El último barco-cárcel en Estados Unidos cierra sus puertas en medio de polémica
La correccional flotante Vernon C. Bain enfrenta denuncias de hacinamiento y malas condiciones de vida
La última prisión flotante en funcionamiento en Estados Unidos cerrará esta semana en medio de una polémica por denuncias de hacinamiento y malas condiciones de vida entre los reos.
La correccional Vernon C. Bain, que abrió sus puertas en 1992 como una solución temporal ante la sobre población de la prisión Rickers Island, alberga a 500 reos en las costas de Nueva York.
En septiembre Gregory Acevedo, un recluso de 44 años, se suicidó lanzándose por la borda del bote. Un año antes, Stephan Khandu, de 24 años, murió luego de contraer una forma tratable de meningitis, transmisible por roedores.
Los reos reciben una hora de actividades recreativas en la cubierta y después pasan el resto del día con poca luz natural. El meneo del bote, el calor sofocante de las celdas y los constantes cortes de energía eléctrica han empeorado las condiciones de vida en su interior.
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