El misterio de Bildu
Pedro Sánchez ha conseguido, con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, hacer que una buena parte de los socialistas, aún heridos por las balas etarras se revuelvan contra su jefe
Al principio todos, menos ellos a sí mismos, los veíamos como unos grupos con el pelo cortado a hachazos, que ladraban antes que hablar. Antes de eso, una buena parte de la sociedad vasca biempensante —la que por ejemplo se anuda la corbata amarilla mucho antes de decidir a dónde va a mirar la próxima vez— se contentaba con despreciar a esa desagradable cuadrilla que mostraba su contento cuando quemaba autobuses municipales. Era fácilmente reductible a cifras. Pero llegó el tiempo en que los chicos y las chicas de esa generación buscaron otra estética. Y no hay ética sin estética, como afirmab...
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