El Ejército israelí mata a 11 palestinos y hiere a más de 100 en la incursión más letal en Cisjordania desde 2005

El Ejército israelí ha matado este miércoles a 11 palestinos ―al menos seis de ellos milicianos y cuatro, civiles― y herido a 102 en una incursión en la ciudad de Nablus, en el norte de Cisjordania, según el Ministerio de Sanidad palestino y testigos. Es la redada más letal desde 2005 en el territorio ocupado de Cisjordania. El pasado enero, ya murieron otros 10 palestinos en una incursión en Yenín, la otra gran ciudad del norte de Cisjordania, bastión de las milicias. La redada desencadenó una escalada de tensión, con dos atentados palestinos en asentamientos en la zona de Jerusalén, entre ellos el más grave contra israelíes desde 2011, con siete muertos. 2023 ha arrancado como el año más sangriento en dos décadas, con 61 muertos palestinos, 10 israelíes y una mujer de nacionalidad ucrania en distintos ataques.

Según fuentes médicas, entre los cuatro civiles fallecidos este miércoles hay un hombre de 72 años y un adolescente de 16. Un varón de 66 años ha perecido en el hospital por la noche a causa de los gases lacrimógenos que inhaló, ha precisado el Ministerio de Sanidad palestino. Siete de los heridos se encuentran, además, muy graves.

Las fuerzas israelíes rodearon la vivienda en la que se encontraban dos milicianos y les exhortaron a rendirse. Cuando se negaron, se desató un tiroteo al que acudieron en ayuda otros palestinos armados. “Estamos en problemas, pero no nos rendiremos. No entregaremos las armas. Moriré como un mártir”, dijo uno de ellos, Islim Abu Baker, en una grabación difundida en las redes sociales.

Tres hombres armados de la misma edad, 24 años, perdieron la vida en el enfrentamiento, según el Ejército israelí, que asegura que “estaban involucrados en ataques con armas de fuego” en Cisjordania y “en el planeamiento de ataques en el futuro inmediato”. En total, las facciones armadas palestinas han contabilizado como suyos seis de los abatidos. Una parte pertenecía a La Guarida de los Leones (Arín al Usud, en árabe), el nuevo grupo armado que ejemplifica la estructura descentralizada y local que prefiere la nueva generación de combatientes palestinos.

La redada tuvo dos elementos poco habituales: duró unas tres horas y fue a plena luz del día. El Ejército israelí suele preferir operaciones nocturnas y más cortas, lo que parece mostrar la oposición con la que se encontraron los soldados. En las imágenes se puede ver a jóvenes locales lanzar cócteles molotov y piedras contra los vehículos acorazados israelíes.

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, ha aplaudido a los “héroes” de los distintos cuerpos de seguridad que participaron en la operación por “eliminar terroristas en Nablus”. “Llegaremos en cualquier lugar a quien dañe al Estado de Israel [...] sin hacer concesiones”, ha señalado en un mensaje en su canal de Telegram.

Abu Ubaida, portavoz del brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezedín Al Qasam, ha advertido a través de Telegram de que “a la resistencia en Gaza [bajo control de este movimiento islamista] se le está agotando la paciencia”, mientras que la Yihad Islámica ha prometido una respuesta “en cualquier momento y desde cualquier lugar”, lo que parece apuntar a ataques con cohetes desde la Franja. Ante las posibles represalias, el Ejército israelí ha reforzado su sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro y la Policía, su presencia en Jerusalén y otras localidades potencialmente conflictivas. Las facciones palestinas han convocado una huelga general para este jueves y llamado a manifestarse frente a los puestos militares de control en Jerusalén Este y Cisjordania.

“Medidas inmediatas”

Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente palestino, Mahmud Abbas, ha pedido al Gobierno estadounidense de Joe Biden que tome “medidas inmediatas” y aplique “presión efectiva” sobre su aliado en Oriente Próximo. El primer ministro palestino, Mohamed Shtayyeh, ha acusado a Israel de intentar trasladar su crisis política interna, a causa de la polémica propuesta de reforma judicial aprobada este martes en primera lectura, al ámbito del conflicto con los palestinos. Desde el pasado diciembre, Israel está gobernado por una coalición del Likud de Benjamín Netanyahu con partidos ultraderechistas y ultraortodoxos, considerada la más derechista en las siete décadas de historia del país.

Por la tarde han comenzado las reacciones internacionales. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha lamentado que los “ciclos mortales de violencia en el territorio palestino ocupado se sigan acelerando, mientras el proceso de paz permanece estancado”, pese a que “las líneas maestras de la solución están en las resoluciones de Naciones Unidas, el derecho internacional y los acuerdos bilaterales” y consisten en el fin de la ocupación y la creación de un Estado palestino. “Lo que hace falta es voluntad política para tomar las decisiones difíciles para [lograr] la paz”, ha subrayado.

El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, se ha mostrado “profundamente alarmado por la espiral de violencia en Cisjordania” y el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, se ha expresado en términos parecidos, dado “el gran número de heridos y la pérdida de vidas de civiles”.

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