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Los manifestantes en Ciudad de México cierran filas con el INE: “Vengo a apoyar lo que nos tocó defender con sangre”

La marcha moviliza a miles de personas contra la reforma electoral de López Obrador: “Centralizar nuevamente el INE sería como un partido de fútbol con el árbitro comprado”

Alejandro Santos Cid
Manifestantes de la marcha en CIudad de México contra la reforma electoral de Morena.
Manifestantes de la marcha en CIudad de México contra la reforma electoral de Morena.LUIS CORTES (REUTERS)

Nadie llegó tarde a la cita. Un caudal de miles de personas descendía desde el Ángel de la Independencia hasta el Monumento a la Revolución ya a las 10.30 de la mañana, hora a la que estaba previsto que comenzara la marcha convocada por la oposición en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) y en contra de la reforma electoral del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Una marea de camisas blancas y pañuelos rosas, el color del organismo, ha inundado el centro de la Ciudad de México este domingo para manifestarse en contra de la iniciativa del mandatario, que pretende reformar a fondo al INE, el ente público y autónomo encargado de organizar y fiscalizar las elecciones. Los gritos de “A eso vine, a defender al INE”, “El INE somos todos” o “No pasarán” han retumbado con la fuerza de miles y miles de gargantas a lo largo del Paseo de la Reforma.

La propuesta de López Obrador, criticada por la oposición y buena parte de la sociedad civil, aboga por la creación de un nuevo organismo, el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas; reducir los consejeros de 11 a siete y elegirlos por votación popular y con un mandato de seis años, igual que el presidente. Sus detractores defienden que, en la práctica, esta medida favorece al partido del mandatario y supondría la falta de independencia de la institución. El viernes la Cámara de Diputados ya aprobó un recorte de más de cuatro millones de pesos al INE.

La edad media de los asistentes es más elevada de lo que acostumbran las manifestaciones en la capital. Se ven más camisas que chaquetas de cuero, más canas que cabezas rapadas y pelos de colores. Los menores de 30 años son más la excepción que la regla, y la mayoría de los que vienen son aún adolescentes o jóvenes que acompañan a sus padres, como Sabrina Castillo (22 años), que marcha por primera vez en su vida: “Necesitamos democracia en este país y no tener una dictadura. Es de mucha importancia que niños, jóvenes y adultos se unan”. Su progenitor, Carlos, añade: “Hay que defender la democracia que tanto trabajo costó, ellos [sus hijos] no se acuerdan, pero yo sí. Centralizar nuevamente el INE sería como un partido de fútbol con el árbitro comprado. Me tocó ver los fraudes, ver como había un único partido en el poder”.

Con él coincide Agustín Portillo, de 41 años, que ha venido con toda su familia, su esposa, su suegra, una hija de 11 y otra de siete que lleva sobre sus hombros: “Vengo a defender lo que a muchos de nosotros que hemos sido activistas políticos nos tocó defender con sangre. A lo mejor los jóvenes de 15 o 20 no se acuerdan de lo que era tener un régimen represor. El ataque al INE es un ataque a la democracia, una democracia que para construir nos ha llevado tiempo, sangre, amigos, hermanos. No necesitamos reforma electoral, aunque seguramente sí necesitamos que algunas cosas se modifiquen”.

La polarización del país en torno a la reforma electoral se ha escenificado a la altura del monumento a Cuauhtémoc. Una decena de seguidores de López Obrador, atrincherados tras una gran pancarta y megáfonos, increpaban a los manifestantes que bajaban por Reforma. De los primeros gritos más comedidos —”Ine, corrupto, la reforma es lo justo”— pronto han pasado a otros más virulentos: “Esos que marchan son puras pinches ratas”. El presidente acusa a la oposición de utilizar esta protesta meramente como un arma arrojadiza contra él. “Sí creo que hay otros intereses que van a usar esta marcha para su propio capital político, sería ingenuo pensar que no, pero aun así creo que es muy importante la causa y hay que apoyarlo. Yo voté por López Obrador, estaba muy ilusionada de sus propuestas, y ahora solo me siento decepcionada”, replica Estefanía (30 años), que ha venido con un lazo rojo al cuello y su pareja, Irving (33), que coincide: “Seguramente hay mucha gente antiobradorista. Yo personalmente vengo por el INE, no por Obrador, creo que hay cosas buenas y malas en el Gobierno y esta es una cosa crítica que tiene que defenderse”.

La manifestación avanza hacia el Monumento de la Revolución a paso vivo. El ambiente, a pesar de todo, es festivo. Abundan las palmas y los gritos de “¡Viva México!”, y al acercarse a la plaza empieza a sonar música alegre con guitarras y trompetas. La Avenida de la República luce engalanada para la ocasión, con carteles a favor del INE en todos sus postes. Por ella desfilan pancartas con mensajes como “el INE no se toca, ¡dictador!” o “La pluralidad es la vacuna antitotalitarismo”.

Margarita ha venido con sus amigas, todas superiores a los 70, todas vestidas con una camiseta blanca con el lema #ElINENoSeToca. “La reforma electoral es una cosa que ha inventado el presidente, quiere manejar las elecciones como pasó 70 años en este país, perpetuarse él y su grupo en el poder. Los resultados a día de hoy son funestos en materia educativa, en salud, económica, en todas las ramas, el país lleva 30 años de atraso”.

La gente llena a goteo Revolución, y los más mayores se refugian en la sombra del monumento, buscando un lugar para descansar. Esperan el discurso de José Woldenberg, político, académico, escritor y expresidente del Instituto Federal Electoral, antecesor del INE, que durante su intervención clama contra el autoritarismo. Solo intervendrá él. Al acabar, suena el himno mexicano, que es replicado a coro por las miles de personas que se extienden por la Avenida de la República, en un eco desafinado. Poco después de las doce los manifestantes empiezan a desparramarse por las calles adyacentes, colapsando los alrededores de Revolución. Apenas dos horas de manifestación que, sin embargo, lanzan desde la calle el primer mensaje claro de unidad por parte de la oposición.

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Alejandro Santos Cid
Reportero en El País México desde 2021. Es licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Madrid y máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cubre la actualidad mexicana con especial interés por temas migratorios, derechos humanos, violencia política y cultura.

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