El Banco de México espera pacientemente el nombramiento de un nuevo miembro de su Junta

Con la salida del economista Gerardo Esquivel de la Junta de Gobierno del Banco de México, habiendo expirado su periodo el último día del 2022, el banco central opera con un subgobernador menos (es decir, solo con tres subgobernadores). El Ejecutivo deberá nominar a quien pudiera reemplazarlo, pero, a juzgar por su historial, esto puede demorar meses.

Durante su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado puestos de comisionados y reguladores en órganos autónomos como la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) vacantes durante extendidos períodos de tiempo. Incluso, a finales de noviembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le ordenó designar a los comisionados de la Cofece que faltaban, ya que la omisión está en violación de la Constitución. La economía no es el área en la que el mandatario tiene mayor experiencia, y siempre se ha apoyado de su Secretario de Hacienda en turno para las nominaciones.

El 20 de diciembre fue la última vez que López Obrador tocó el tema de la nominación al puesto de subgobernador del Banco de México, cuando dijo que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ya había presentado una propuesta. Esta no se ha anunciado. El Senado deberá ratificar al nominado.

La Junta de Gobierno del Banco de México está conformada por cinco especialistas, uno de ellos es el gobernador, quien preside las reuniones en las que los miembros votan por la política monetaria. El gobernador, por ser quien preside las juntas, tiene voto de calidad que pudiera romper un empate. “La determinación de cinco miembros para integrar la Junta de Gobierno es adecuada y permite contar con suficientes puntos de vista para el análisis de los asuntos encomendados al banco central sin dificultar la toma de decisiones”, reza un documento oficial del banco central que explica el funcionamiento de la Junta.

“Se están tardando ya en nombrar a un sustituto”, dice Jesús Garza, profesor de la escuela de negocios del Tecnológico de Monterrey, director general de la firma financiera Gamma y exfuncionario del Banco de México. “Está mal que la institución no cuente con un reemplazo, siendo que es la más importante para la estabilidad financiera y económica del país”, agrega Garza. La posibilidad de que López Obrador deje pasar varios meses sin nombrar un reemplazo para Esquivel está latente.

“Yo no recuerdo que haya habido un retraso largo antes y, si continúa esto, das una señal muy adversa al mercado de que la autoridad monetaria, pilar de la estabilidad financiera, no está en el radar de los temas más importantes del Ejecutivo”, apunta Garza.

En términos de la operatividad de la institución, por el momento, no debe haber ninguna implicación importante, asegura Jessica Roldán, directora de análisis económico en la firma Finamex. “En el pasado ha habido ocasiones en los que la Junta de Gobierno sesiona con menos de cinco integrantes, sin mayor afectación”, explica la economista, “evidentemente, conforme pasen las semanas y, en la medida que este periodo se extienda hasta acercarse a la primera decisión de política monetaria, esto va a incidir en el nivel de heterogeneidad del voto. Dicho esto, el hecho de que no se elija y ratifique un nuevo miembro pronto da lugar a incertidumbre innecesaria”.

La próxima decisión de política monetaria se anunciará el 9 de febrero y se espera que Banxico, como se le conoce al banco central mexicano, incremente su tasa de interés referencia al mismo ritmo que su contraparte estadounidense, la Reserva Federal (o Fed, como se le conoce). La institución ha hecho frente a diversos choques de inflación, tanto externos como internos, desde 2020, cuando cadenas de suministro globales se vieron interrumpidas por confinamientos derivados de la covid-19. Después vinieron las alzas en los precios de los energéticos a causa de la guerra en Ucrania, así como el efecto del enorme estímulo económico que los países desarrollados impulsaron para hacer frente a la pandemia.

La tasa de interés referencia, mayor herramienta del banco central para contener las expectativas de inflación, ha pasado de 4% en junio 2021 a 10,5% actualmente. Esquivel se caracterizaba por abogar por un menor incremento a la tasa entre sus colegas, alegando que impactaría negativamente la actividad económica. El propio López Obrador también se quejó el año pasado de las alzas de tasas y pidió al banco “pensar en otra fórmula” para contener la inflación.

Una de las críticas más recurrentes que se le han hecho a la actual gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez, es que tiene muy poca comunicación, tanto con los mercados como con la ciudadanía. Por su parte, Esquivel y Jonathan Heath, también subgobernador, han sido más abiertos y accesibles cuando se trata de comunicar la visión del banco, opina Garza. “No lo ha hecho Victoria y alguien lo tiene que hacer porque es importante recordarnos siempre cuál es la meta y la orientación de Banxico y qué medidas van a seguir tomando, algo que hasta ahora hacían Jonathan y Gerardo”, apunta el especialista.

El panorama para el próximo año pinta difícil para la economía mexicana. Además de la alta inflación, se espera que EE UU disminuya su actividad y su consumo, lo que impactaría las exportaciones mexicanas a ese país, principal motor de la economía, dice Garza. “Ya estamos viendo el inicio de una desaceleración que le va a pegar a México”, apunta el especialista, “conforme avance el año veremos una disminución en las remesas, por ejemplo, y en las exportaciones, que son muy importantes para México”.

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