Así le hemos contado las reacciones a la dimisión de Liz Truss

Los conservadores cambian el proceso de selección para tener un máximo de tres candidatos | El líder laborista, Keir Starmer, ha pedido que se celebren elecciones generales, ya que “el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos”

Liz Truss tras anunciar su dimisión como primera ministra británica este jueves en Downing Street, en Londres.
Liz Truss tras anunciar su dimisión como primera ministra británica este jueves en Downing Street, en Londres.Kirsty O'Connor (AP)

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Momentos clave

La primera ministra británica, Liz Truss, se ha visto forzada a dimitir este jueves apenas un mes y medio después de tomar posesión del cargo. “Reconozco, dada la situación, que no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador”, ha dicho Truss en una breve declaración en Downing Street. El descomunal revuelo creado por la fallida rebaja de impuestos ha terminado con su brevísimo mandato después de que una mayoría de parlamentarios se rebelaran contra la líder tory. Graham Brady, el presidente del Comité 1922, el órgano que reúne a los backbenchers (literalmente, los diputados de las bancadas traseras, que son los que no ocupan puesto alguno en el Gobierno y han presionado para que la todavía primera ministra anunciara su dimisión esta tarde), ha anunciado que la disputa para ver quién se hace con el liderazgo del Partido Conservador y, por tanto, quien se convertirá en el futuro primer ministro del Reino Unido, terminará el próximo 28 de octubre. Habrá un máximo de tres candidatos, ya que los conservadores han cambiado el proceso de selección y cada aspirante deberá obtener 100 apoyos (en lugar de 20) entre los 357 diputados ‘tories’. El líder laborista, Keir Starmer, ha pedido que se celebren elecciones generales, ya que “el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos”.

La primera ministra británica este jueves en Downing Street.
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Así le hemos contado la dimisión de Liz Truss

La primera ministra británica, Liz Truss, ha presentado su dimisión este jueves tras tan solo 45 días en el cargo. Truss ha afirmado "no ser capaz de llevar a cabo su programa", después de que la presentación de una enmienda a los presupuestos a mediados de septiembre llevase a un hundimiento de la libra y a una explosión de los intereses de la deuda pública que han llevado a varias intervenciones del Banco de Inglaterra, un aviso del FMI y una seria crisis política.

Esta mañana, el grupo parlamentario formado por los diputados que no son parte del Gobierno han avisado a la primera ministra que no contaba con su confianza. Este grupo, el llamado Comité 1922, también es el responsable de dictar las reglas por las que se elegirá al sucesor de Truss. El objetivo es evitar una campaña de dos meses como la que llevó a Truss al 10 de Downing Street: las reglas reducen a como mucho tres el número de posibles candidatos y pretende tener un nuevo líder y primer ministro para el día 28.

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Opinión | Reino Unido aún no es ‘Little Britain’

En uno de los gags más famosos en la telecomedia Little Britain, uno de los personajes que trabaja la atención al cliente de un banco responde inequívocamente a cada una de las consultas con un “computer says no” (el ordenador dice que no) después de introducir los datos en el sistema informático y recibir un mensaje de error. Por Ángel Talavera

Lea aquí la opinión completa.

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Tres de cada cinco británicos quieren que haya elecciones, según una encuesta de YouGov

Una encuesta express realizada por YouGov tras la dimisión de Liz Truss señala que el 63% de los británicos desearía que el próximo primer ministro convocasen elecciones. Solo un 23% daría margen de acción al futuro ocupante de Downing Street, cuyo nombre se conocerá, como muy tarde, el viernes 28 de octubre.

El partido laborista, así como los liberales demócratas y también los nacionalistas escoceses han reclamado elecciones generales. Truss también llegó al poder a través de una moción de censura interna contra Boris Johnson, convocada y gestionada por el partido conservador. Ahora, el proceso sería similar, aunque con matices para que sea más rápido. Es decir, que sería el segundo primer ministro que no pasa por las urnas. Incluso entre las filas tories, un 38% cree que la ciudadanía debe votar mientras que un 52% defiende que el nuevo líder agote el mandato.

Aunque solo ha estado 44 días al frente del Reino Unido, más de ocho de cada diez ciudadanos la describe el mandato de Truss como “terrible” o “pobre”.

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¿Qué ocurre ahora?

Liz Truss llegó al poder gracias a una moción de censura interna que el partido conservador británico realizó a Boris Johnson. Solo 44 días después de su nombramiento, le ha llegado el turno a ella de ser desalojada del poder también por la pérdida de confianza de sus compañeros de bancada. 

Ahora, el encargado de pivotar la sucesión de Truss es, de nuevo, el Comité 1922, que reúne a los diputados conservadores que carecen de representación en el Gobierno; los denominados backbenchers (literalmente, los del banco de atrás). El presidente de este grupo, Graham Brady (en la imagen de Toby Melville para Reuters), ha anunciado este jueves que se necesitarán, como mínimo, el aval de un centenar de los parlamentarios conservadores. Cinco veces más de los que se pedían en el anterior proceso para evitar que haya más de tres candidatos, pues los tories tienen 357 diputados.

Las nominaciones se cerrarán el próximo lunes por la tarde. En el caso de que hubiera más de un candidato, se iniciará una votación online entre los miembros del partido, que como muy tarde concluirá el viernes 28 de octubre.

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La Bolsa de Londres cierra con una subida del 0,27 % tras la dimisión Truss

La Bolsa de Londres ha cerrado este jueves con ganancias generalizadas, con una subida del 0,27%, después de presentar su dimisión la primera ministra británica, la conservadora Liz Truss, tras apenas 44 días al frente del Gobierno.

El índice principal londinense, el FTSE-100, avanzó 18,92 puntos hasta 6.943,91 enteros al término de la sesión, mientras que el secundario, FTSE-250, avanzó el 0,82%, 141,38 puntos, hasta 17.388,93.

En este contexto de turbulencias políticas en el país, la libra esterlina ganaba un 0,11% respecto al euro, hasta 1,1490 euros, y ganaba un 0,69% frente al dólar estadounidense, hasta 1,1287 dólares. (Efe)

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Vídeo | El día que la líder británica perdió definitivamente el apoyo de su partido

Las portadas de la prensa británica de este jueves reflejaban bastante bien lo que fue la jornada del miércoles para la primera ministra, Liz Truss. “Caos”. “Bomba”. “Pelea”. “Para no creer”. “Rota”. Uno de los tabloides incluso sustituía su cara por la lechuga que esperaban que siguiera fresca cuando ella dejara el cargo. Han acertado. Truss no ha podido seguir aguantando ante la evidente pérdida de confianza de sus correligionarios conservadores y ha presentado su dimisión. Por Daniel Castresana

Vea aquí el vídeo completo. 

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Los liberaldemócratas: “Lo último que necesitamos es otro primer ministro conservador”

La líder de los liberaldemócratas, Daisy Cooper, ha pedido también que se celebren elecciones generales: “Después del daño que Johnson y Truss han infligido a nuestro país, lo último que necesitamos es otro primer ministro conservador. Necesitamos elecciones generales y un cambio de gobierno.

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Estos son los nombres que barajan los medios británicos como posibles sustitutos de Truss

Tras la dimisión de Liz Truss como primera ministra del Reino Unido, la jefa de Gobierno más breve de la historia del país tras solo mes y medio en el cargo, se va a abrir un proceso de solo ocho días en el que los diputados y las bases del Partido Conservador van a decidir quién va a ser el próximo líder tory y, por ende, próximo primer ministro del Reino Unido.

Aunque de momento no está claro cómo va a ser el proceso, está previsto que termine el próximo 28 de octubre con una votación que elija al nuevo líder o lideresa del país. De hecho, esta tarde va a volver a comparecer Graham Brady, el presidente del Comité 1922, el órgano que reúne a los backbenchers (literalmente, los diputados de las bancadas traseras, que son los que no ocupan puesto alguno en el Gobierno y han presionado para que la todavía primera ministra anunciara su dimisión esta tarde), para explicar cómo va a ser el proceso de elección.

Aunque todavía no se ha presentado de forma oficial ningún diputado conservador, estos son los principales candidatos para el puesto, según los principales medios británicos y la agencia de noticias Reuters:

Rishi Sunak. Es el ministro de Economía que perdió la batalla contra Truss para liderar a los conservadores el pasado mes de septiembre. El sucesor natural de Johnson, al menos a ojos de muchos tories, sufrió el castigo de los militantes por provocar con su dimisión la caída del primer ministro. Además, al ser el primer contendiente en lanzar su campaña para las primarias conservadoras el pasado mes de julio, con un elaborado vídeo que no podía haber sido improvisado de la noche a la mañana, se convirtió oficialmente en el “traidor” del Gobierno. Según la BBC, Sunak es el principal favorito para suceder a Truss, aunque de momento no ha confirmado de forma oficial que se presentará al proceso de elección.

Penny Mordaunt. Es la líder de la Cámara de los Comunes (equivalente al secretario de Relaciones con las Cortes español, pero con rango ministerial) y en su momento fue una de las candidatas favoritas de los diputados para reemplazar a Boris Johnson. De hecho, fue una de las parlamentarias que se presentó al proceso que concluyó el pasado septiembre con la victoria de Truss sobre Sunak. Al igual que este último, Mordaunt no ha confirmado todavía si se presentará para sustituir a la dimitida primera ministra, pero los medios británicos creen que es una de las favoritas para sucederla. Según una encuesta recogida por la BBC, es la segunda en liza con un 18% de probabilidades, solo por detrás del propio Sunak, al que las apuestas le dan una probabilidad del 36%.

Ben Wallace. Es el ministro de Defensa, es uno de los pocos personajes que han salido de la crisis política con su credibilidad mejorada. Wallace es un exmilitar, que también ocupó el cargo de ministro de Defensa durante el mandato de Boris Johnson, y que ha liderado la respuesta británica a la invasión rusa de Ucrania. Es, también, popular entre sus colegas parlamentarios, y su rechazo a presentarse a las primarias para suceder a Johnson fue una sorpresa para los tories. Wallace, que tampoco ha confirmado de momento su candidatura, dijo entonces que prefería centrarse en su trabajo que entrar en la pelea por el liderazgo conservador. Según las encuestas, es el tercer candidato que más probabilidades tiene, con un 9% de opciones.

Boris Johnson. El ex primer ministro británico, sorprendentemente, es el cuarto político con más opciones para suceder a Liz Truss, a pesar de que él mismo dimitió del cargo el pasado julio tras una espiral de escándalos durante su jefatura en el Gobierno del Reino Unido. Colaboradores de Johnson se han encargado de contar a los medios británicos, como la BBC, que de momento no descarta presentarse, aunque una serie de diputados ya han dicho a varios medios que recelan de que Johnson vuelva a liderar el partido y el Ejecutivo británico tras su tormentosa primera etapa, que terminó con una rebelión tory para apartarlo del puesto. (EL PAÍS)

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Theresa May: “Es nuestro deber brindar un Gobierno sensato”

La ex primera ministra británica y parlamentaria conservadora Theresa May se ha referido al “momento crítico” que atraviesa el país con un mensaje en su cuenta de Twitter: “La primera ministra tiene razón al proporcionar una hoja de ruta para una transición ordenada. Los parlamentarios ahora deben estar preparados para comprometerse. Es nuestro deber brindar un Gobierno sensato y competente en este momento crítico para nuestro país”.

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Biden espera mantener una “colaboración estrecha” con quien sustituya a Truss  

La dimisión de la primera ministra británica, Liz Truss, ha provocado reacciones entre los líderes internacionales que se dividen entre las críticas duras y el apoyo a la mandataria y al Reino Unido.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha agradecido la ayuda de Truss en diversos ámbitos, entre ellos el aumento de la presión sobre Rusia como represalia a la ofensiva en Ucrania. Biden ha afirmado que espera mantener una "cooperación estrecha" con el futuro inquilino de Downing Street. "Estados Unidos y Reino Unido son aliados fuertes y amigos desde hace mucho tiempo, y eso es algo que nunca cambiará", ha subrayado Biden en un comunicado. El mandatario norteamericano confía en trabajar con el líder que salga elegido en Reino Unido la próxima semana, al término de un proceso de selección dentro del Partido Conservador, para poder hacer frente a los "desafíos globales" a los que se enfrentan ambos países. 

El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, ha ahondado en esta idea y ha afirmado que EEUU "siempre ha tenido una relación especial con el Reino Unido sin tener en cuenta la afiliación partidista del presidente o la política de su primer ministro. Eso va a continuar sin importar a quién elija el Reino Unido", ha asegurado Klain. "Vamos a trabajar muy, muy de cerca con quienquiera que suceda a la primera ministra Truss". Esta es también la postura del primer ministro holandés, Mark Rutte. "Acordamos una amplia gama de puntos de vista [con Truss] y estoy deseando trabajar con quien será mi próximo colega. Será el quinto, creo".

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha defendido que quiere "por encima de todo, estabilidad". "A nivel personal, siempre me entristece ver a un colega irse", ha añadido. En la misma línea, el primer ministro irlandés, Micheál Martin, ha defendido que "la estabilidad es muy importante". "Nos gustaría ver al Reino Unido en condiciones de tener un sucesor lo más rápido posible, sobre todo durante estos tiempos en que una gran guerra está en marcha en Europa".

La crítica más aguda ha venido por parte de Rusia. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha aseverado que "el Reino Unido nunca ha conocido a un primer ministro tan vergonzoso", en referencia a Truss. (Reuters) 

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ANÁLISIS EXPRÉS | La alquimia fiscal acaba en vodevil

Por Lucía Abellán

Medir en días —exactamente 44— el mandato de una gobernante elegida por su propio partido para tratar de enderezar el rumbo tras un periodo errático da una idea bastante elocuente de la excepcionalidad por la que atraviesa el Reino Unido. Liz Truss fue el arreglo que los tories consideraron más adecuado para aplacar las turbulencias que caracterizaron la última etapa del Gobierno de Boris Johnson. Abochornados por el histrionismo de ese dirigente, los conservadores británicos decidieron darle las riendas del país a una dirigente votada en primarias por poco más de 81.000 afiliados.

La hasta entonces ministra de Exteriores respondió proclamando al mundo las claves de su pócima secreta para revivir al país: una bajada histórica de impuestos combinada con una notable inyección de gasto que aliviara la factura energética de hogares y empresas. Los mercados respondieron de forma implacable a esa cuadratura del círculo. La sacudida alarmó al partido, que empezó a maniobrar para improvisar un recambio.

La única lección positiva que cabe extraer de este vodevil británico es que la alquimia fiscal resulta irresponsable. Ningún gobernante debería recurrir a las fábulas tributarias -por ejemplo, que rebajar impuestos en un momento de máxima incertidumbre internacional es compatible con aumentar el gasto público y sostenible a medio plazo- para auparse o mantenerse en el poder. Pero la gravedad del marco general británico ensombrece cualquier conclusión esperanzadora. Porque el problema del Reino Unido supera con creces la parte más visible que inunda estos días la prensa europea. Apunta a la descomposición en que puede adentrarse incluso la democracia más sólida del mundo si decide entregarse al populismo. Eso fue el Brexit: la voluntad de romper una arquitectura compleja y poco glamurosa —pero legitimada por la historia, las urnas y los parlamentos— para tratar de recuperar la gloria de un pasado imperial imposible de resucitar. Ojalá sirviera de vacuna contra los excesos políticos en otros territorios vecinos.

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¿Por qué había miles de personas mirando una lechuga? 

Por Pablo León. En medio del caos que ha sido el escueto mandato de la primera ministra británica, Liz Truss, el tabloide Daily Star lanzó el 14 de octubre una emisión en directo con este título: “¿Puede sobrevivir Liz Truss a esta lechuga?”. En el vídeo, un plano fijo enfocaba a un retrato de la política conservadora aledaño a un ejemplar de lechuga iceberg. Este jueves, el vegetal ha ganado; en el momento de la dimisión de Truss había más de 20.000 personas conectadas al canal (como se puede ver en la imagen).

La analogía de la lechuga que inspiró al tabloide parte de un artículo de The Economist. Aunque han pasado 44 días desde que la política tory sustituyera a Boris Johnson al frente del Reino Unido, en un análisis del respetado semanario calculaban que Truss solo había estado de facto en el cargo durante siete días, descontando los festivos por las exequias de Isabel II. Tiempo suficientes para poner la economía al borde de la quiebra con su plan presupuestario (mini-budget); asistir a una depreciación inaudita de la libra; o verse obligada a dar un giro total a sus planes económicos y destituir a su ministro de economía, y fiel amigo, Kwasi Kwarteng. Siete días también es el tiempo que tarda, más o menos, una lechuga en pudrirse.

Mientras el artículo de The Economist apodaba a la primera ministra como Lady Iceberg; en el Daily Star quisieron hacer realidad la analogía: bajaron a un supermercado Tesco, compraron una lechuga (por 60 peniques, unos 0,69 euros), algunos accesorios el vegetal llevaba peluca y a lo largo de los días ha ido adquiriendo ojos, gafas, una taza de café, unos snacks…

Al sexto día de lanzar el vídeo, y tras una sesión de locos en la Cámara de los Comunes, la presión sobre Truss era ya insoportable y este jueves ha dimitido de su cargo. Tras conocerse la noticia, la emisión lechugil proclamaba su triunfo: “Esta lechuga ha perdurado más que Liz Truss”. También anunciaba que, esta tarde, el vegetal dará un discurso. Será a las 18.00 (las 19 en la España peninsular).  

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Liz Truss, la primera ministra más breve al frente del Gobierno británico

Liz Truss ha sido la primera ministra que menos tiempo ha permanecido al frente del Gobierno británico, con un total de 44 días. Antes que ella, el récord lo ostentaba el también conservador George Canning, que dirigió el Ejecutivo del Reino Unido durante 119 días, del 12 de abril de 1827 hasta su muerte por tuberculosis, el 8 de agosto de aquel año. En este tuit, la agencia de noticias AP detalla los primeros ministros que aguantaron menos de un año en el cargo:

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Perfil | Liz Truss, según Liz Truss: el largo viaje hacia el neoconservadurismo

Por Rafa de Miguel desde Londres.

Las turbulencias desatadas en torno a la libra, después de conocerse la rebaja de impuestos anunciada —y luego retirada— por la dimitida primera ministra del Reino Unido, dieron finalmente el golpe de gracia al fallido viaje ideológico de Truss hacia el neoconservadurismo.

A Rishi Sunak, el brillante ministro de Economía que perdió la batalla para liderar a los conservadores contra Truss, le podrían haber dicho lo mismo que, en otro tiempo, en otro país, un veterano dirigente explicó al perdedor de las primarias de su partido, arrollado por un rival mucho más popular: “Desengáñate. A ti te han votado los que te conocen. A él, todos los que no lo conocen”.

La capacidad de adaptación de Truss le había permitido sobrevivir a tres primeros ministros conservadores, ocupar durante todo ese tiempo seis puestos de rango ministerial, y construir de sí misma una imagen de campeona de las causas del Brexit ―del que renegó en un principio― y del neoliberalismo de Margaret Thatcher ―de la que renegó durante su juventud― que sedujo al ala más dura y militante del Partido Conservador. Apenas 81.000 militantes tories auparon al poder a una política que lanzó, con la rebaja de impuestos más radical del último medio siglo, la apuesta más arriesgada posible por retener el poder.

Lea aquí el perfil completo.

En la fotografía, que es de Reuters, la primera ministra británica, Liz Truss, fotografiada a través del cristal durante una entrevista en la BBC en Birmingham, este domingo.

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ANÁLISIS EXPRÉS | Una cuestión de legitimidad 

Por Walter Oppenheimer (Londres). La dimisión de Liz Truss enfatiza el desvarío que sufre el Reino Unido desde el Brexit. Desde 2016, el Partido Conservador se ha ido escorando hacia el nacionalismo inglés de ultraderecha y purgando a los representantes de un conservadurismo moderado, progresista y abierto al mundo. Tras el Brexit, los británicos han tenido cuatro primeros ministros: David Cameron, Theresa May, Boris Johnson y Liz Truss. En una semana llegará el quinto, tercero este año. 

La elección de Truss por las bases conservadoras el verano pasado planteó un problema de legitimidad porque Truss y su rival, Rishi Sunak, acabaron erigiendo su propio programa legislativo, que no solo dejaba obsoleto el que apoyaron la mayoría de los británicos en 2019, sino que se dirigía solo a un electorado minúsculo (150.000 miembros del Partido Conservador), más viejo, más blanco, más rico y más racista que el conjunto del país. 

Ahora la elección la hará el grupo parlamentario conservador, que es un procedimiento mucho más legítimo para elegir a un primer ministro a media legislatura en una democracia parlamentaria, pero plantea otro tipo de legitimidad: la amplia mayoría obtenida en 2019 legitimaba a los tories para elegir al sucesor de Boris Johnson pero la crisis de las últimas semanas (y las brutales encuestas demoscópicas) han hecho trizas esa legitimidad. El sucesor o sucesora de Truss debería comprometerse a convocar elecciones generales lo antes posible. Es decir, en la primavera del año que viene, siguiendo la tradición de convocar a los votantes en mayo. Eso permitiría mantener la gobernabilidad inmediata del Reino Unido, daría a los británicos la oportunidad de pronunciarse en esta crisis, al tiempo que otorgaría al nuevo líder conservador unos meses de respiro y a los laboristas la oportunidad de aspirar al Gobierno no solo por las desgracias ajenas sino por las propuestas propias. 

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Starmer: “El pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos”

El líder laborista, Keir Starmer, ha publicado en su cuenta de Twitter un comunicado en referencia a la dimisión de Liz Truss en el que pide unas elecciones generales, ya que “el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos”. 

Este el comunicado completo:

El Partido Conservador ha demostrado que ya no tiene mandato para gobernar.

Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos. En los últimos años, los conservadores han establecido impuestos récord, han destrozado nuestras instituciones y han creado una crisis del coste de la vida. Ahora, han colapsado la economía tan fuertemente que la gente se enfrenta a un sobrecoste de 500 libras al mes en sus hipotecas. El daño que han hecho tardará años en arreglarse.

Cada una de estas crisis se hizo en Downing Street, pero fue pagada por el pueblo británico. Cada uno ha dejado a nuestro país más débil y peor.

Los tories no pueden responder a su último caos una vez más, simplemente chasqueando los dedos y reestructurando la cúpula sin el consentimiento del pueblo británico. No tienen mandato para someter al país a otro experimento más; Gran Bretaña no es su feudo personal para hacer lo que desean.

El público británico merece una opinión adecuada sobre el futuro del país. Deben tener la oportunidad de comparar el caos de los conservadores con los planes laboristas para solucionar su desorden, hacer crecer la economía para los trabajadores y reconstruir el país para un futuro más justo y más verde. Debemos tener la oportunidad de un nuevo comienzo. Necesitamos elecciones generales, ahora.

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Los conservadores decidirán el 28 de octubre quién es el nuevo líder ‘tory’ y futuro primer ministro del Reino Unido

Graham Brady, el presidente del Comité 1922, el órgano que reúne a los backbenchers (literalmente, los diputados de las bancadas traseras, que son los que no ocupan puesto alguno en el Gobierno y han presionado para que la todavía primera ministra, Liz Truss, anunciara su dimisión esta tarde), ha anunciado hace apenas unos minutos que la disputa para ver quién se hace con el liderazgo del Partido Conservador y, por tanto, quien se convertirá en el futuro primer ministro del Reino Unido, terminará el próximo 28 de octubre. (Reuters)

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El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, ironiza con la salida de Truss 

Por Mar Centenera (Buenos Aires). El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, ha celebrado desde Buenos Aires la renuncia de Truss. "Me enteré que ha renunciado la primera ministra", ha dicho Khan en sus primeras palabras como presidente de la Cumbre Global de Alcaldes C40. "Si hubiese sabido que organizar esta cumbre llevaba a su renuncia la habría organizado antes", ha dicho en tono irónico antes de comenzar a desgranar los objetivos del encuentro para hacer frente al cambio climático durante su discurso.

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Opinión | Y Reino Unido se rompió

Tanto fue el cántaro a la fuente, que al final se rompió. La coalición pro Brexit capturó el sistema político británico en 2016, y ha ido erosionando su credibilidad poco a poco hasta que, como pasa casi siempre, de repente la credibilidad se agotó y los mercados dijeron basta. Las bancarrotas, financieras o políticas, siempre siguen el mismo camino: gradualismo seguido de colapso. Gran Bretaña ha conseguido añadir un nuevo capítulo a la historia de las crisis financieras autogeneradas, a la historia de los cambios de gobierno y de las políticas económicas obligadas por la presión de los mercados. Por Ángel Ubide

Lea aquí la opinión completa.

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Cronología | El mes y medio de Liz Truss: de líder del Partido Conservador a primera ministra dimitida

  • 5 de septiembre. Liz Truss es elegida como líder tory por los afiliados del Partido Conservador tras derrotar a su rival, el exministro de Economía Rishi Sunak.
  • 6 de septiembre. La sucesora de Boris Johnson se convierte en la primera ministra del Reino Unido tras recibir el encargo formal por parte de Isabel II, en el castillo de Balmoral, en las Tierras Altas escocesas.
  • 8 de septiembre. Solo dos días después de que Truss comenzara su mandato, la reina Isabel II fallece en el castillo de Balmoral tras 70 años de reinado.
  • 23 de septiembre. El entonces ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, anuncia una rebaja histórica de impuestos que desata la inquietud y hunde el valor de la libra. El paquete incluía más de 50.000 millones de euros en alivio fiscal en un momento de recalentamiento máximo de la inflación.
  • 26 de septiembre. El Banco de Inglaterra y el Gobierno de Truss intervienen para frenar el desplome de la libra después de que la divisa británica se desplomara a valores desconocidos desde 1971 en su cotización frente al dólar por el paquete de rebajas fiscales.
  • 3 de octubre. Liz Truss da marcha atrás en la rebaja de impuestos e intenta descargar toda la responsabilidad en su ministro de Economía. Entre las medidas anunciadas, está la anulación de la supresión del tipo máximo del 45% del IRPF para las rentas altas después de que el paquete de rebaja fiscal lanzara la libra esterlina y los bonos de deuda pública en caída libre
  • 14 de octubre. Liz Truss retira la mayor parte de su rebaja de impuestos y destituye al ministro de Economía para intentar mantenerse en el cargo. La primera ministra anuncia que mantendrá la subida del Impuesto de Sociedades, prevista para el próximo abril, del 19% al 25%. Durante la campaña de las primarias conservadoras del verano, sin embargo, Truss había prometido que la echaría atrás.
  • 20 de octubre. Truss presenta su dimisión como primera ministra del Reino Unido tras solo mes y medio en el cargo. 

En la fotografía, que es de Jane Barlow, Liz Truss saluda a la reina Isabel II el pasado 6 de septiembre en el Castillo de Balmoral, en las Tierras Altas de Escocia.

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