El análisis de ADN confirma la muerte de Prigozhin
El Comité de Investigación ruso también ha anunciado el fallecimiento del resto de la cúpula de Wagner
El dueño del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, está oficialmente muerto. “Los exámenes genéticos se han completado”, ha anunciado el Comité de Investigación de la Federación de Rusia, “y a partir de sus resultados se han establecido las identidades de los 10 fallecidos: corresponden a la lista que figura en la hoja de vuelo”. El jefe de la compañía de mercenarios murió el miércoles cuando el avión en el que viajaba desde Moscú a San Petersburgo se estrelló en la región de Tver. En el suceso, ocurrido justo dos meses después de que Prigozhin se amotinase contra el Kremlin, también murieron los principales miembros de la cúpula de Wagner.
En el aparato viajaban también el comandante cuyo apodo dio nombre al Grupo Wagner, el exmiembro de los servicios de inteligencia del ejército ruso (GRU) Dmitri Utkin, y el empresario Valeri Chekálov, considerado el responsable de la logística de la compañía de mercenarios.
La muerte del populista jefe de Wagner ha provocado una oleada de consternación entre sus seguidores, quienes han colocado numerosas ofrendas conmemorativas en varias ciudades de todo el país en su memoria. Los mercenarios de la compañía, habitualmente enmascarados, han depositado velas y flores ante los retratos de Prigozhin y Utkin.
Incógnitas sobre el funeral
Se desconoce de momento cuándo tendrá lugar el funeral del empresario. Los restos de los fallecidos fueron llevados a una morgue de Tver a la espera de su identificación genética en un laboratorio de Moscú. Prigozhin, oriundo de San Petersburgo, podría ser enterrado en la ciudad que vio nacer su emporio con los negocios de apuestas y catering, y donde conoció al presidente ruso, Vladímir Putin, “a principios de los noventa”, según las propias palabras del mandatario. Por aquel entonces el líder ruso era vicealcalde de la ciudad, donde ejercía como supervisor de casinos.
Otras opciones para su funeral son Bakínskaya, en la sureña Krasnodar, donde se encuentra el mayor camposanto de Wagner, y el cementerio de Mytishchi, alzado hace una década a las afueras de Moscú por el Gobierno para dar descanso eterno a altos cargos y otros ciudadanos destacados. Distinguido por el Kremlin con la condecoración al Héroe de la Federación de Rusia, Prigozhin tiene derecho a ser enterrado en su Panteón de los Defensores de la Patria. Salvo que el Kremlin le negase los honores a última hora por su motín del 23 y el 24 de junio, su funeral también incluiría el disparo de varias salvas y otros actos protocolarios.
El aparato del fundador de Wagner, un Embraer Legacy 600, se estrelló minutos después de despegar en las afueras del pueblo de Kuzhenkino, a medio centenar de kilómetros de la residencia de Vladímir Putin. En los últimos 32 segundos registrados de vuelo, el avión comenzó repentinamente a elevarse y bajar de altura erráticamente antes de caer sin control.
La investigación oficial del Kremlin no descarta ninguna hipótesis, desde errores del piloto a problemas técnicos “e influencias externas”, según una fuente del diario ruso RBK, mientras que los servicios de inteligencia occidentales no descartan un asesinato ordenado por el Kremlin. El Pentágono considera que pudo ser un artefacto explosivo introducido en el avión y excluye la versión del impacto de un misil antiaéreo.
El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, aseguró el viernes que las acusaciones contra el Kremlin de la muerte de Prigozhin son “una mentira absoluta”.
Además de la presencia de la cúpula de Wagner y varios guardaespaldas, en el avión se encontraban dos pilotos y una azafata. Los tres eran empleados de la compañía MNT Aero, la cual supuestamente había ofrecido sus servicios a Prigozhin en otras ocasiones. Según Putin, el empresario acababa de regresar de África el mismo día del suceso.
El diario ruso Moskovski Komsomolets ha revelado que el aparato había sido reparado semanas antes de su vuelo fatal en un taller del aeropuerto moscovita de Sheremétievo. Según las fuentes del diario, una pieza de sus motores estaba averiada y su arreglo se demoró por las dificultades para importar otra, a causa de las sanciones. Solo tuvieron acceso el director técnico de MNT Aero y dos ingenieros.
Sin embargo, horas antes de la catástrofe aérea también visitaron el avión dos personas desconocidas a invitación del copiloto que fallecería en el suceso, Rustam Karimov. Según el diario Moskovski Komsomolets, se presentaron como potenciales compradores del aparato de parte de la empresa RusJet y lo ojearon durante aproximadamente una hora.
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