El segundo grupo de migrantes deportados por Italia desembarca en Albania
Las ocho personas trasladadas son de Egipto y Bangladés, las mismas nacionalidades de la primera ocasión y que motivaron que el Tribunal de Roma rechazara su retención
La nave militar italiana Libra ha llegado a las 7.30 de esta mañana de este viernes al puerto albanés de Shëngjin y ha desembarcado al segundo grupo de migrantes que traslada al país balcánico, en el polémico plan de deportaciones de Italia a un país fuera del territorio de la UE. Son ocho personas rescatadas en el mar Mediterráneo en torno a la isla de Lampedusa, las únicas que, de entre todos los náufragos, han pasado los filtros de selección realizados a bordo para partir rumbo a Albania: hombres adultos y sanos llevados al buque por embarcaciones de auxilio italianas. Un grupo muy exiguo, si se considera que en esos días llegaron a Lampedusa más de 1.200 migrantes.
Seis de ellos son egipcios y dos bangladesíes, según los medios italianos, algo que hace presagiar que la operación puede volver a fracasar como la primera vez: el mes pasado, un tribunal de Roma ordenó que fueran trasladadas a Italia. En medio de una gran tensión entre el Gobierno de ultraderecha de Giorgia Meloni y la Justicia italiana, esta es una decisión que los magistrados deben volver a tomar en un plazo de 48 horas. Si vuelve a rechazar la operación, el experimento de Albania, seguido con atención en la UE, volverá a quedar muy tocado. Porque, además, esta vez la negativa judicial llegaría tras un decreto ley de Meloni aprobado expresamente con el objetivo de forzar a los tribunales a aceptar la iniciativa del Ejecutivo.
Las nacionalidades de estas ocho personas son las mismas del primer grupo deportado en octubre y en aquella ocasión su origen fue el factor determinante para que se les enviara a Italia. La sección de inmigración del Tribunal de Roma consideró que Egipto y Bangladés no son países seguros y que, por tanto, no se les podía aplicar el controvertido protocolo rápido de retención en frontera para rechazar su petición de asilo en un trámite veloz. Los magistrados entendieron que para proteger sus derechos se debía proceder de la forma habitual, dejándoles en libertad en Italia a la espera de que se resuelva su solicitud.
La nacionalidad es un elemento clave a la hora de decidir quién va al campo de internamiento construido por Italia en Albania, que puede determinar el éxito o fracaso de la operación. Italia deporta y aplica su controvertido protocolo rápido de retención en frontera a quienes llegan de países que considera seguros y, por tanto, ya a priori presume que no les va a conceder asilo. Maneja una lista de 19 países que, a juicio de las autoridades italianas, respetan los derechos básicos. El plan de Meloni prevé que se rechace rápidamente la solicitud de asilo de estas personas y luego se queden en Albania a la espera de ser repatriados, aunque esa parte final también es de desenlace muy incierto, pues Italia apenas logra devolver al 20% de los migrantes a los que entrega un orden de expulsión.
Sin embargo, nada más tocar tierra y antes que nada, un juez italiano debe convalidar esa retención excepcional en frontera, en este caso en Albania. Y se fija, precisamente, en el país de origen de los migrantes y en lo que la UE considera países seguros, que no son los mismos que para Meloni: según una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, solo lo son siete de la lista de 19 de Italia. Seis de ellos son balcánicos y uno es africano, Cabo Verde. Según esa sentencia, en la que se basó el Tribunal de Roma en octubre para tomar su decisión, no son seguros ninguno de los principales Estados emisores de la inmigración que llega por mar a Italia, como Egipto, Bangladés o Túnez. Por eso rechazó la retención del primer grupo de deportados, que provenían, como en esta ocasión, de Egipto y Bangladés.
La primera deportación, el mes pasado, terminó con el traslado a Italia de todos los migrantes, un total de 16. Dos eran menores de edad y otros dos se encontraban en condiciones de vulnerabilidad, algo que tenía que haberse detectado en el control previo. Los 12 restantes fueron trasladados al campo de internamiento de Gjadër, a media hora en autobús de la costa, hasta que al cabo de dos días el Tribunal de Roma no convalidó su retención. Los ocho migrantes que han llegado esta mañana volverán a esperar allí la decisión de los jueces italianos.
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