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La CIA incrementa los vuelos de drones espía dentro de México para vigilar a los cárteles

Un funcionario de la Administración Trump afirma que la inteligencia recolectada por los aparatos es compartida a las autoridades mexicanas

Un dron MQ-9 Reaper durante una misión de entrenamiento sobre el campo de pruebas y entrenamiento en el Estado de Nevada , Estados Unidos.
Un dron MQ-9 Reaper durante una misión de entrenamiento sobre el campo de pruebas y entrenamiento en el Estado de Nevada , Estados Unidos.William Rio Rosado (EFE)

Estados Unidos aumenta la presión sobre México. La Agencia de inteligencia estadounidense, la CIA, ha comunicado al Congreso que está utilizando drones no tripulados para espiar las actividades de los cárteles dentro del territorio mexicano, un tema que puede elevar la temperatura en la relación bilateral entre Washington y Ciudad de México. Los vuelos no se limitan a la frontera entre los dos países, sino que se desarrollan muy dentro de México, ha señalado un funcionario de la Administración de Donald Trump a The New York Times. El diario estadounidense afirma que, de momento, la información recolectada por los MQ-9 Reapers es compartida con las autoridades mexicanas.

El programa de espionaje inició en del Gobierno de Joe Biden, de acuerdo al Times y a CNN, los medios que han publicado la información este miércoles. La cadena cita fuentes militares al afirmar que hubo al menos 18 vuelos de ese tipo durante las dos primeras semanas de la presidencia de Trump. El ritmo de estos se ha intensificado bajo el mandato del republicano, quien designó a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas el primer día de su presidencia. El trámite que otorga a Washington mayores facultades en la lucha contra estas bandas trasnacionales. La cancillería estadounidense tiene en sus manos los nombres de los grupos que conformarían la lista. Hay seis mexicanos: el de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, el del Noreste, la Familia Michoacana, Cárteles Unidos y el del Golfo.

La designación ha elevado las fricciones entre Trump y su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum. La relación ya se encuentra tensionada por una larga lista de asuntos binacionales que incluyen una eventual guerra comercial provocada por los aranceles y la inmigración irregular, dos prioridades en la agenda del republicano. El Ejecutivo mexicano ha señalado que la vigilancia de las autoridades estadounidenses facilitará el intervencionismo de Washington en asuntos internos y que las operaciones contra los narcotraficantes podrían llevar a la vulneración de la soberanía.

Cuestionada este martes en su conferencia de prensa, la presidenta mexicana no quiso entrar en detalles sobre si su Gobierno dio autorización a los vuelos de los drones, que ya se realizaban en la pasada Administración. “Es parte de esta campañita”, respondió Sheinbaum tras minimizar el supuesto espionaje a los cárteles. La mandataria responsabilizó a los medios estadounidenses de sumarse a un esfuerzo de Washington para aumentar la presión sobre el país. Las autoridades mexicanas han insistido en que el respeto a la soberanía es el límite a la cooperación bilateral en materia de seguridad.

El incremento de los vuelos dentro del espacio aéreo mexicano es una señal de que la agencia a cargo de John Ratcliffe espera más de parte de las autoridades mexicanas. Los MQ-9 Reapers vuelan a más de 15.000 metros de altura sin ser detectados, y han sido utilizados para hallar la ubicación de laboratorios de fentanilo, fácilmente rastreables desde el aire por los químicos que emiten. Un funcionario estadounidense anónimo citado por The New York Times afirmó que durante la era Biden las autoridades mexicanas tardaban en desmantelar estas cocinas de drogas una vez que recibían la información de inteligencia durante la era Biden.

Los aviones espías son utilizados por las agencias de inteligencia estadounidense desde hace 18 años. Sin embargo, los reportes de avistamientos y de vuelos de monitoreo se han incrementado en las últimas dos semanas. Una aeronave del Pentágono fue identificada el 3 de febrero frente a las costas de Sinaloa, el bastión histórico del cártel homónimo, y en el límite del espacio aéreo mexicano. Las Fuerzas Armadas reconocieron una semana después que fue uno de dos sobrevuelos ordenados por la Administración de Trump. “No sabemos lo que hicieron”, admitió Ricardo Trevilla, el secretario de Defensa.

Los drones no solo han sido empleados por la CIA. También han sido desplegados por el Pentágono y el Departamento de Seguridad Interior como parte de una flota que incluye aeronaves U-2, aviones radar RC-135 Rivet Joint y Boeings P-8 Poseidon para vigilar la frontera entre México y Estados Unidos. Las autoridades militares reconocen haber realizado al menos 25 vuelos de vigilancia en la zona, sin cruzar a territorio mexicano. El número de cruces irregulares ha caído significativamente desde que Trump llegó a la Casa Blanca, especialmente en el área del Valle del Río Bravo, en los límites entre Texas y Tamaulipas.

Tom Homan, el zar de la frontera, informó que el domingo fueron detenidos solo 229 migrantes en los más de 3.000 kilómetros de línea fronteriza. “No recuerdo haber visto números tan bajos en toda mi vida”, aseguró el funcionario, quien se sumó a la Patrulla Fronteriza en 1984.

Gregory Guillot, el comandante a cargo de las Fuerzas de Defensa del Norte, aseguró la semana pasada frente al Senado que parte de sus tareas es la vigilancia de la frontera. “Las organizaciones trasnacionales criminales de México siguen siendo una amenaza a la soberanía de Estados Unidos y a su territorio por la producción y el tráfico de fentanilo y otras drogas y por facilitar la inmigración masiva ilegal por la frontera sur”, aseguró el general en un momento de su discurso, en el que habló de otras amenazas que enfrenta la potencia, que incluyen a Rusia y China.

A principios de febrero, el Pentágono informó que sumaba a 500 elementos del Comando Norte a tareas de vigilancia en la frontera sur. El grupo se sumaba a otros 1.500 uniformados que fueron movilizados tras la firma de los primeros decretos de Trump. El Comando Norte, sin embargo, reveló que en el despliegue estaban involucrados 140 agentes de inteligencia, quienes deben recolectar información sobre las redes de tráfico con las que operan diversos cárteles en la zona.

El general Guillot aseguró al Senado que está compartiendo los hallazgos con las autoridades mexicanas para que estas puedan reforzar la presencia militar en las áreas más violentas dentro de su territorio. Más que ayuda, la información parece elevar la presión sobre Palacio Nacional y la presidencia de Sheinbaum.

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