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Cuauhtémoc Blanco, en el ojo del huracán: un fiscal destituido, el cobijo de Morena y otras mil polémicas

Acechado por denuncias de corrupción, vínculos con el crimen y un intento de violación a su hermana, el exdelantero metido a político trata de estirar la protección del partido, que de momento contiene los embates de la justicia

Cuauhtémoc Blanco en la Cámara de Diputados, el 5 de febrero de 2025.
Cuauhtémoc Blanco en la Cámara de Diputados, el 5 de febrero de 2025.@cuauhtemocb10
Pablo Ferri

El caso Cuauhtémoc Blanco –los casos, la decena larga de polémicas que le acechan– recobra actualidad estos días, con el sainete representado este jueves entre Ciudad de México y Morelos, la petición de desafuero en contra del exfutbolista, solicitada por el fiscal de aquel Estado, Uriel Carmona, y la coincidente destitución del mismo Carmona, que supo de su destino mientras daba una entrevista en la radio. Blanco, ídolo de las hinchadas en México, irreverente y popular, se sabe en el ojo del huracán. Sus tiempos en Morelos, primero como alcalde de Cuernavaca, y luego como gobernador, llegaron a su fin. En todos estos años regateó con éxito las llamadas a cuentas de la justicia. Pero el espacio se achica.

El viejo delantero se refugia estos días en su curul de la Cámara de Diputados, última barrera de contención ante los tentáculos de la Fiscalía de Morelos, con Carmona o sin Carmona. El apoyo de Morena, formación a la que pertenece, apuntala la protección del escaño. El partido guinda le ha cobijado estos años, por acción u omisión, siempre con una contundencia llamativa. Cuando el Cuauh apareció en una foto con un grupo de criminales regionales, en 2022, ya de gobernador, nadie dijo nada; cuando la fiscalía anticorrupción local recibió una serie de denuncias por malversación de recursos públicos en sus años en Cuernavaca, tampoco. Ni siquiera ahora han hablado, cuando la media hermana de Blanco ha aireado detalles de su presunto intento de violación.

La incógnita sobre la naturaleza de la protección a Blanco, hechicero electoral, imán de las boletas de las futboleras masas votantes, permanece. El expresidente Andrés Manuel López Obrador vio con buenos ojos su candidatura en Morelos. Era mejor Blanco que el PAN, siempre al acecho. Aparecieron en eventos juntos, incluso el mandatario se lo llevó de gira. Solo en un momento le pararon los pies. Ante la agitación preelectoral de finales de 2023, Blanco trató de postularse como candidato del partido a la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, su espacio natural, lugar que incorpora cuna y pasiones, el barrio del que viene, Tepito, y el color azulcrema de la playera del América, equipo de sus amores. Ahí le dijeron que no.

Cuauhtémoc Blanco en un evento como gobernador de Morelos, en 2022.
Cuauhtémoc Blanco en un evento como gobernador de Morelos, en 2022.Margarito Pérez Retana

Es difícil saber quién le puso el muro en Ciudad de México, pero el partido, como consolación, le colocó en la Cámara de Diputados, posición que ocupa desde finales del año pasado. En estos meses, todas las polémicas, las críticas a su gestión, las denuncias y contradenuncias, han cristalizado en un torrente que ha llegado estos días a Palacio Nacional y ha obligado al propio Blanco a comparecer ante la prensa, para tratar de desviar las flechas, marcadas ahora mismo por el caso de su media hermana. “Me agarraron de piñata”, ha dicho Blanco este viernes, que ha asegurado que denunció a su media hermana, que le acusa de violación, por amenazas y extorsión.

Visto en tiempo real, la cantidad de acontecimientos en esta cadena de eventos y la velocidad a la que cambian y se complican resulta abrumadora. A medio o largo plazo, amenaza con convertirse en algo absolutamente indescifrable. La misma batalla entre Blanco y Carmona merecería una serie documental, plagada de desencuentros, inaugurada en la famosa foto del exfutbolista con criminales, tomada supuestamente en 2019, en sus primeros meses de Gobierno en Morelos. Ya desde entonces, Carmona señaló que la foto debía investigarse. ¿Acaso la imagen escondía una negociación entre el gobernador y los líderes criminales en la región? Blanco siempre dijo que no y asumió que Carmona usaba la situación para presionarle políticamente.

El caso es que a la foto acompañaban otros escándalos, quizá medianos, como el viaje a Brasil de dos semanas y media que hizo Blanco, en diciembre de 2021, situación de la que no informó debidamente al Congreso; o las artimañas burocráticas que empleó para probar su estancia en Morelos, antes de convertirse en alcalde de Cuernavaca. Luego llegaron otros mayores, como las denuncias por malversación durante sus años en el Ayuntamiento de Cuernavaca, que involucraban a su medio hermano, Ulises Bravo, y a un primo. Y, ya en los últimos meses, las denuncias que ha presentado el nuevo Gobierno de Morelos, en manos de la morenista Margarita González, por presuntos actos de corrupción cometidos durante la administración de Blanco.

Presentadas en enero, las denuncias señalan presuntas irregularidades cometidas en el gasto de 40 millones de pesos del presupuesto estatal, alrededor de dos millones de dólares. Por un lado, parece un avance que un Ejecutivo morenista, donde la gobernadora formó parte del gabinete de su predecesor, apunte contra la gestión de uno de los suyos. Por otro, las críticas a la aparente pequeñez de las denuncias presentadas alimentan la idea de que son puro maquillaje, para lo que de verdad ocurrió en Morelos en años de Blanco. No en vano, la Auditoria Superior de la Federación ha señalado el gasto irregular de 3.269 millones de pesos por parte de su Gobierno, situación que, de momento, no ha aterrizado en denuncias.

Cuauhtémoc Blanco en Ciudad de México, en 2018.
Cuauhtémoc Blanco en Ciudad de México, en 2018.Carlos Tischler (Getty Images)

En medio de todo eso, ha revivido la acusación contra Blanco por parte de su media hermana, Fabiola Nidia Blanco. Su abogado, Rodrigo Dorantes, que fue fiscal de Morelos entre 2013 y 2015, explicaba a este diario hace semana y media, que el intento de violación de la mujer se dio en diciembre de 2023, cuando ella vivía en Residencia Morelos, la casa del gobernador. Blanco había invitado a la mujer a trabajar en el Gobierno. El mandatario la puso al frente de la dirección general de apoyo a pequeñas y medianas empresas, de la Secretaría de Desarrollo Económico. Al principio, dice Dorantes, ella vivió en su propia casa, pero luego “él la invitó a vivir con él y fue”. En ese contexto, ocurrió presuntamente el intento de agresión. “Había ciertas conductas de esta persona con sus amigos y allegados… Les gusta mucho el tomar, la fiesta, las muchachas”, decía Dorantes.

La propia Fabiola Blanco ha contado esta semana el episodio en el que su medio hermano entró una noche a su cuarto, “con aliento alcohólico”, e intentó violarla: “Me empezó a tocar los senos y a tratar de arrancarme la pijama”. Aunque Fabiola presentó la denuncia a mediados del año pasado, la llegada de Dorantes al caso abrió una veta mediática que ha adquirido un tamaño cada vez mayor, hasta el punto de que el ahora exfiscal, Uriel Carmona, que estuvo en prisión unos meses en 2023, por un caso de obstrucción a la justicia en la investigación de un feminicidio, se animó a pedir el desafuero de Blanco. El escándalo ahora es enorme en México, porque la petición de desafuero, necesaria para poder juzgar a un legislador, vino seguida de la destitución de Carmona, impulsada por la gobernadora González, confirmada en el Congreso local y celebrada por la presidenta, Claudia Sheinbaum.

González ha explicado este viernes que la remoción de Carmona iba a ocurrir, sí o sí, por sus procesos penales pendientes, pero es difícil no leerla como un espaldarazo a Blanco. Para evitar precisamente interpretaciones por el estilo, González ha informado de que su Gobierno prepara la segunda tanda de denuncias por irregularidades cometidas en años del exgobernador. Según ha dicho, en unos días las presentarán ante la Fiscalía Anticorrupción local. Los ojos están puestos en Morena, sus líderes en el Congreso federal, y la presidencia. La lógica de trinchera que domina la política mexicana amenaza los reclamos de justicia. Los casos de Blanco empiezan a amontonarse, la cuestión es si el oficialismo los entenderá como lo que son, o como parte de su pugna con la oposición.




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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
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