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Llegan a Estambul 137 activistas deportados por Israel, que denuncian malos tratos y torturas

Varias fuentes aseguran que los guardias israelíes se están ensañando especialmente contra Greta Thundberg en la cárcel de Ketziot, donde siguen encerrados unos 50 españoles

Andrés Mourenza

Un total de 137 activistas de la Global Sumud Flotilla deportados por Israel (ninguno de ellos español) han llegado este sábado a Estambul en un avión de Turkish Airlines fletado por el Gobierno turco. En sus primeras declaraciones públicas tras el asalto israelí en aguas internacionales a los barcos en los que viajaban con ayuda humanitaria hacia Gaza, muchos de ellos han denunciado los “malos tratos” y las “torturas” a los que les sometieron las autoridades israelíes durante su encierro en la cárcel de Ketziot, en el desierto del Neguev. Otros cuatro integrantes de la flotilla, todos ellos diputados italianos, aterrizaron en Roma la víspera.

“Durante tres días nos trataron como terroristas”, afirmó el profesor Hasmet Yazici, uno de los activistas turcos, quien, ante los micrófonos de las televisiones del país, explicó que, durante el abordaje, el trato fue más “profesional” que luego en prisión. “A algunos compañeros los mantuvieron esposados durante 16 horas”, contó. Una vez llegados a tierra, sufrieron “constante violencia psicológica pero también física”.

Otra de las integrantes turcas de la flotilla, Ayçin Kantoglu, dijo que en prisión se les obligó a desnudarse para ser cacheadas en varias ocasiones. “Durante las primeras 40 horas no nos dieron nada de comer. Y no hubo agua potable, nos decían que bebiésemos de los retretes”, denunció. Además, aseguró que en prisión los guardias se ensañaron especialmente con la activista sueca Greta Thunberg, uno de los rostros de la iniciativa humanitaria a Gaza. “Hay quienes vieron cómo la golpeaban. Le ataron las manos por detrás con una bandera israelí y la obligaron a marchar”.

Este punto ha sido confirmado por diplomáticos suecos que se han podido reunir con la joven activista, según correspondencia electrónica publicada por The Guardian. “Nos ha informado de que [sufre] deshidratación. Ha recibido una cantidad insuficiente de agua y comida. También afirmó haber desarrollado erupciones cutáneas que sospechaba fueron causadas por chinches. Habló de malos tratos y dijo que había estado sentada durante largos periodos sobre superficies duras. Otro detenido le dijo a otro miembro de la Embajada que la ha visto siendo forzada a sujetar banderas mientras la fotografiaban”, se lee en los emails.

El periodista turco Ersin Çelik, que también viajaba en la flotilla, relató a la cadena TRT que las fuerzas de seguridad israelíes “han torturado y tratado con extrema crueldad” a Thunberg, forzándola a “arrastrarse y besar la bandera israelí”. “Estaban furiosos [con nosotros]. Nos sometieron a violencia física y psicológica. Algunos compañeros están heridos”, dijo.

El grupo de 137 activistas deportados está compuesto por 36 turcos, 23 malasios y un número menor de nacionales de Italia, Suiza, Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania, Túnez, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Estados Unidos, según informó el Ministerio de Exteriores turco, que sigue trabajando en la liberación de la veintena de turcos que continúan en prisión en Israel. De los alrededor de 470 integrantes de la Global Sumud Flotilla, el de los turcos era el grupo más numeroso, seguido de cerca por los españoles e italianos.

Este sábado, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, garantizó en TVE que su departamento trabaja para que los cerca de 50 españoles aún encarcelados —entre ellos el periodista de EL PAÍS Carlos de Barrón— regresen “cuanto antes” a casa, pero no ha ofrecido una fecha concreta. El viernes, el cónsul español en Tel Aviv pudo contactar con un primer grupo en la cárcel, pero no con todos. Albares, tras hablar con el cónsul, explicó que, “dentro de las circunstancias” en las que están, los españoles “se encuentran bien”.

Los deportados llegados a Turquía fueron recibidos en la pista del Aeropuerto de Estambul por representantes del Ministerio de Exteriores turco y una delegación en la que se hallaba la hija del presidente, Sümeyye Erdogan, dirigente de la Fundación Mujer y Democracia (KADEM), que felicitó a los integrantes de la flotilla por su valor. Luego, fueron trasladados a la terminal VIP del Aeropuerto de Estambul, donde les esperaban familiares y amigos.

Posteriormente, fueron llevados al Instituto de Medicina Forense para pasar un examen médico y, a lo largo de la noche y del domingo, se les tomará declaración policial como parte de la instrucción abierta por la Fiscalía de Estambul contra el asalto a la Flotilla, en la que, además de los cargos de “privación de libertad”, “secuestro o detención de medios de transporte”, se investiga el de “tortura”.

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Sobre la firma

Andrés Mourenza
Periodista en el Mediterráneo Oriental desde 2005. Trabajó para EFE y El Periódico de Catalunya en Estambul y Atenas y, desde 2015, escribe en EL PAÍS sobre Turquía, Chipre, el Cáucaso y Oriente Próximo. Licenciado en Periodismo por la UAB y experto en Cultura y Religión Islámica. Ha escrito los libros 'La democracia es un tranvía' y 'Sínora'.
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