La vigorosa recuperación del mercado laboral en México

En días recientes se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de México correspondientes al primer trimestre de 2023. Las cifras publicadas revelaron una serie de resultados interesantes, la mayor parte de los cuales podrían considerarse como muy positivos.

En primer lugar, la tasa de desocupación nacional se ubicó en apenas 2,7% de la Población Económicamente Activa (PEA). Este es el nivel más bajo de este indicador desde 2005, fecha en la que inicia una serie comparable. Apenas un año atrás, en el primer trimestre de 2022, la tasa de desocupación era de 3,5%. El ajuste no es menor, ya que esto representa 400.000 personas desocupadas menos en un año. Lo más sorprendente de esto, sin embargo, es que entre 2002 y 2023 se incorporaron a la PEA en México poco más de dos millones de personas. Esto implica que la economía mexicana fue capaz de absorber y generar oportunidades laborales para más de 2,4 millones de personas en un año. Para dimensionar esta cifra, considere que esto equivale a prácticamente la totalidad de la PEA de un país como Costa Rica o a la suma de todas las personas empleadas en los estados de Aguascalientes, Zacatecas y Querétaro. Esto da una mejor idea de lo que significó la recuperación del mercado laboral en México entre 2022 y 2023.

Ahora bien, de los 2,4 millones de nuevos empleos generados en el último año, alrededor de 900 mil fueron para hombres y poco más de 1,5 millones fueron para mujeres. Este desbalance por género en la creación de empleo sugiere que la participación laboral de las mujeres aumentó en forma importante en este periodo (de hecho, pasó de 43,6% a 45,9%). Debe recordarse que, con motivo de la pandemia de la covid-19, muchas mujeres se retiraron del mercado laboral, presumiblemente para dedicarse a labores de cuidados de niños, enfermos o adultos mayores. Las cifras del primer trimestre de 2023 indican que esta situación ya se ha revertido por completo.

Otro resultado importante es el relativo a la mejoría en los ingresos de los trabajadores mexicanos y la disminución en la pobreza laboral de las personas ocupadas. Con las cifras de la ENOE, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) procedió a estimar sus indicadores trimestrales de pobreza laboral. Este concepto identifica a aquellas personas que no pueden adquirir una canasta alimentaria con sus ingresos producto del trabajo.

De acuerdo con el análisis del CONEVAL, el ingreso laboral real per cápita creció en 7,3% entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, al pasar de 2.850 pesos a 3.059. Este aumento ocurrió a pesar del contexto inflacionario, el cual se tradujo en un aumento en la inflación general por arriba de 7% y de un aumento de la canasta alimentaria por encima de 10%. Este aumento en los ingresos laborales reales per cápita se tradujo en una disminución de la pobreza laboral de la población en ese año, la cual pasó de 38,8% a 37,7%. La disminución más importante de la pobreza laboral ocurrió en el ámbito rural, ya que allí la pobreza disminuyó de 51,9% a 49,6% (es decir, en 2,3 puntos porcentuales), mientras que en las zonas urbanas se redujo de 34,7% a 34%.

Las cifras anteriores revelan que el mercado laboral mexicano se está recuperando en forma vigorosa, tanto en términos de volumen de empleo como de ingresos laborales. Esto es sin duda positivo para la economía mexicana, pero sobre todo para los trabajadores mexicanos. Sin embargo, tampoco debemos ser excesivamente optimistas. Buena parte de la recuperación observada en este último año se explica como resultado del rezago en la recuperación de la crisis económica atribuible a la pandemia. Recordemos que el PIB nacional apenas regresó a sus niveles prepandemia a fines de 2022. Así es que, en algún sentido, lo observado en el mercado laboral es todavía el efecto del proceso de reapertura de algunos sectores que no habían logrado recuperarse del todo (o que incluso aún no lo logran).

En cualquier caso, los indicadores recientes siguen siendo muy favorables en distintas dimensiones. El que la economía mexicana haya sido capaz de generar más de 2,4 millones de empleos en un año no es cosa menor. Que esto haya ocurrido acompañado de aumentos en los ingresos reales de los trabajadores, sugiere que la expansión del mercado laboral provino de un fuerte impulso por el lado de la demanda de trabajo. En general, la robustez del mercado laboral indica que la economía mexicana está sanando ya de la crisis de 2020 y que lo está haciendo en una forma más vigorosa y con mayor resiliencia que en crisis anteriores.