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¿Tu hijo no gatea? Razones por las que no hay que preocuparse

El hecho de que un bebé sano no lo haga no influye de forma negativa en su desarrollo, pero hacerlo sí ayuda a entrenar aspectos como su visión espacial

Un bebé gatea en su casa.
Un bebé gatea en su casa.unsplash

El gateo es un clásico del desarrollo del movimiento de los niños que precede a los primeros pasos del bebé y que aporta ventajas, como el entrenamiento de la coordinación de movimientos, pero que si no se presenta, no implica ningún freno en el desarrollo del niño.

Un niño gatea entre los 7 y los 10 meses de edad, pero no todos los bebés lo hacen. El gateo es una “manera particular de desplazarse de los bebés que recuerda al modo de hacerlo de los gatos cuando son cachorros y que es la antesala de los primeros pasos, que se producen entre los doce y los quince meses de edad. No se considera patológico el hecho de que un bebé no gatee, ni existe evidencia científica sobre por qué unos lo hacen y otros no. Gatear podría facilitar el caminar y la coordinación de movimientos, pero no hay estudios que demuestren que mejore la capacidad visual, la destreza manual, la fuerza de las extremidades inferiores o la capacidad pulmonar”, explica Iván Carabaño, pediatra y editor de la Revista de Pediatría de Atención Primaria.

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Un niño que no gatea, acabará por caminar también. Aunque “el gateo puede resultar un buen entrenamiento para ejercitar brazos y piernas y ganar confianza a la hora de que el bebé se suelte a andar. Sin embargo, los padres no se tienen que obsesionar si su bebé no gatea, pero el resto de su desarrollo neurológico ha tenido lugar con normalidad. Hay que considerar que cuando un bebé gatea, puede haber riesgo de accidentes domésticos, así que conviene prevenirlos con pautas, como cubrir los enchufes o asegurarse de que no coja objetos pequeños del suelo, como monedas, que pueda ingerir o acceso a lugares donde pueda caerse”, explica Carabaño.

Los beneficios del gateo para los bebés

Gatear puede aportar al bebé ciertos beneficios, como los que menciona Sonsoles París, fisioterapeuta y directora de la Clínica Sarua:

  1. Mejora la visión espacial. Favorece el desarrollo visual, ya que ayuda a establecer el enfoque ocular o la distancia entre mano y ojo y el manejo de las tres dimensiones espaciales.
  2. El gateo facilita la disociación entre ambos hemisferios cerebrales, lo que repercutirá en una adecuada destreza del niño cuando empiece a caminar.
  3. Estabiliza la musculatura del tronco y aumenta la resistencia para desarrollar posteriormente el equilibrio.
  4. El gateo ayuda a desarrollar destrezas manuales del niño.
  5. Mejora la adecuada actividad de las funciones gastrointestinales.

¿Por qué unos niños gatean y otros no?

Las razones por las que hay bebés que se lanzan a gatear mientras que otros llegan directamente a dar sus primeros pasos sin pasar por esa fase se desconocen. “Alrededor de un 20% de niños sanos no gatean y no existe una causa que lo explique. Hay niños que practican otras variantes del gateo, como lo que se denomina shuffling o arrastramiento, porque los niños se mueven sentados en el suelo y remando o impulsando el cuerpo con los brazos, pero también hay otros que gatean apoyando una rodilla y un pie. Asimismo, se puede dar el caso de bebés que después de comenzar a caminar vuelven al gateo, lo que en muchas ocasiones preocupa a los padres. Esto no debe ser visto como un problema. Si ha vuelto al suelo, es porque, probablemente, aún no estaba del todo preparado para andar, y cuando lo esté, volverá a intentarlo y afianzará la marcha”, comenta Cristina Cordero, neuropediatra experta en trastornos del neurodesarrollo y directora del programa Neuroymás.

Cómo estimular al bebé para que gatee

El gateo del bebé se puede estimular, pero no provocar, ya que surge de manera natural en el niño que va a pasar por esa fase. No obstante, desde casa se puede motivar al bebé para que practique el gateo. “En los primeros meses de vida del niño, es importante colocarle boca abajo; hablarle y estimularle desde esa postura para que, poco a poco, vaya fortaleciendo la musculatura que utilizará al gatear. Aunque, inicialmente, no le suele gustar demasiado esta posición, se le puede colocar así cuando el bebé esté tranquilo y no insistir si está incómodo. El bebé se irá, gradualmente, acostumbrando y desde esa posición adquirirá habilidades que han de desarrollarse antes del gateo. Otra forma de estimular el gateo en los bebés es jugando con ellos cuando son algo más mayores, como a partir de los seis meses, con una pelota en el suelo, túneles de juego o por imitación del adulto que gatea a su lado. Es fundamental que tengan libertad de movimientos y jugar mucho con ellos en el suelo”, concluye la neuropediatra Cristina Cordero.

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