Elon Musk siembra el nerviosismo en Alemania al apoyar a la extrema derecha
“Solo AfD puede salvar Alemania”, dice, a dos meses de las elecciones anticipadas, el magnate y colaborador de Donald Trump
Elon Musk ha entrado este viernes en tromba en la campaña electoral alemana. El hombre más rico del mundo y aliado del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado su apoyo al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). Y ha provocado nervios ―y, para algunos, euforia― en la clase política de un país que el 23 de febrero celebrará elecciones anticipadas en un momento de estancamiento económico y dudas sobre la viabilidad de su modelo industrial.
“Solo AfD puede salvar Alemania”, ha escrito Musk a sus más de 200 millones de seguidores en la red social X, de la que es propietario. La declaración puede sonar a una salida de tono más, pero en Berlín y otras capitales también se entenderá como un aviso de lo que se avecina a partir del 20 de enero, cuando Trump se instale de nuevo en la Casa Blanca. En una sociedad basada en el consenso como la alemana, y tan difícil de transformar, el magnate encarna para algunos la capacidad de disrupción política e innovación industrial que echan en falta en su país.
El mensaje de Musk era un comentario de otro en que la influencer alemana Naomi Seibt atacaba al líder democristiano Friedrich Merz, favorito en las elecciones, por criticar a Musk y rechazar una alianza con AfD.
Con cinco palabras, el jefe de X, Tesla y SpaceX ha desatado una doble reacción. De un lado, inquietud en la parte mayoritaria del espectro político, que teme las injerencias extranjeras durante la campaña, aunque hasta ahora se creía que la principal amenaza vendría de Rusia. Del otro, júbilo en la extrema derecha, que, pese a sus buenos resultados electorales, está sometida a un riguroso cordón sanitario, pero ahora recibe el aval de un magnate que ocupará una posición clave en la nueva Administración estadounidense.
Alice Weidel, candidata de AfD a la Cancillería, lo celebró en X como un regalo de Navidad adelantado, y en inglés: “¡Sí! ¡Tienes toda la razón, Elon Musk!”. Weidel aprovechó para afirmar que la democristiana Angela Merkel, que fue canciller entre 2005 y 2021 y mantuvo una relación tirante con Trump, “arruinó” Alemania. Y denunció que “la Unión Europea Soviética destruye la espina dorsal de los países y de la Alemania disfuncional”. El partido de Weidel sería el segundo más votado si las elecciones fuesen este domingo, según todos los sondeos.
AfD es singular en la galaxia de la extrema derecha europea. Por la propia Historia alemana, marcada por el nacionalsocialismo. Y porque se mueve con frecuencia en los límites de la legalidad y está bajo vigilancia de la Oficina de la protección de la Constitución, los servicios de espionaje doméstico. Políticos como la líder de la extrema derecha francesa Marine Le Pen, aspirante a presidir Francia, han marcado distancias con el partido alemán.
“Hay libertad de opinión y también vale para los mil millonarios”, dijo en declaraciones a la prensa el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, activo en la red de Musk, como otros dirigentes y mandatarios globales. “La libertad de opinión”, añadió, “también significa que pueden decirse cosas que no son correctas. Los partidos democráticos en Alemania ven las cosas de un modo distinto”.
Musk apoya a un partido que está excluido en Alemania del consenso democrático, pero sus ideas influyen en políticos que se sitúan en el núcleo de este consenso. Es el caso del líder liberal Christian Lindner. Fue el ministro de Finanzas del socialdemócrata Scholz hasta la ruptura en noviembre de la coalición gubernamental. Tras la quiebra, Lindner pidió a Alemania que se atreviera a ser más como el presidente argentino Javier Milei o como el propio Musk. Y ahora Musk no le apoya a él, sino a otro partido.
“Elon, he iniciado un debate inspirado en tus ideas y las de Milei”, le ha dicho Lindner a Musk, por supuesto también en X. “Mientras el control de la inmigración es crucial para Alemania, AfD está en contra de la libertad y los negocios, y es un partido extremista de extrema derecha. No saques conclusiones precipitadas desde lejos”. Según los sondeos, los liberales no llegarán al 5% de votos necesarios para entrar en el Bundestag.
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