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Reyes Rodríguez asume la presidencia del Tribunal Electoral de México y busca lanzar una reforma integral del organismo

El órgano judicial que dirime los procesos políticos más polémicos atraviesa una temporada de críticas sobre su independencia

Carmen Morán Breña
Reyes Rodríguez Mondragón, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)
El magistrado Reyes Rodríguez Mondragón durante una entrevista para EL PAÍS en agosto de 2021.Nayeli Cruz

Reyes Rodríguez Mondragón es el nuevo presidente del Tribunal Electoral de México, elegido este jueves por la Sala Superior del organismo. Su mandato, si nada lo impide, se extenderá hasta 2024 y pone fin a una época convulsa en el organismo, marcada por fuertes desencuentros políticos con la cúpula del Gobierno a raíz de las recientes elecciones intermedias y el nombramiento de los candidatos. Las tensiones se vivieron fuertemente en este órgano judicial y acabaron el pasado 5 de agosto en la destitución de José Luis Vargas durante una sesión pública ordinaria. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) investiga al juez por enriquecimiento ilícito. Los integrantes de la sala le acusaron ese día, además, de “abuso” de poder y de proceder incompatible con los principios y deberes de su cargo.

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El abogado Reyes Rodríguez (47 años) sustituyó por unos días al destituido, pero después se hizo cargo Felipe Fuentes. Hasta hoy. Rodríguez tiene entre sus planes reforzar el órgano judicial, que tiene un gran poder, porque en su seno se dirimen las candidaturas, la creación de partidos políticos y la financiación de las campañas electorales, entre otras atribuciones. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha sido muy cuestionado en los últimos tiempos tanto por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, como por los líderes de su partido, Morena, que incluso hicieron un plantón en sus puertas como protesta por las decisiones que tomaron en las últimas elecciones. Dos de los candidatos de Morena para la gubernatura de Guerrero y Michoacán, el muy polémico Félix Salgado y Raúl Morón, respectivamente, fueron invalidados y Morena hubo de sustituirlos. Las acusaciones contra el tribunal fueron feroces, incluso se amenazó con echar abajo el organismo.

Rodríguez llega con el objetivo de impulsar la transparencia y la austeridad en el tribunal así como reducir las atribuciones del presidente, según algunos medios de comunicación. El organismo ha sido señalado por los dirigentes de Morena de estar anclado en el pasado corrupto y de actuar, por ello, en contra de los intereses del partido en el Gobierno.

Estas batallas entre el mundo político y el Poder Judicial electoral han minado la credibilidad del organismo, que ahora pretende devolver el nuevo presidente mediante una comisión que empleará seis meses en plantear una reforma integral del organismo, de sus funciones orgánicas, administrativas y procedimentales. Entre otras cosas, se revisará el modelo de designación y sustitución de la presidencia, despojándola de parte de su poder para dar mayor participación al resto de magistrados que lo integran, según ha dicho Rodríguez.

La modernización del órgano judicial electoral, así como cierta apertura a la ciudadanía está también entre los planes declarados del nuevo presidente. La tarea por delante puede ser vital para la continuidad de un organismo que en los últimos tiempos ha estado en la cuerda floja, pero que nació para revisar la independencia y la transparencia así como luchar por la limpieza de los procesos judiciales en México.

Días después de la convulsa destitución de Vargas, Reyes Rodríguez declaraba a este periódico: “Desde hace una semana estamos en un una etapa de turbulencia que era necesaria. Porque, siguiendo la analogía, había un avión que ya venía en caída. Para corregir el rumbo, pues, a veces tienes que meterlo en turbulencias y así entramos en una que duró seis días. Era necesario designar o nombrar una presidencia que tuviera como mandato sacar el avión de la turbulencia. Y tenemos, como normalmente sucede en esos casos, dos escenarios: o estrellarnos o levantar el avión”.

En esa misma entrevista, Rodríguez denunciaba procesos unilaterales y arbitrarios en el seno de la institución y abogaba por una participación colegiada e inclusiva donde las decisiones se tomen “por mayoría”.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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