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Fallos judiciales y enfado vecinal: el “silencio total” de las autoridades de Ciudad de México sobre el caso del agua contaminada

Las autoridades capitalinas se niegan a hacer públicos los resultados de los análisis realizados a las muestras de agua contaminada casi tres meses después de arrancar la polémica

agua contaminada CDMX
Una protesta por el agua contaminada en la Avenida Insurgentes (Ciudad de México), el 9 de abril de 2024.Nayeli Cruz

A casi tres meses de una de las peores crisis de agua en la Ciudad de México, el gobierno local continúa sin transparentar los resultados de las muestras que recabaron en los hogares de las personas afectadas por la contaminación pluvial en la alcaldía Benito Juárez. Hasta la fecha no está claro el origen de la contaminación, cuáles son exactamente los agentes contaminantes y tampoco se ha probado a los vecinos que el agua ya esté limpia.

El hermetismo y la falta de claridad que han envuelto la situación ha hecho dudar a la ciudadanía afectada. Y es que cuando surgieron las primeras denuncias, el jefe de Gobierno Martí Batres descartó que el agua estuviera contaminada. Sin embargo, días después, el funcionario reconoció que habían detectado “una sustancia de la familia de los aceites” en el pozo Alfonso XIII, que abastece a la zona norponiente de la demarcación. El pozo fue clausurado y, por un breve tiempo, las autoridades suministraron agua potable en garrafones, pipas y lavaron cisternas y tinacos. Después, sin dar mayor explicación, dijeron a lo vecinos que el agua ya estaba limpia.

“Silencio total”

“Lo único que hemos recibido (de las autoridades) los últimos meses ha sido omisión, que nos ignoren. Silencio y hermetismo total”, dice a EL PAÍS Cindy, vecina de la colonia Nápoles, una de las más afectadas por el agua contaminada. Para ella, esta falta de transparencia significa que lo que está ocurriendo “debe ser muy grave para que no lo digan”. Mientras tanto, la situación la obligó a instalar una serie de filtros para tratar de purificar el agua que llega a su departamento; aunque no filtran hidrocarburos, agrega.

El pasado 28 de junio, el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas (InfoCdMx) instó al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) a hacer públicos los resultados de las muestras que tomaron en un domicilio de la colonia Nápoles, al considerar que no hacerlo “impacta al derecho de acceso a la información relacionada con la calidad del agua (...) un recurso vital para la salud y bienestar de la población”. Esta resolución ocurrió ante el reclamo de una persona que solicitó a las autoridades el resultado del análisis, pero solo recibió información genérica, como promoción de las acciones del gobierno, recomendaciones de uso del agua y links a videos de YouTube; nada sobre la información solicitada. El instituto dio al organismo 10 días hábiles para responder nuevamente a la persona solicitante.

Esta no fue la única vez que se le pidió al gobierno transparentar la información. En mayo, un juez federal otorgó una suspensión provisional a un grupo de vecinos afectados, el cual obligaba a las autoridades a entregarles toda la información disponible sobre los análisis realizados por el Sacmex. Pero el gobierno ha sido cuidadoso con la información que ha hecho pública. En respuesta a una solicitud de información presentada por el medio digital Animal Político, el Sacmex reservó los resultados sobre el agua contaminada por un periodo de tres años, al considerar que exponerlos puede provocar “interpretaciones erróneas”.

El 5 de julio, un juez federal otorgó un amparo a un grupo de vecinos, entre los que se encuentra Laura Ballesteros, quien fue jefa de campaña del excandidato presidencial, Jorge Álvarez Máynez. En entrevista con EL PAÍS, Ballesteros dijo que las autoridades están obligadas a rendir cuentas, reconocer qué causó la contaminación y de esta manera poder dar “garantías de no repetición y reparación del daño a la población afectada”. Algo que hasta el momento no ha ocurrido. Los vecinos buscan ampararse para que el gobierno —tanto el de la Ciudad de México, como Sacmex y también Petróleos Mexicanos (Pemex)— dé a conocer públicamente la información del caso.

Mientras tanto, los vecinos continúan sin certezas sobre la calidad del agua que llega a sus hogares para consumo y actividades cotidianas. En un video publicado en redes sociales, personas afectadas exigieron a las autoridades transparentar la información y que se respete su derecho a la salud y al acceso al agua sin contaminantes. En él narran cómo fue que detectaron la contaminación y los efectos que han sufrido, como irritación en la piel y malestares físicos en personas y mascotas. Cindy explica que es importante para su salud saber a qué estuvieron o están expuestos, pero también está la preocupación de que haya más zonas afectadas o que lo ocurrido vuelva a repetirse.

Cuándo y cómo inició la crisis del agua contaminada en la Ciudad de México

Esta crisis inició a principios de abril pasado cuando habitantes de la colonia del Valle, Nápoles y alrededores comenzaron a denunciar en redes sociales un olor a gasolina en el agua procedente de los grifos y regaderas de sus casas. Hubo quienes incluso reportaron afectaciones en la piel y ojos. Una semana y media después de los primeros reportes, el gobierno de la capital mexicana reconoció que el agua estaba contaminada con aceites y lubricantes. El 10 de abril, Batres informó que el pozo de agua donde presuntamente se originó la contaminación había sido clausurado. Agregó que dos industrias que manejan diversos componentes y sustancias en la zona fueron cerradas “precautoriamente” y que la petrolera estatal Pemex verificó los ductos que tiene en la zona sin encontrar anomalías.

¿Cuál es el origen de la contaminación del agua?

Hasta la fecha es incierta la causa de la contaminación del agua en la colonia Benito Juárez. Mientras algunos vecinos barajan la suposición de que la causa de la contaminación sea el robo de combustibles, el Sacmex presentó una denuncia ante la Fiscalía de la capital un presunto sabotaje.

Un estudio elaborado por un grupo de científicos asociados a la Red de Investigación sobre el Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) han encontrado “compuestos orgánicos derivados del petróleo” en tres muestras del suministro de la alcaldía Benito Juárez, en Ciudad de México. Delia Montero, coordinadora de la Red, dijo a EL PAÍS que “si fueran puros aceites es más fácil limpiar el agua que si son derivados del petróleo. Son de la misma familia pero no son lo mismo”, esto al referirse a las primeras versiones del gobierno de que la contaminación tenía que ver con la familia de los aceites y los lubricantes”.

La especialista también habló en esa entrevista sobre el peligro de limpiar con cloro. Cindy dijo a este diario que ha detectado que el agua que recibe está “hiperclorada”. Montero abordó una preocupación que también han tenido los vecinos: ¿la contaminación ha llegado al acuífero? “Yo diría que sí. Si son aceites puede que sean de una fábrica, de una gasolinería, pero si es petróleo, el panorama cambia mucho. El pozo que clausuraron está a 120 metros de profundidad. Esa agua, para que entienda la gente, es del acuífero y si esa agua viene contaminada con derivados del petróleo, quiere decir que hay una fuga de petróleo, de un ducto que pase cerca de ahí. Lo que no sabemos es de cuánto fue la fuga y hacia dónde corre. El agua busca su cauce, como el petróleo”, explicó la especialista. Precisamente, son esas dudas las que el Gobierno no ha terminado por aclarar a tres meses de los primeros reportes de contaminación.

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