas: deshacer la maleta y responder una pregunta. “Paulita, ¿Qué tal por el Pueblo Aquel?”
Paula Villagra
Playa del Silencio. Asturias. Al borde de aquel acantilado llegué de la mano de una chica
que no conoces. De Gijón. El agua estaba revuelta y las piedras frías.Paula VillagraTrayecto Üsküdar - Beşiktaş. Estambul. El primer día que crucé el Bósforo, lo hice en un
barco repleto de mujeres desconocidas. Unas de pelo suelto y otras de pelo escondido.Paula VillagraErmita de San Miguel Alto. Granada. Ángela, la nieta de La Jesusa, fue quien me hizo
subir hasta allí arriba. A nuestras espaldas, un hombre tocaba la guitarra. De frente, la
Alhambra.Paula VillagraPuente de los pescadores. Estambul. Viviendo allí, hubo una semana en la que Ignacio y
Ángela vinieron a verme. De pronto, Aquel y Este eran tan solo redundantes.Paula VillagraHeybeliada. La mediana de las Islas Príncipe. Desde allí pareciera que los rascacielos
flotaran sobre el Mar de Mármara.Paula VillagraParque de El Retiro. Madrid. Hace ya cinco años que vine a este lugar. No está mal. Lo
que no termina de convencerme son sus censados. Desperté un domingo y resulta que
llevaban años haciendo piragüismo en un charco.Paula Villagra