La conservadora Metsola, reelegida presidenta del Parlamento Europeo
La maltesa permanecerá en el cargo la mitad del mandato, aunque el Partido Popular Europeo trató de maniobrar para mantener el puesto toda la legislatura
El Parlamento Europeo ha reelegido a la conservadora maltesa Roberta Metsola como presidenta de la institución para la primera mitad de la legislatura, es decir, hasta comienzos de 2027. La política, procedente del país menos poblado de la UE, ha logrado 562 votos de respaldo, de 699 emitidos. Como ya sucedió en 2022, el grupo La Izquierda presentó una alternativa. Y también esta vez ha sido una eurodiputada española. Entonces fue la ahora ministra de Infancia, Sira Rego, y este martes ha sido la exministra de Igualdad Irene Montero, que ha obtenido 61 apoyos; 15 más de los que tiene su grupo. El Partido Popular Europeo (PPE), la familia política de Metsola, ha maniobrado para tratar de acaparar la legislatura completa de cinco años, en lugar de solo la mitad, como había acordado con los socialdemócratas, según varias fuentes parlamentarias.
El de la presidencia de la Eurocámara es el primero de los grandes puestos de la UE para la legislatura que se aprueba. El jueves, los 720 eurodiputados votarán si reeligen a la conservadora Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea. La alemana necesita 361 votos para repetir al frente del Ejecutivo comunitario.
“Nos van a mirar para que hagamos de líderes, [defendamos] nuestros valores, el Estado de derecho, la humanidad en Oriente Próximo, [rechacemos] la invasión de Ucrania. Tenemos que aferrarnos a nuestros compromisos, como un pilar social firme y que nadie quede atrás”, ha subrayado Metsola en su discurso, antes de la votación. La maltesa, que se ha convertido en la segunda persona reelegida para este cargo —la primera fue el socialdemócrata alemán Martin Schulz en 2014—, encabezará la Eurocámara durante la primera mitad de la décima legislatura, en una época convulsa, con un hemiciclo muy fragmentado, escorado a la derecha, y en el que no será fácil lograr equilibrios.
“Este debe ser un Parlamento fuerte, en una Unión fuerte. Eso es lo que los tratados pretenden que seamos y eso es lo que la gente necesita que seamos. No podemos aceptar que nuestro papel como parlamentarios se diluya”, ha lanzado la política, en lo que era, claramente, un mensaje interno dirigido a los parlamentarios presentes. Metsola, que en 2022 se convirtió en la primera mujer en dos décadas en encabezar el legislativo europeo, ha alertado también contra la polarización y contra la violencia política. La conservadora es, además, una de las grandes defensoras de que la Eurocámara tenga poder para proponer legislación, una competencia que ahora solo tiene la Comisión Europea, y que daría mucho más poder a la institución que encabeza.
“Consenso de guerra”
Irene Montero, por su parte, ha clamado en su intervención contra lo que llama “el consenso de la guerra”. “A los pueblos de Europa se nos está imponiendo un gran consenso de guerra, igual que hace 15 años se nos impuso una gran coalición de austeridad, de cuyas consecuencias aún no nos hemos recuperado”, ha dicho la eurodiputada española, entre algunos leves abucheos procedentes de los sectores de la derecha.
Montero, elegida eurodiputada por Podemos, no tenía opciones de ser elegida presidenta, ante la gran coalición de populares, socialistas y liberales que suele operar en el Parlamento Europeo. Además, en esta ocasión también los ultraconservadores de ECR —la familia política de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni— habían anunciado que iban a respaldar a Metsola. El grupo de La Izquierda, que cuenta con 46 parlamentarios, sí optó por presentar una alternativa.
Para ser elegida presidenta, Metsola necesitaba la mitad más uno de los votos válidos que se emitieran este martes. Dos de los parlamentarios no han podido tomar posesión en esta sesión constitutiva. Uno de ellos es el eurodiputado electo catalán Toni Comín, quien no acudió a Madrid, a la Junta Electoral Central, para jurar la Constitución y obtener la credencial parlamentaria.
El resultado logrado por Metsola, 562 votos (el 80% de los votos emitidos), demuestra que el apoyo a la maltesa ha sido muy transversal. Esa cifra es la más alta de la historia y viene a mostrar que ha logrado el respaldo prácticamente unánime en sus filas, pero también entre socialistas, liberales, y verdes, y, probablemente, de los ultraconservadores de ECR. Pero ni juntando a todos los parlamentarios de estos grupos se alcanza la suma que ha logrado, por lo que se puede deducir —el voto es secreto— que también ha conseguido apoyos entre la extrema derecha de Patriotas por Europa (PfE, por sus siglas en inglés entre los parlamentarios no inscritos.
Movimientos de poder
La votación de Metsola ha sido básicamente un paseo, pero en las últimas semanas los movimientos del Partido Popular Europeo para tratar de acaparar toda la legislatura para la dirigente maltesa, en lugar de solo la mitad, han causado un gran malestar en los socialdemócratas, apuntan fuentes de esta delegación. Los conservadores ya trataron de hacerse con la mitad del mandato del Consejo Europeo, que ostentará el socialista portugués António Costa, eliminando así la posibilidad de su reelección tras dos años y medio. Este órdago en plena negociación de la cúpula de la UE estuvo a punto de hacer descarrilar los acuerdos. Los populares querían así visibilizar que el suyo es el grupo más numeroso y el ganador de las elecciones europeas del 9 de junio.
A diferencia de lo que pasó hace dos años y medio, Metsola ha evitado esta vez la polémica en torno a su posición sobre el aborto. Su postura contraria, mayoritaria en Malta, fue entonces uno de los argumentos de rechazo esgrimidos por sus críticos. No obstante, en este tiempo la popular se ha ganado a buena parte del hemiciclo y se ha convertido en uno de los nombres que más sobresalen en la familia conservadora europea. Metsola fue, por ejemplo, el primer alto cargo de la Unión Europea que viajó a Kiev después de la invasión de Ucrania por Rusia. Lo hizo apenas cinco semanas después de comenzada la guerra, el 31 de marzo de 2022, en lo que fue, al mismo tiempo, un golpe de efecto y el pistoletazo de salida de un rosario de visitas a la capital ucrania por casi todos los líderes europeos.
En esta décima legislatura, más de la mitad de los eurodiputados (el 54%) inician sus mandatos por primera vez, según las estadísticas facilitadas este martes por la Eurocámara. En cuestión de género, el hemiciclo está lejos de la paridad, con un 39% de mujeres, un leve retroceso respecto a la legislatura anterior (cuando llegaron casi al 40%). La edad media de los eurodiputados se sitúa en los 50 años, en una horquilla que va desde los 77 años del más veterano hasta los 23 del más joven.
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