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Alfredo del Mazo

El PRI expulsa de sus filas al exgobernador del Estado de México Alfredo del Mazo

La formación ha votado de forma unánime la expulsión del político a quien acusan de “traidor” por haber ayudado a entregar el poder al partido del presidente López Obrador en 2023

Alfredo del Mazo con López Obrador, en Toluca (Estado de México), en septiembre de 2023.
Alfredo del Mazo con López Obrador, en Toluca (Estado de México), en septiembre de 2023.Arturo Hernandez (Getty Images)
Erika Rosete

A solo unos días de la elección más grande en la historia de México, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha votado por unanimidad la expulsión del exgobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza. La Comisión Nacional de Justicia Partidaria del Comité Ejecutivo Nacional del PRI ha tomado la decisión de manera unánime este jueves, tras considerar una “traición” de Del Mazo el triunfo, en 2023, de la candidata de Morena en esa entidad, Delfina Gómez, que puso fin a casi un siglo de gobiernos priistas.

Del Mazo ha respondido con un extenso texto que subió en sus redes sociales. “No era mi voluntad manifestarme, pero ante la provocación expreso lo siguiente…”, escribió. Recordó que llevaba 30 años de pertenecer “orgullosamente” al PRI y agradeció lo aprendido durante este tiempo, señalando su respecto y reconocimiento a la formación. Luego cargó contra la dirigencia del partido, a la que acusó de haber “perdido el rumbo”. “No representa los principios y valores que dieron origen a nuestro partido. Se han olvidado de las causas sociales para poner por encima los intereses personales. Una dirigencia con resultados mediocres”, aseguró. Además, acusó a Alejandro Moreno de demostrar con sus hechos “ser alguien nada confiable, un mentiroso, cínico y traidor”. “No es necesario que él quiera excluirnos del PRI, su PRI, ni a mí ni a millones de mexicanos nos representa”, zanjó.

Hace solo unos días, Moreno había acusado a Del Mazo de “traidor y timorato” después de que Alejandra del Moral, quien contendió junto a la morenista Delfina Gómez para la gubernatura del Estado de México, anunciara que dejaba la formación para unirse al proyecto de Morena. “Queda claro, en el contexto de esta elección, es que quien estaba de gobernador en ese momento, un traidor, un timorato, un falto de carácter como lo es Alfredo del Mazo, que entregó el Estado de México a cambio de impunidad y de que no lo persiguieran”, dijo entonces el dirigente.

Del Mazo fue el tercer miembro de su familia en gobernar el Estado de México (en un mandato que inició en 2017 y terminó en 2023). Es primo del expresidente Enrique Peña Nieto, y ambos pertenecen a una larga lista de políticos priistas que conformaron el llamado Grupo Atlacomulco —nombre del municipio de esa entidad que también se refiere a un selecto sector que impulsaban las carreras políticas de sus allegados—. De ahí han salido otros mandatarios priistas como Isidro Fabela, Carlos Hank González, Alfredo del Mazo Vélez, Arturo Montiel y el mismo Peña Nieto.

El ahora expriista se convirtió en un personaje incómodo tras el fracaso de su partido en el Estado de México y fue señalado casi de inmediato por la cúpula de su formación de haber “entregado” su bastión más importante después de 94 años de gobiernos ininterrumpidos. En aquel fatídico junio de 2023, Moreno ya lo culpaba: “El gobernador del Estado de México le dio la espalda a la militancia priista y eso está a los ojos de todos”, reclamó. El presidente del PRI también insinuó que Del Mazo no hizo lo suficiente para evitar la debacle del partido y que le faltó “carácter”. “Los priistas dimos en su tiempo y en su momento la vida por Alfredo del Mazo, caminamos las calles en 2017. ¿Qué era lo que necesitaba la militancia? Es reciprocidad, respaldo sin violar la ley”, agregó.

Un posible acercamiento entre Del Mazo y el partido del presidente hacía eco entre los priistas. Alimentado por varias acciones del político. En septiembre de 2023, el mismo presidente López Obrador asistió al último informe de trabajo de Del Mazo. Nunca antes, en sus cinco años de mandato, el presidente había asistido a un informe de algún funcionario público, pero tuvo motivos de sobra para determinar que se trataba de una excepción por una muestra de gratitud hacia el gobernador. “Tenemos dos orígenes políticos distintos; sin embargo, nos hemos entendido, se han hecho obras en beneficio del pueblo del Estado de México, que eso es lo más importante. Podemos tener orígenes partidistas diferentes, distintos, pero como gobernantes debemos siempre de pensar en el pueblo, no puede haber banderas partidistas, tenemos que trabajar juntos, y lo hemos logrado porque Alfredo Del Mazo ha sido muy respetuoso, no ha confundido las cosas, no ha hecho politiquería, jamás una declaración en contra del Gobierno federal; ha sido muy respetuoso, y se lo agradecemos, se lo reconocemos”, dijo López Obrador.

Finalmente, la decisión del PRI de expulsar a Del Mazo, no ha respondido a los múltiples señalamientos de corrupción y fraudes en contra del político que lo aquejaban desde años —como lo ha consignado este periódico—, sino al insistente señalamiento tras aquella debacle priista en su bastión histórico más fuerte.

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Erika Rosete
Es periodista de la edición mexicana de EL PAÍS.
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