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tribuna
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Transparencia de las casas reales europeas

Los niveles de apertura informativa de las ocho monarquías parlamentarias europeas son en general insuficientes, lo cual constituye una asignatura pendiente respecto a la ciudadanía para estas instituciones fundamentales

Miembros de las distintas casas reales europeas posan juntos tras el enlace de los príncipes Estefanía y Guillermo de Luxemburgo, en octubre de 2012.
Miembros de las distintas casas reales europeas posan juntos tras el enlace de los príncipes Estefanía y Guillermo de Luxemburgo, en octubre de 2012.Handout (Getty Images)
Jesús Lizcano Álvarez

Una conclusión anticipada de este artículo es la manifiestamente mejorable transparencia de las casas reales europeas. Parece evidente que para conseguir un alto grado de credibilidad y sobre todo de confianza por parte de los ciudadanos, las monarquías actuales necesitan tener un alto nivel de transparencia y apertura informativa hacia la sociedad.

En las siguientes líneas vamos a hacer un breve análisis de los niveles de transparencia de las ocho monarquías parlamentarias existentes en Europa, esto es, las tres monarquías de los países escandinavos: Suecia, Dinamarca y Noruega; las tres monarquías del Benelux: Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, así como la monarquía británica y la monarquía española. Este análisis se basa en una veintena de aspectos o indicadores que tratan de evaluar la apertura informativa de estas casas reales en cuatro áreas: a) estructura y funciones de la casa real; b) transparencia e integridad de sus miembros; c) relaciones con la ciudadanía; d) transparencia económica y financiera.

En cuanto a la estructura y funciones de la casa real, cabe señalar, en primer lugar, que son solo dos casas reales, la de Luxemburgo y la de Noruega, las que publican información detallada sobre la estructura orgánica de la institución y la función de sus miembros y su personal de alta dirección. Tampoco son transparentes en su mayoría en cuanto a información sobre la oferta de empleo público o los procesos selectivos de su personal, ya que solo el Reino Unido, y parcialmente Luxemburgo, publican este tipo de información. Algo similar ocurre en cuanto a la publicación de la relación de puestos de trabajo o información detallada sobre la plantilla de empleados, puesto que solo Bélgica, y parcialmente Luxemburgo, publican información sobre esta materia. En cuanto a las agendas detalladas con las principales actividades previstas y las realizadas por los miembros de la casa real, son las de España, Bélgica y Noruega las que publican esta información.

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En lo referente a la transparencia de los miembros de la casa real, la española es la única de las ocho monarquías que publica información sobre los tres indicadores de esta área: en lo relativo al currículum y datos biográficos de los miembros de la casa real y su personal de alta dirección, son las de España y Suecia las que publican información suficiente, ya que las restantes seis casas reales publican solo parcialmente esta información. En lo relativo a la declaración de bienes o patrimonio, solamente la monarquía española, y ello desde fechas recientes, publica el patrimonio y bienes del rey Felipe; las otras siete monarquías no hacen pública esta información. También es la Casa del Rey española la única que publica un código ético o de conducta de la familia real y de los altos cargos y empleados de la institución.

En lo relativo a la interacción de la casa real con la ciudadanía, cabe señalar que las ocho casas reales presentan en su página web un buscador operativo y claramente visible. Sin embargo, son cinco las monarquías que incluyen un mapa web, con enlaces, que permite ver en un solo lugar la estructura de todos sus contenidos, concretamente: España, Bélgica, Países Bajos, Noruega y Suecia. En cuanto a los otros dos indicadores de esta área de transparencia, esto es, la existencia visible de un apartado o buzón para recibir directamente en la web opiniones, sugerencias o quejas de los ciudadanos, así como la publicación de un contador actualizado de accesos o visitas a las webs, ninguna de las ocho monarquías contienen esta información. En ambos casos la información sería útil para su transparencia e interacción con la ciudadanía.

En lo que respecta, por último, al área de la transparencia económica y financiera, cabe indicar el lugar destacado de la Casa del Rey española en esta materia, ya que hace públicos la mayor parte de los nueve indicadores que integran esta área. Por una parte, es la única casa real que publica los presupuestos detallados y su grado de realización; y solo Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo lo hacen parcialmente. También es la única de las ocho monarquías que publica una descripción del sistema de control y auditoría interna de la casa real. En cuanto a la publicación de las cuentas anuales, solamente la española, la noruega y la sueca, publican de forma integral estos informes financieros. En lo relativo a la información sobre fundaciones u otras entidades personal o institucionalmente vinculadas a la casa real, son solo Luxemburgo, Países Bajos y el Reino Unido quienes hacen pública de forma específica esta información. Por otra parte, ninguna de las ocho monarquías publica con detalle un inventario actualizado de los bienes adscritos a la casa real, si bien Dinamarca, Países Bajos, Noruega, el Reino Unido y Suecia, publican parcialmente esta información. Por otra parte, solo la Casa del Rey española publica información detallada de las donaciones y regalos recibidos por sus miembros.

Otro tema importante en materia financiera son los informes de auditoría o control externo de la casa real; en este caso son solo España, Noruega y Suecia quienes publican estos informes. En relación con los gastos relativos a los protocolos, la seguridad y los desplazamientos de los miembros de la casa real, ninguna de las ocho monarquías hace pública esta información. Por último, y en cuanto a información individualizada de las Contrataciones, únicamente la Casa del Rey española es la que hace públicos estos datos.

Finalmente, cabe resumir, en primer lugar, que los niveles de apertura informativa de las ocho monarquías parlamentarias europeas, al menos en relación con la veintena de indicadores utilizados en este análisis, son en general claramente insuficientes, lo cual constituye una asignatura pendiente respecto a la ciudadanía para estas instituciones fundamentales que ocupan las respectivas jefaturas del Estado. Por otra parte, y en cuanto a la Casa del Rey española, cabe señalar el importante avance que desde hace unos años se viene experimentando en la transparencia de esta institución, sobre todo por dos factores: el impulso explícito del jefe de Estado, el rey Felipe, y también en virtud de la inclusión de la Casa del Rey en la Ley de Transparencia, que la obliga a publicar un conjunto de informaciones relevantes, sobre todo en el área económica y financiera, lo que igualmente contribuye a ese lugar destacado de la Casa del Rey española en relación con las ocho monarquías parlamentarias europeas.

Esperamos, en definitiva, que en los próximos años estas ocho monarquías vayan aumentando su nivel de transparencia de forma acorde con las exigencias de una sociedad moderna, democrática y avanzada, como es la europea.

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