_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El poeta y Alvise

Los radicales llegan al Parlamento Europeo vendiendo toxicidad y sin traer soluciones

Alvise Pérez votaba el domingo en Sevilla.
El cabeza de lista de Se acabó la fiesta a las elecciones europeas, Alvise Pérez, votando en Sevilla.Raúl Caro (EFE)
Víctor Lapuente

El mejor análisis de estas elecciones europeas lo escribió el poeta irlandés William Butler Yeats hace un siglo: “El centro no resiste (…) Los mejores carecen de toda convicción, mientras que los peores están llenos de apasionada intensidad”. Entre los verdes prados, Yeats debió tener una visión profética del rostro circunspecto de Macron y el exaltado de Alvise el domingo noche.

El Parlamento europeo se ha llenado de radicales, pero las familias políticas de la extrema derecha son las más desestructuradas. Son los partidos más cristianos, pero, no paran de separarse y arrejuntarse.

Y es que es difícil crear algo estable con quien sólo te une el odio. A los inmigrantes, izquierdistas, feministas, ecologistas, independentistas y cosmopolitas. Sin duda, la derecha populista ha captado el espíritu pesimista que reina entre los jóvenes. No es un temor infundado. Condenados a vivir peor que sus padres, muchos han abandonado las banderas postmateriales (medioambiente, derechos civiles y libertades democráticas) que ondearon sus progenitores, y se centran en las cosas del comer y el lugar donde vivir. Y la ultraderecha les da una caverna donde el eco de sus quejas reverbera… en la oquedad.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Sembrando rencor social, los extremistas han cosechado éxito electoral. Pero ¿podrán sostener su tirón con sus magras propuestas? Lo más sólido que ofrecen a los jóvenes es la indulgencia: la culpa es de los políticos, no sacrifiquéis vuestro estilo de vida, no dejéis el coche por la bici ni el bistec por el tofu. Atrás han quedado sus promesas concretas. Primero, los referéndums para salir de la UE. Ya no estamos bajo el influjo de las ensoñaciones de independencia nacional de Nigel Farage o Boris Johnson. Tras el fiasco del Brexit, ¿quién se atreve a defender que dejar la Unión es sensato? Y, segundo, los cierres de las fronteras a cal y canto. Ya no estamos en la crisis de refugiados de 2015, sino en un contexto opuesto. Tras los informes económicos que reclaman hasta 50 millones de migrantes antes de 2050 para compensar la caída poblacional que sufre Europa, ¿quién quiere echar el cerrojo a las puertas?

La derecha populista sólo vende toxicidad. Y los datos apuntan a que no trae soluciones, sino que empeora los problemas. Si los populistas te gobiernan, tu PIB crece menos; es decir, los “decrecentistas” son ellos. Y tus servicios públicos se deterioran.

Hoy ganan, pero no convencen. Y un día perderán, porque la sabiduría de la mayoría es lenta, pero siempre emerge en democracia. Saldremos de las cuevas. @VictorLapuente

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_