Ni salud ni dinero ni amor
Hoy estamos todos nerviosos en el vestuario, a punto de salir a jugar ese incierto partido para el bienestar y la economía que será 2021
Ni salud ni dinero ni amor
¿Qué quieres para 2021? Salud, dinero y amor. En dosis distintas, dependiendo de la edad. Si eres mayor quizás le das marginalmente más importancia a la salud, si eres joven al amor y si estás en medio al dinero. Aunque, ya seas una doctora por Cambridge o un obrero de la construcción, coincidirás en la importancia de esa suprema trinidad.
Pero ¿y si estás equivocado? ¿Y si andamos todos errados en nuestras prioridades vitales? Es lo que nos advertiría un filósofo estoico, de Zenón de Citio en la antigüedad a William Irvine en la actualidad.
Para los estoicos, las cosas de este mundo se dividen en dos categorías: A) lo que podemos controlar con la mente, como nuestras actitudes, opiniones, deseos u odios, y a lo que, sin embargo, prestamos poca atención; y B) lo que no depende sólo de nosotros, sino también del azar o la voluntad de los demás, como la salud, la riqueza, la fama o ser amados. Y a lo que, no obstante, dedicamos un interés desmesurado.
Nos pasamos la vida anhelando ser más ricos, más sanos y más queridos. Y es un callejón sin salida porque, si nos va mal, nos frustramos impotentes. Y, si nos va bien, quedamos atrapados en la perversa combinación de pavor a perder nuestra creciente fortuna y culpa por pensar que no estamos haciendo lo suficiente por aumentarla. Lograr éxitos en la categoría B, como la salud, el dinero o el amor, paradójicamente nos debilita. Siempre que centramos nuestras energías en la Categoría B perdemos libertad de espíritu, porque entregamos nuestra voluntad a las personas, como el jefe de la empresa, la persona amada o los seguidores de Instagram, cuyas decisiones nos hacen ganar dinero o fama.
Lo que debemos hacer es focalizarnos en la Categoría A: gobernar nuestro interior. Así alcanzaremos el objetivo de los estoicos: la ataraxia o mantener la mente imperturbable ante las circunstancias exteriores. Es la sensación que retrata el verso de Rudyard Kipling que preside la entrada para los tenistas de la pista central de Wimbledon: “Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Fracaso y tratar a esos dos impostores de la misma manera”.
Hoy estamos todos nerviosos en el vestuario, a punto de salir a jugar ese incierto partido para el bienestar y la economía que será 2021. Así que te deseo mucha Categoría A: que te mentalices para dar lo mejor de ti, no para ganar salud, dinero y amor. Feliz ataraxia. @VictorLapuente
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.