El precio de la indiferencia
Asombrados y con estupor vemos el asalto al Capitolio de EE UU, el mismo estupor que seguro que recorre la mayoría de los corazones republicanos. La normalización global de la crispación y el odio crea fracturas que hacen tambalear los pilares democráticos de nuestra sociedad. La tentación de apoyarse en esos movimientos negacionistas del desarrollo social les otorga un poder que pasa factura a toda la sociedad. Y su poder es nuestra indiferencia, indiferencia a que se traten igual los Gobiernos democráticos que las dictaduras, que inoculen el miedo a la inmigración, que se cuestionen las políticas de igualdad. Tal vez sea el momento de revisar los compañeros de viaje, desenmascarar las mentiras y promulgar la razón, para que nunca veamos cómo se nos hiela el corazón viendo cómo se fractura nuestra democracia frente al televisor. Tal vez aún estemos a tiempo.
Diego Asensio. Madrid
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