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Jorge Comensal: “Con el cambio climático va a ser cada vez más complicado adaptarnos”

Una de las jóvenes revelaciones literarias de México presenta en la FIL de Guadalajara su nueva novela, ‘Este vacío que hierve’, una reflexión sobre las consecuencias del calentamiento global

El escritor Jorge Comensal
El escritor Jorge Comensal durante la Feria Internacional del Libro en Guadalajara 2022.Roberto Antillón
Carlos S. Maldonado

Ciencia y ficción van de la mano en el trabajo de Jorge Comensal (Ciudad de México, 35 años), joven autor mexicano que se ha convertido en una de las revelaciones literarias del país. Su primera novela, Las mutaciones (Antílope), tuvo un enorme éxito. En ella, Comensal retrata con humor negro el drama de un hombre al que se le ha diagnosticado cáncer de lengua y pierde ese órgano básico para la comunicación humana. La salvación a su angustia se la da, vaya ironía, un loro parlanchín y blasfemo. “Por más que hayan nacido tiernos, suaves y jocosos, los oncólogos siempre acaban dominados por la melancolía. Ningún otro especialista, ni siquiera el médico forense, sostiene relación tan familiar con la desgracia”, escribe el autor. Si en esa narración la Medicina tuvo un espacio importante, en Este vacío que hierve (Alfaguara) ese lugar lo ocupa la Física, pero también un tema que preocupa al autor: el calentamiento global y sus consecuencias en las especies. La novela, que presenta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, comienza con un incendio en el Bosque de Chapultepec de Ciudad de México, que arrasa el zoológico y mata a casi todos los animales, incluidos los que estaban en proceso de conservación. Un drama terrible que ocurre en 2030 y sacude a la sociedad mexicana. “Aquí no cayó ninguna bomba atómica. Simplemente se oxidó la vida con la premura de la sed. Solo eso”, advierte Comensal en la novela. Y a pesar de que en la ficción unos científicos chinos logran clonar una osa panda mexicana, el sentimiento de pérdida desata una fuerte ola de indignación. Eso es, precisamente, lo que Comensal espera que genere su obra, la empatía suficiente frente al desastre que vivimos y que, asegura este voraz lector de temas científicos, empeorará en un futuro cercano.

Pregunta. ¿A qué se debe esta pasión por los temas científicos?

Respuesta. A que la visión científica del mundo ha descubierto una manera de narrar la naturaleza, la vida humana, las catástrofes y las dichas. La ciencia, de alguna manera, puede constituir una nueva base, como lo fueron en otras épocas la mitología grecolatina o la bíblica, para comprendernos los unos a los otros y habitar un mundo en común.

P. Usted estudió Lengua y Literatura hispánica, ¿hay además estudios de ciencia o es autodidacta?

R. Todo esto es bastante autodidacta, aunque logré involucrar la ciencia en mis estudios, porque me dediqué a la neurolingüística. Me interesé en la investigación neurológica y sobre eso trabajé. La convivencia con pacientes que habían sufrido lesiones cerebrales y por eso habían perdido muchas veces la capacidad de articular el lenguaje, ese silencio forzado, fue una de las semillas de Las mutaciones.

P. A Karina, el personaje principal de Este vacío que hierve, su nueva novela, le interesa la gravedad cuántica. ¿A usted qué ramas de la ciencia le interesan?

R. Sigo la divulgación de la Física y estoy atento a los avances y a los descubrimientos que me intrigan y me inquietan mucho. Por ejemplo, el que hayan calculado que el universo se expande cada vez más rápido, que no se desacelera, sino que acelera, como si la materia estuviera huyendo una de otra con voluntad propia. Las galaxias giran mucho más rápido de lo que se esperaría a partir de su materia visible. Y es difícil concebir que el universo tenga una fecha de inicio, que pensemos: bueno, hace 13.800 millones de años que empezó. ¿Qué significa eso? Entonces, sí es muy personal mi interés por esos temas y a través de Karina puedo especular literariamente sobre qué que creo que puede suceder, aunque no hay ninguna certeza.

P. ¿Y qué nos puede suceder?

R. Lo que ya está pasando en realidad. No predigo ninguna extrañeza más allá de que se clonen osos panda o se usen robots automáticos para vigilancia de los cementerios. Pero fuera de eso, los trastornos climáticos, ambientales, que retrato en la novela, que forman parte de la trama, pues ya están ocurriendo.

P. El calentamiento global es un tema también presente en su obra y como consecuencia de él en su novela, que transcurre en 2030, han desaparecido las abejas. Es espantoso. ¿Cree que un lector puede tomar un mayor compromiso cuando la literatura toca estos temas?

R. A mí me gustaría, por ejemplo, que la empatía de un personaje como Daenerys, esta joven que ante la muerte de los animales en el zoológico se vuelve una activista beligerante a favor de los derechos animales, a favor del cuidado del medio ambiente, que esa empatía con la angustia y la preocupación, y la pasión que ella siente, pueda también generar ese tipo de sentimientos en quien lea, sin que yo espere que mi novela sirva como un argumento para persuadir a los lectores más allá de mostrarles el mundo que me interesa explorar, porque me maravilla toda la biodiversidad y me preocupa su desaparición, su maltrato.

P. ¿Cree que a pesar de todo este movimiento contra el cambio climático el futuro puede ser peor de lo que estamos viviendo ahora?

R. Sí. Creo con certeza de que lo será de aquí a mucho, mucho tiempo. Va a ser cada vez más complicado adaptarnos. Y donde me gustaría que logremos contener un poco más ese desastre es en el ecocidio, en la extinción masiva de especies. Ahora mismo me he puesto a escribir y a trabajar sobre una especie en cuya salvación hay bastante esperanza.

P. ¿Qué especie?

R. Es el cóndor de California.

R. Su novela Las mutaciones gira alrededor de un hombre al que le detectan cáncer de lengua. ¿Por qué decidió escribir una novela sobre este tema?

P. Por un miedo personal, por experiencias personales, y que creo que refleja el cáncer como una de las enfermedades simbólicas de nuestra época.

R. Cuando a una persona le diagnostican cáncer puede ser la peor noticia de su vida. Y aunque a su personaje al principio le genera estupor, luego se lo toma con humor. ¿Por qué mezclar una cosa tan trágica como el cáncer con el humor?

R. Creo que en situaciones tan dramáticas y catastróficas como es una enfermedad terminal, suceden cosas en ese proceso que pueden ameritar reírnos, que pueden conducir a la alegría, al desparpajo y a valorar incluso esa fase de la existencia.

P. ¿Cómo ha tomado el éxito que ha tenido Las mutaciones?

R. Ha sido un fenómeno de ventas y eso me ha dado mucho gusto, porque se ha ido traduciendo a otras lenguas. Ha sido una sorpresa, porque pensaba que podía ser una novela muy local, en el sentido de que retrata con cierto sarcasmo las relaciones sociales de la gente en la Ciudad de México y, sin embargo, se ha podido traducir a culturas muy distantes, como la china o la árabe.

P. ¿Está trabajando con algún nuevo proyecto ahora?

R. En lo del cóndor, escribiendo una larga crónica que dentro de mucho tiempo seguramente se convertirá en un libro, porque hay mucho que contar sobre cómo ha sido vivir liberando cóndores en las montañas en los últimos 20 años.

P. Tal vez es hora de pensar en clonarlos, como a los pandas de su novela.

R. Yo creo que no hará falta por ahora. Hubo un momento donde solo quedaron 22 cóndores vivos en la tierra y ahora hay alrededor de 500 y se siguen reproduciendo bien. Entonces en cautiverio está muy sana la población. El reto es liberarlos, es devolverlos a un ambiente que los llevó al borde de la extinción. Y eso no lo hemos resuelto.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.

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