Luis Arce y David Choquehuanca: un economista de izquierda y un indigenista en el Gobierno de Bolivia
Los ganadores de las elecciones bolivianas del domingo tienen el desafío de renovar el apoyo de las bases históricas del MAS, el partido del expresidente Evo Morales
Luis Arce, ganador de las elecciones de este domingo en Bolivia, según los datos del escrutinio rápido, es un economista de 57 años, nacido en La Paz, que se hizo famoso en el país andino y en América Latina por su papel como ministro de Economía durante la mayor parte del mandato del presidente Evo Morales (2006-2019). Solo interrumpió su trabajo durante dos años para tratarse de un cáncer de riñón que ya ha superado.
Su trabajo como ministro se benefició de los altos precios internacionales de las materias primas. De 2006 a 2014, Bolivia creció a un tasa superior al 5% anual y la pobreza extrema se redujo del 38% al 18%. Muchos creyeron que esta dinámica positiva cesaría en cuanto los precios cayeran. Arce superó esta prueba aumentando el gasto público, de modo que compensó la caída de los ingresos por exportaciones. Bolivia continuó creciendo, aunque con menos rapidez que antes, mientras los demás países sudamericanos desaceleraban. El precio de esta política, que algunos bautizaron “escape hacia delante”, fue unos altos déficit fiscales en el último lustro y la caída de las reservas de divisas.
Arce se apoyó en su reputación para vender durante la campaña electoral la idea de que solo él sería capaz de sacar al país de la terrible crisis económica causada por la pandemia (que dejará para este año un caída del PIB del 7% y un déficit fiscal de más de 13%). “Íbamos por buen camino, pero el golpe de Estado [el año pasado, cuando Jeanine Áñez tomó el poder] nos sacó de él. Tenemos que recuperar la misma dirección”, dijo la noche después de su triunfo. Arce se opone al desmantelamiento de las decenas de empresas públicas creadas por Morales, como querían hacer sus rivales. Una de las grandes interrogantes es cómo financiará estas empresas en las circunstancias en las que se encuentra la economía.
Luis Arce no es un militante histórico del MAS. Entró al partido inmediatamente antes de las elecciones de 2005, que fueron las primeras que Morales ganó (con un resultado igual al que hoy se le asigna a él, 53% de los votos). Pero no era un recién llegado a la izquierda boliviana. En la Universidad había militado en el Partido Socialista, uno de los muchos grupos progresistas bolivianos que desaparecieron con la caída del muro de Berlín. Afirmó más de una vez que creía en el socialismo, aunque “en ningún momento [el Gobierno de Morales] pensó en construir el socialismo de inmediato; no se puede realizar un tránsito mecánico del capitalismo al socialismo, debe haber un periodo intermedio”. Una de sus propuestas es un impuesto a las grandes riquezas del país.
Arce reemplazó a Morales como candidato a presidente -cuando este huyó del país despues de los comicios de 2019- pese a la falta de apoyo de las organizaciones locales y sectoriales del MAS. Lo debe al impulso del expresidente, que, como es normal en el partido, impuso su criterio sobre el resto. El nombre preferido de las bases era otro: David Choquehuanca, excanciller y Morales y finalmente relegado a candidato a la vicepresidencia.
Choquehuanca, aymara oriundo de la zona del Lago Titicaca, es uno de los fundadores el MAS y se lo consideraba el sucesor natural de Morales hasta enero de 2017, cuando fue despedido como ministro después de 11 años. Morales lo alejó para asegurar su propia posición como único candidato presidencial del MAS, en un momento en que ya no podía reelegirse legalmente. Después del desaire, muchos allegados del exministro dejaron el “instrumento político”, pero el propio Choquehuanca se mantuvo dentro de él y siguió siendo muy apreciado por los sindicatos campesinos de origen aymara.
Choquehuanca es un moderado que busca el respeto de los derechos de los indígenas bolivianos y la eliminación del racismo mediante el estudio y la difusión de la “cosmovisión ancestral”, uno de cuyos principios es, según él, el pacifismo. Durante la campaña, prometió que el “entorno” de Morales, al que los indígenas del MAS culpan de los errores cometidos por su Gobierno, no volverá a ocupar los principales cargos del Ejecutivo. El vicepresidente electo antagoniza en particular con su predecesor, Álvaro García Linera.
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