Jeanine Áñez anuncia su candidatura para las próximas elecciones bolivianas
La presidenta interina de Bolivia forma una alianza de tres partidos para concurrir a los comicios del 3 de mayo
“Quiero dirigirme a las familias bolivianas para informales de mi decisión de presentarme como candidata a las elecciones presidenciales”. Con esta frase, que pronunció ante una reunión del oficialismo el mismo día en que se cerraba el plazo para inscribir las alianzas de partidos ante el Tribunal Electoral, la presidenta transitoria de Bolivia, Jeanine Áñez, causó un terremoto en el proceso electoral en curso. Áñez se postulará por un frente formado por su partido, el Movimiento Demócrata Social (MDS), y dos agrupaciones que acaban de separarse de la alianza que apoyó a Carlos Mesa, el principal retador del expresidente Evo Morales en las elecciones pasadas.
Desde hace días que se hablaba de una posible candidatura de Áñez. El MDS empezó a promoverla luego de no haber podido concretar un acuerdo con el exdirigente cívico, Luis Fernando Camacho, que también se postulará a las presidenciales. Junto a Mesa, Camacho ocupaba los primeros puestos en las encuestas, que también detectaron la fuerte popularidad de Áñez entre los sectores medios y altos de la población. Estos consideran que su “mano dura” contra el partido de Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), resultó necesaria para “pacificar” el país tras la crisis iniciada en octubre.
Camacho fue el primero en salir a criticar a la presidenta. El exlíder cívico de Santa Cruz le pidió a Áñez que "cumpla con su palabra", en referencia a su promesa reiterada de no postularse en las elecciones del próximo 3 de mayo. Áñez había calificado los rumores de su eventual candidatura como "malintencionados", y había asegurado que no aprovecharía de su reciente exposición para quedarse en el poder. “No estaba en mis planes”, dijo la presidenta este viernes como explicación de su cambio de posición.
Otros líderes políticos como el empresario Samuel Doria Medina consideraron la decisión de Áñez como “incoherente”, ya que uno de los principales motivos de las protestas contra Evo Morales fue que competía con ventaja en las elecciones a causa de su acceso privilegiado a los fondos y bienes del Estado. El uso de los recursos estatales en actividades partidarias está formalmente prohibido en Bolivia, pero nunca ha podido controlarse de forma efectiva.
“Algunos encontrarán la medida difícil de entender”, sostuvo la presidenta, que justificó su candidatura por la dificultad que la clase política nacional había encontrado para formar un frente único en contra del MAS, partido al que calificó como “la violencia y los violentos, que ya no tienen espacio en el país”. Áñez presentó su coalición, llamada Juntos Avancemos, como la realización de dicho frente único. Aunque al mismo tiempo invitó al resto de las fuerzas opositoras a Evo Morales a sumarse para lograr un consenso nacional. "Ya no tenemos margen para equivocarnos", sostuvo.
El gesto de Áñez divide a la derecha en dos frentes —el suyo y el de Camacho—, ambos liderados por políticos del oriente del país. Al mismo tiempo, deja sentida la candidatura del centrista Carlos Mesa, ya que dos de sus aliados más importantes, el gobernador del departamento de Tarija y el alcalde de la capital, La Paz, le retiraron su apoyo para revalidar a Áñez. El último, Luis Revilla, es visto como un posible candidato vicepresidencial de la fórmula oficialista. Los voceros de Mesa descartaron cualquier posibilidad de que su alianza de centro se retirase de la contienda.
“Los profundos cambios que ha vivido Bolivia son históricos. Esta campaña mirará al futuro para construir con esperanza", ha dicho Áñez este viernes. "La democracia y la paz han llegado para quedarse. Continuaremos el trabajo de estabilizar y traer certidumbre y tranquilidad a nuestro país”, prometió. En dos meses de mandato, la presidenta pasó de ser una desconocida senadora radical a convertirse en la política con mejores posibilidades de vencer al MAS, que ocupa el primer lugar en las encuestas con alrededor del 30% de la intención de voto, pero tienen un margen muy estrecho para crecer.
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