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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Teresa, Kichi y la palabra dada

Hay días en que las redes se convierten en un lodazal del que apenas pueden extraerse algunos soplos de esperanza

Teresa Rodriguez y José María González, Kichi, en Cádiz, el pasado mes de noviembre.
Teresa Rodriguez y José María González, Kichi, en Cádiz, el pasado mes de noviembre.Juan Carlos Toro (EL PAÍS)

Si en las últimas horas no ha entrado en Twitter, no lo haga, para qué, qué necesidad tiene de llevarse un sofocón. La cosa está más caliente que nunca, y eso que la incandescencia es el estado natural de una red social a la que buena parte del personal suele acudir a repartir estopa y otra para presenciar el espectáculo. Con decirles que en las últimas horas quienes más triunfan son el cantante José Manuel Soto, el portero Pepe Reina y la política Rosa Díez, ya se pueden ir haciendo una idea. Los últimos éxitos de la fundadora de UPyD son dos tuits casi simultáneos con fotografías de Pedro Sánchez. En el primero se ve un primer plano del presidente del Gobierno, en blanco y negro y de perfil, bajo la leyenda: “El rostro del tirano. Alerta a lo que estará preparando”. La segunda foto ya es en color, menos mal, pero el texto da incluso más miedo: “Dirige el golpe. E irá a por todas; hasta el final”.

José Manuel Soto anda preocupado por una cuestión de protocolo. Dice el cantante andaluz que en la foto finish de la estación de Madrid-Chamartín, adonde el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno acudieron a la inauguración de la línea de AVE a Murcia, Sánchez se adelantó unos pasos al monarca. “Camina delante del Rey”, escribe Soto en su cuenta de Twitter, “le da la espalda, saluda y entra al tren antes que Él. Es una falta de respeto y una humillación inaudita…”. La mayúscula en el artículo al referirse al jefe del Estado demuestra la devoción que le profesa, y la procedencia del vídeo que acompaña al tuit —un titular de Ok Diario que reza “Sánchez desprecia al Rey”— da la pista de por dónde abrevan sus ideas. El tuit hizo las delicias de sus 140.000 seguidores, que le regalaron más de 9.000 me gusta y más de 3.000 retuits. Hay que tener en cuenta que, a más leña a Sánchez, más retuits, posiblemente más seguidores y quién sabe si más conciertos. Para ello hay que demostrar una fe más fuerte incluso que la del líder de referencia. Si para el diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros lo de entrar en el AVE antes que el Rey no fue “ni ofensivo”, sino “simplemente de cateto”, para el cantante fue “una humillación inaudita”.

¿Y Pepe Reina? El mítico portero suplente de la selección y animador del vestuario también se ha convertido en las últimas horas en azote de Sánchez, y no solo. El guardameta, que tiene más de un millón de seguidores en Twitter, publicó un tuit a raíz de unas críticas al reparto de fondos europeos por parte del Gobierno español realizadas por la conservadora Monika Hohlmeier, presidenta de la comisión de control presupuestario del Parlamento Europeo. “¿No vamos a despertar?”, se preguntaba el cancerbero, “si fueran otros estaban con tanques en las calles...”. El ardor guerrero del guardameta lo ha llevado a fajarse con los diputados Gabriel Rufián y Pablo Echenique, zasca va, zasca viene, para regocijo de sus respectivas hinchadas.

En resumen, pocas razones, demasiadas soflamas y casi ninguna noticia alentadora. Si acaso, aunque sea en clave de despedida, la que han protagonizado Teresa Rodríguez y José María González, Kichi. Si el todavía alcalde de Cádiz anunció a finales de noviembre a través de Twitter que se retira de la política —”Mantengo mi compromiso y no me presentaré a la reelección. Honestidad, coherencia y el valor de la palabra dada”—, ahora ha sido su pareja la que deja su escaño en el Parlamento andaluz. Seguirá en la política, pero compaginándola con su plaza de profesora de instituto. Llegaron a la política con un compromiso: “No ganar ni un euro más ni cambiarnos de barrio”. No es una noticia de impacto ni logrará muchos retuits, pero sí un soplo de aire fresco, cierta esperanza.

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