España no es país para viejos
Los lectores escriben de las dificultades que ponen los bancos a los más mayores, de las comparaciones en política, de las declaraciones de Mario Vargas Llosa durante la convención nacional del PP y las consecuencias de la erupción en La Palma
Mi madre nació en 1933, mi padre en 1935. En esa España en la que los más pobres, y más si vivían en el entorno rural, apenas podían ir a la escuela porque era prioritario tener para comer. Casi noventa años después, tanto la Administración como las grandes empresas les obligan a utilizar unos medios digitales para los que no están formados. En el primer caso, ya les ocurre si quieren citarse para el DNI o para ir a una oficina de la Seguridad Social. En el caso de los segundos, hace poco más de un año, su compañía telefónica les remitió una carta diciéndoles que les penalizaban la factura mensual si continuaban con su línea exclusivamente telefónica, ya que sólo hacen negocio con la fibra. Ahora es en su banco donde les dicen que si quieren utilizar el servicio de caja atendida, solo pueden sacar de su propia cuenta corriente más de 1.000 euros. Si quieren sacar menos, tienen que utilizar un cajero que no entienden. Parece que sólo nos acordamos de nuestros mayores cuando sus pensiones sirven de tabla de salvación ante crisis económicas.
Jorge Javier Prieto Becerro. Getafe (Madrid)
Comparamos lo incomparable
A veces los españoles nos empeñamos en comparar lo incomparable. Constantemente, pretendemos entender nuestra realidad política, en especial la de los partidos y su comportamiento en las asambleas y ejecutivos, en clave europea. Nos obcecamos en indignarnos por la cercanía del denominado centroderecha con la ultraderecha y observamos recelosos el cordón sanitario impuesto en Francia o Alemania por liberales y conservadores. Nos obcecamos para olvidar que el Vox que hoy tenemos existía ya, en la sombra, en el PP del pasado, y que sigue aún latiendo en el corazón del partido. Al fin y al cabo, la sangre es la sangre.
Alba Gavaliugov. Madrid
Mario Vargas Llosa y el PP
Mario Vargas Llosa, en su intervención en la Convención del PP, ha sintetizado certeramente —”Lo importante de unas elecciones no es que haya libertad, sino votar bien”— el criterio manifestado de forma reiterada desde las últimas elecciones generales, no solo por el PP, sino también por Vox, Cs y por personas relevantes como Juan Luis Cebrián, Felipe González o Julián Marías, entre otros, cual es deslegitimar los votos, y, por tanto, a los votantes, de Unidas Podemos, ERC o Bildu, por sumar sus votos a los del partido gobernante. O votas como yo pienso o no votas bien, y por ello tus votos no son válidos. Esa es la forma de entender la democracia por el PP y demás nombrados.
Francisco Linares Rodríguez. Valencia
Un nuevo hogar en La Palma
La emergencia habitacional en La Palma provocada por la erupción del volcán exige que las Administraciones, las entidades bancarias, grandes propietarios, hoteleros, asociaciones de alquiler turístico, etcétera pongan a disposición de los afectados residencias provisionales. Ojalá lleguen pronto los fondos de solidaridad de la UE, necesarios para que los palmeros recompongan los trocitos rotos del corazón, no en una nueva casa: en un nuevo hogar. Aunque pasará el tiempo, y siempre quedará la herida sin cicatrizar del todo. Lloro con ellos cuando lo que más repiten es que han dejado atrás toda una vida.
Eva María Cánovas Mollá. Elche (Alicante)
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