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El subsidio a las gasolinas deja un déficit de más de 56.800 millones de pesos en la recaudación fiscal

En un intento para frenar la escalada de la inflación, el Gobierno de López Obrador renunció desde marzo pasado a cobrar el impuesto especial sobre combustibles y gasolinas

Karina Suárez
recarga un vehículo en una gasolinera de PEMEX precio gasolina
Un trabajador recarga un vehículo en una gasolinera de Petróleos Mexicanos, en agosto de este año.Luis Antonio Rojas (Bloomberg)

La decisión del Gobierno de López Obrador de evitar a toda cosa un alza en el precio de los combustibles ya está pasando factura a las cifras de recaudación. Desde marzo pasado, la Administración federal decidió renunciar al cobro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre las gasolinas como una medida para amortiguar la inflación en el país. La medida, sin embargo, no ha conseguido frenar del todo una escalada de precios en el país, que ya rebasa el 8,7% a tasa anual y ha generado un déficit acumulado, de enero a julio, de más de 56.800 millones de pesos en el cobro del gravamen, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Hacienda. Los especialistas advierten de que el subsidio a los combustibles supone un mayor riesgo de endeudamiento y menos recursos a otros rubros como salud o educación. En suma, el Gobierno ha gastado en estímulos a gasolinas casi 293.000 millones de pesos.

A pesar del boquete en las finanzas públicas, el Gobierno mexicano ha vuelto a abrir la llave de los subsidios a las gasolinas. Luego de semanas en los que había reducido el estímulo fiscal, la Secretaría de Hacienda informó que el estímulo fiscal para los consumidores de combustible magna, que es la más popular del mercado, pasó de 73,22% a 73,36%, mientras que en el caso de la gasolina premium el subsidio del Gobierno subió del 53,64% a 60,69%. El diésel sigue subsidiado al 100%, es decir, que la cuota del IEPS será de cero pesos. La medida comenzó el 17 de septiembre y se mantendrá hasta el próximo viernes.

Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, señala que no existe consistencia en las políticas de la Administración federal cuando solo se ha abocado a ajustar el precio de los combustibles, más no el de otros energéticos como el gas o la electricidad. “A mí me parece terrible que se esté subsidiando las gasolinas porque es un subsidio que beneficia a las personas de mayores ingresos en México y se está dejando de financiar otros programas de impacto social como puede ser la atención de la salud de las personas sin seguridad social, las personas más vulnerables. Si dejamos de subsidiar los combustibles va a continuar la inflación porque no es la respuesta completa”, añade.

Para 2023, el Gobierno estima una recaudación de IEPS de gasolinas de 278.000 millones de pesos, un incremento respecto al cierre negativo que se espera en el año, de un déficit de 83.000 millones de pesos. “Lo anterior solo sería posible con una caída en los precios del petróleo o el final de la política de estímulos a las gasolinas, lo cual es poco factible en el año anterior a las elecciones federales”, hace hincapié el organismo.

Campos agrega que existe un riesgo elevado en que el próximo año la deuda sea la única fuente para cubrir este boquete en las finanzas públicas. “La apuesta del Gobierno es demasiado optimista al prever un crecimiento económico del 3%, por otro lado, la inflación esperan que el próximo año cierre de 3,2%, entonces cómo se está cubriendo Hacienda, pidiendo una deuda alta, aquí es donde yo veo la inconsistencia, si las cosas van tan bien ¿por qué planteas un monto histórico de deuda pública? Por eso está pidiendo un techo de deuda bastante generoso”, acota. En el proyecto de Presupuesto del próximo año, el endeudamiento neto del Gobierno previsto será de 4,1 puntos del PIB, el mayor desde 2014.

El economista Rodolfo de la Torre, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, advierte de que la política de subsidio de gasolinas a costa de la salud de las finanzas públicas podría continuar hasta los primeros meses del 2023. “Es una pérdida importante de recursos fiscales, esto impactaría al déficit público. El subsidio a la gasolina termina beneficiando a las personas más ricas y con un mayor monto”, apunta.

En estos momentos los precios del petróleo siguen al alza debido a que la OPEP y sus aliados siguen produciendo menos de lo pactado. Con el precio del barril de petróleo en ascenso y una inflación desbocada, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mantenido su postura de conjurar a toda costa un incremento en los combustibles y con ello un temido, gasolinazo.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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