Mi hijo sabe quiénes son Papá Noel y los Reyes Magos: ¿qué hago para que guarde el secreto y no se lo cuente a sus hermanos?

Estamos ya en plena época navideña y en la mayoría de las casas donde hay niños pequeños se prepara todo con gran ilusión por la llegada de Papá Noel y los Reyes Magos. Generaciones de pequeños han vivido con nervios la magia de la noche del 24 de diciembre y la del 5 de enero. Sin embargo, siempre llega el día en el que se descubre la verdad: que esos seres mágicos son en realidad los padres y las madres, y no siempre se reacciona de la misma manera. Algunos niños y niñas pueden sentirse frustrados, engañados y decepcionados y, si tienen hermanos más pequeños que siguen sin conocer la verdad, puede darse el caso de que quieran decirles quiénes son los responsables de esa ilusión navideña que ocurre año tras año. ¿Cómo se puede lograr que ese hijo que ahora lo sabe todo mantenga el secreto con sus hermanos?

“La edad en la que los niños descubren la verdad sobre Papá Noel y los Reyes Magos es muy variable porque depende del número de hijos, de la situación familiar y, sobre todo, del entorno escolar”, explica la psicóloga infantil Carmen Romero, cuya cuenta de Instagram tiene más 137.000 seguidores. “En general”, continúa, “es entre los 7 y 10 años cuando los más pequeños empiezan a saber que los Reyes son los padres”. “Los hijos únicos suelen tardar más en descubrir la verdad, pero los que tienen hermanos o primos mayores la averiguan generalmente antes por los comentarios que escuchan al jugar con ellos”, añade Lorena González, psicóloga infantojuvenil en Serena Psicología, gabinete asentado en Madrid.

“Si el niño no pregunta, no hay necesidad de dar una información que va a romper la magia navideña”, defiende Romero. “Pero cuando pregunta es porque sabe algo. Y suele ser para confirmar lo que ya ha descubierto”, agrega. Lo mejor para esta psicóloga es que los padres y madres sean sinceros, “aunque les duela ver que sus hijos están creciendo, sobre todo para poder establecer confianza”. “En el momento en el que queda evidente que el hermano mayor lo sabe y sigue habiendo niños en casa que creen, lo mejor es incluirlos como ayudantes de magia”, prosigue Romero. Según aconseja esta psicóloga, lo mejor es explicarles que, de la misma manera que ellos han vivido esa ilusión, es importante que ayuden a respetar este secreto para que los más pequeños puedan disfrutarla igual: “Que entiendan que empieza una nueva etapa en su vida en la que se les incluye en la de los adultos”.

Afrontar la pregunta con la verdad

Cuando un niño ya claramente sabe que los Reyes Magos son los padres y hace la pregunta directa, la recomendación de Lorena González es decirles, de manera cariñosa y honesta, la verdad: “Si aún es pequeño, después de la conversación es mejor no hacer cambios, es decir, seguir poniendo los regalos en el árbol o lugar elegido de la casa. Así como también escribir la carta juntos, preparar cosas para los camellos. En definitiva, hacer todo lo que se hacía antes de la revelación con el objetivo de alargar y mantener su cariño hacia la Navidad”.

Al hermano mayor hay que recordarle que él mismo ha vivido creyendo en los Reyes Magos y/o Papá Noel. “Le pediría, por ejemplo, que respetara y guardara la tradición con respecto a su hermano”, incide González. “No suele ser difícil”, continúa, “porque a los niños les encanta guardar secretos; se le puede decir que ahora es su turno para formar parte de la magia”. “Con el objetivo de ayudarles, algo que les gusta mucho, es hacerles cómplices y que él se convierta en un pequeño Rey Mago, preguntándole qué sorpresa cree que le gustaría al hermano menor o qué regalo se le podría hacer”, explica González. En definitiva, según esta psicóloga infantojuvenil lo esencial es hacerle partícipe: “Incluso puede ser que sea él quien coloque los regalos bajo el árbol, se coma las galletas y se beba la leche de Papá Noel”. Así, el más pequeño podrá disfrutar de la misma experiencia tan ilusionante que vivió el hermano mayor un tiempo más.

Puede darse el caso de que algún niño se sienta decepcionado al saber que no existen los Reyes Magos, “al descubrir que se le ha contado un mundo de magia irreal durante años”, puntualiza Romero. Si se enfada, prosigue esta psicóloga, hay que explicarles que su existencia es parte del encanto navideño: “Que llevamos años, generaciones, haciéndolo y siempre de una manera muy simple y como una muestra de amor hacia los niños; para que vivan toda la magia navideña”. “Sobre todo, en estos casos, es importante escuchar cómo se sienten, validar sus emociones y que se sientan comprendidos”, añade González. También recomienda a los padres y madres que dediquen todo el tiempo que sus hijos necesiten para hablar sobre el tema y que pongan el foco en no minimizar su decepción: “Están decepcionados, es normal”.

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