Leontxo García: “El ajedrez puede mejorar sustancialmente la educación de calidad”
Escritor y periodista especializado en este deporte ha volcado parte de sus esfuerzo para convencer a las autoridades de medio mundo de integrar el ajedrez en la educación
Leontxo García ha emprendido una cruzada personal. Este escritor y periodista especializado en el ajedrez, deporte que conoce al detalle y del que habla con una pasión contagiosa, ha decidido convencer a las autoridades de los países que visita de la importancia de incluir el ajedrez en la educación, especialmente la primaria, cuando los niños comienzan a absorber el conocimiento científico. García (Irún, España, 67 años) afirma que este deporte es un complemento perfecto para los currículos escolares y encaja de maravilla en el proceso de aprendizaje de los niños, ya que les ayuda a agilizar los procesos mentales y les permite mejorar su rendimiento en matemáticas y comprensión lectora. “El ajedrez puede mejorar sustancialmente la educación de calidad”, ha afirmado García durante su participación en el Hay Festival de Querétaro.
García trabaja con la Fundación Kaspárov de Ajedrez para Iberoamérica y se ha involucrado de lleno en la organización de charlas en las que intenta convencer a las autoridades de la importancia del ajedrez como método pedagógico. Este viernes se ha mostrado satisfecho porque varios países de la región —Costa Rica, Uruguay, Panamá, Paraguay, Colombia, Argentina— han mostrado interés o de plano incluido el ajedrez en las escuelas para formar a sus alumnos. Afirma que no se trata solo de una actividad extraescolar, sino que debe ser integrada como “herramienta para educación de calidad de millones de niños”. García ha explicado que más de un siglo de investigación ha demostrado que el ajedrez mejora la inteligencia, pero también la inteligencia emocional y ayuda a los niños en los procesos de aprendizaje y rendimiento académico. Los resultados en matemáticas, por ejemplo, se ven potenciados cuando se ha incluido el ajedrez en la educación. “El ajedrez enseña a pensar”, ha afirmado García. “El 90% de los maestros que han usado el ajedrez en sus clases tienen mejores resultados”, ha informado.
García, periodista de EL PAÍS desde más de tres décadas, ha puesto como ejemplo a Armenia, donde, ha dicho, el ajedrez es más popular que el futbol. En este país, las autoridades han invertido presupuesto y recursos humanos para incluir este deporte en las escuelas. Allí, el ajedrez es obligatorio en la primaria y los maestros que aspiran a enseñarlo deben prepararse por cuatro años. García no recomienda extrapolar esta experiencia a otros países, pero lo pone como ejemplo de la importancia que tiene el ajedrez en contextos educativos. Recientemente se reunió con el ministro de Educación de El Salvador, quien, dice, se ha mostrado interesado en lograr una fórmula para integrar en las escuelas del país el deporte. Cuando le preguntan cómo hacerlo, este experto responde que no hay que cambiar nada, solo abrir los espacios para que los niños aprendan el ajedrez.
Estas recomendaciones las ha dado García durante una charla organizada por EL PAÍS en el marco del Hay Festival de Querétaro. García ha participado junto a Jan Martínez Ahrens, director de EL PAÍS América, en una conversación de más de una hora realizada en el teatro de la ciudad y ha conversado ante un público expectante sobre su relación con el ajedrez, un amor de varias décadas que lo ha convertido en uno de los mayores expertos mundiales de este deporte. Una relación que comenzó en 1972, “por suerte”. Le habían dicho que en su ciudad habían creado un club de ajedrez y como aquella tarde llovía y no había muchas opciones, decidió ir al club y quedó deslumbrado con el deporte. “En los momentos clave de la vida debes tener suerte”, ha dicho sobre ese hecho que se convirtió en trascendental en su vida.
Desde entonces el ajedrez se ha convertido en una pasión que lo ha llevado por 105 países, cubrir mundiales y olimpiadas y conocer a los grandes jugadores de este deporte, Gari Kaspárov, Bobby Fischer o Anatoli Kárpov. De ellos tiene anécdotas que ha ido contando en sus libros, pero también guarda como tesoros jugadas que en el mundo del ajedrez son épicas. De hecho, García ha dicho que tiene en su computadora hasta 11 millones de partidas. “El ajedrez es una lucha contra ti mismo que no tiene fin. El ajedrez es fascinante porque tiene muchas conexiones, con la educación, con la neurociencia, con el cine, con la literatura... En la medida que lo vas aprendiendo te das cuenta de lo mucho que te falta conocer”, ha dicho. Y en un mundo revolucionado por la tecnología, donde la gente toma decisiones con la facilidad del clic, García ha explicado que el ajedrez “nos enseña a pensar en las consecuencias de lo que vamos a hacer antes de hacerlo”.
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