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Mimi Rose: “Toco el violín desde los cinco años. Me gustaba, pero creo que llegué a detestarlo por tanta presión”

Michelle Leclercq (1995) es una cantante hispano-argentina afincada en Los Ángeles. A su temprana edad ha conseguido tener dos singles posicionados en el número 1 de iTunes Argentina. Relata su camino hasta llegar a este éxito

Mimi Rose es una cantante argentina afincada en Estados Unidos.
Mimi Rose es una cantante argentina afincada en Estados Unidos.Vinny @sudovinh

Michelle Leclercq (1995), conocida profesionalmente como Mimi Rose, es una cantante hispano-argentina afincada en Los Ángeles. A su temprana edad ha conseguido tener dos singles posicionados en el número 1 de iTunes Argentina The Mission y Wherever You Go, compone y ha realizado una colaboración con la revista Rolling Stone. Entre risas asegura haberse cambiado el apellido porque “nadie alcanza a escribirlo ni pronunciarlo correctamente”. La definen como una artista talentosa, trabajadora, carismática, humilde e inteligente. Su proyección internacional es todo un hecho.

Pregunta: Ha llegado a descubrir lo que es alcanzar objetivos muy buenos y eso le hizo obtener mucha atención, para bien y para mal. ¿Se ha encontrado en esa posición en su niñez?

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Respuesta: Fui la primera hija, la primera nieta… Sé lo que es recibir atenciones. A mis padres les gustaba presentarme por todo lo alto en algún evento para tocar el violín. Yo me moría de vergüenza. Ellos siempre querían estar al tanto de todo. Si iba a alguna fiesta, ellos me dejaban en la puerta. Si tocaba en una banda de música, estaban en primera fila. Incluso en mis partidos de hockey, ellos eran a quienes más se les escuchaba y eso me dejaba en evidencia ante mis amigos.

P. Toca el violín desde los cinco años. ¿Era algo que le apasionase hacer?

R. Sí y a los seis me inicié con el piano. Me gustaba, pero creo que llegué a detestarlo por tanta presión. Hubo además un momento, cuando pude elegir aprender otro instrumento, que mi madre se negó a que renunciase a los años que correspondían al violín.

P. ¿Considera que sus padres han sido muy rígidos con usted y han hecho frágil su autoconfianza?

R. Mi padre era terco, pero mi madre era intensa e impulsiva. Mi hermana tuvo un problema de salud. Sé que mi madre la veía indefensa y la protegía más. Si ella sacaba una nota baja en algún examen, no la reprendían. Sin embargo, esto cambiaba si me sucedía a mí, pese a que yo era buena estudiante. Siempre me he mostrado más fuerte y ellos se valían de ello, incluso en ocasiones, llegaban a burlarse. Con esto, aunque nadie lo percibía, mi autoestima mermaba. Soy consciente de que mi madre no lo ha pasado bien. Eso también la ha hecho ser como es. Todo te marca y altera tus reacciones con los demás. Entiendo que ella tuvo mucho estrés y probablemente lo enfocó en mí.

P. Muchos artistas describen que “los inicios suelen ser complicados”, ¿cómo los vivió usted?

R. Mis padres me decían que debía buscar una estabilidad económica. No obstante, yo quería ser cantante y componer. Lo dejé todo y me mudé a Estados Unidos en busca de oportunidades. A raíz de un artículo en el que se hablaba de mí, me surgió cantar en la ceremonia de despedida de un jugador de la NBA. Les gusté y quisieron contar conmigo. Actué en bares e iglesias y aunque mi situación económica no mejoraba, me esforzaba mucho. Sabía que muchos de mis amigos ya habían firmado con discográficas y eso me producía mucha ansiedad e inseguridad.

P. De luchar por un sueño a alcanzarlo muy rápido. ¿Cómo se hace frente a eso?

R. Solía ser líder en el colegio y en la familia y me encumbraban a lo más alto. Sin embargo, mi cima se transformó en masiva. Soy buena cantando y componiendo, pero no soy perfecta y es difícil batallar con quienes te dicen constantemente que eres lo máximo o que eres lo peor. Algunas personas han llegado a tratarme como si por ser nueva o joven, tuviese que acceder a lo que me dijesen. Mi antigua mánager me causaba ansiedad, lo hizo incluso instantes previos a la ceremonia, cuando debía ser ella la que me diese seguridad.

P. ¿Descríbame el día de la actuación en Estados Unidos?

R. Soy muy perfeccionista. Invertí mucho dinero en psicólogos y clases de yoga para templar mi ansiedad y que la canción saliese impecable. La ensayaba a diario y quedaba muy bien. No obstante, mi mánager no me apoyaba. Cuando terminó la actuación me sentí increíble. Estaba feliz. Pero, al llegar a la habitación, mi representante estaba furiosa por la cantidad de críticas negativas que estaba recibiendo en redes. Yo no le di tanta importancia. Sin embargo, ella estaba bloqueando los mensajes. Le cogí el móvil, los desbloqueé y grabé un breve vídeo manifestando mi estado de ánimo. Quería dar una idea de superación. Había enfrentado algo que poca gente. El vídeo se convirtió en viral y todo el mundo lo comentaba. Y ahí me sentí sola. Incluso mi familia agravaba el problema. No necesitaba escuchar “¡qué mala es la gente!”, si no, “mira la parte positiva y lo que has hecho”.

P. Las redes sociales, las críticas sin fundamento… Dice que se ha sentido sola en muchas ocasiones. ¿Ha encontrado comprensión en su entorno de amigos?

R. Al principio no me deprimí por los comentarios. Aunque luego sí tuve que eliminar creencias erróneas y hacer cambios en mi vida. Debía buscar un entorno más saludable. Mi familia, amigos…, incluso un profesional del medio llegó a prometerme cosas que nunca cumplió. Sus intenciones correspondían a un carácter sexual. La gente se te acerca cuando te va bien y todo llega a abrumarte. Un amigo llegó a decirme que no me involucrase en otro interesante proyecto porque podría volver a “meter la pata”. Dudé de mis posibilidades. Pensé que debía esforzarme más y ser diez veces más dura conmigo.

P. ¿Qué ha hecho Mimi para curar sus heridas?

R. Sentí la necesidad de indagar en mí y en mis sentimientos para crear arte y lograr que personas de mi público se sintiesen identificadas y hallasen un mensaje positivo. En mis temas hablo de las inseguridades y del autosabotaje. Hay que asesorarse y apoyarse en quienes te conocen de verdad, porque puedes acabar en relaciones tóxicas. Cuando reformas tu círculo, todo mejora.

P. Tras esos complicados momentos a raíz de la actuación y tras el bagaje personal que arrastraba, surgió el single Unstable (Inestable), dentro del EP (Extended Play). Aunque puede rescatarse la idea, ¿qué quiere transmitir con él?

R. Tenía una amiga que se victimizaba mucho -decía tener un trastorno bipolar- y yo procuraba animarla. Llegué a comprobar que en un segundo tu mundo se puede derrumbar. Hay que poner fuerzas para afrontar lo malo. Entiendo lo que es ser inestable y que las heridas resurjan. En una relación amorosa, pensé ser menos que mi pareja y eso es muy triste. Todo sumó. Eso es Unstable. Dice otro de mis singles: “Quiéreme de a poco, que tengo agua en los ojos” (Small doses). No quiero que me quieras mucho y desaparezcas, porque no estoy fuerte.

P. ¿Mandaría algún mensaje a las personas que tienen en sus manos gran parte del futuro de sus hijos?

R. He crecido escondiendo mis pensamientos e ideas a mis padres porque siempre recibía objeciones. A mi modo de ver los padres deben ser el hogar al que los hijos quieren ir y donde se sienten seguros. Cuando tenga hijos quiero que estén cómodos y no hacerles dudar. Es preferible que el hijo se equivoque solo, si ha de ser así. Los padres deben ser empáticos y no infravalorarles. Hay que tener cuidado porque eso hiere el autoconcepto del niño. No hay padres “libres de pecado” y comunicarse con el hijo y aceptar la imperfección -algo natural-, les acercaría más. Los padres, al igual que los míos, deben poder transmitir al niño su orgullo y no hacerlo solo de puertas hacia afuera. El hijo merece saberlo.

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