La policía francesa protesta en las calles contra las acusaciones de racismo y violencia
Los sindicatos policiales convocan acciones en todo el país en respuesta a las manifestaciones contra la violencia y racismo policial y reclaman un apoyo explícito del presidente Emmanuel Macron
En plena cólera ciudadana por la violencia policial, las fuerzas del orden protestaron este viernes en toda Francia por lo que consideran una “estigmatización” injusta y una falta de apoyo del Gobierno, que ha anunciado varias reformas en aras de una “tolerancia cero” ante el racismo en la policía y el uso excesivo de la fuerza. Las propuestas han indignado a los uniformados sin lograr tampoco su otro objetivo: aplacar a quienes denuncian la violencia policial y que han vuelto a convocar a manifestaciones este fin de semana.
Representantes sindicales policiales marcharon este viernes, seguidos de un convoy de vehículos, desde el Arco del Triunfo en París hasta la sede del Ministerio del Interior tras un lema contundente: “Pas de police, pas de paix”. Sin policía no hay paz. La frase es además una réplica al “sin justicia no hay paz” gritado por millones de personas las últimas semanas en las protestas contra la violencia policial desatadas a raíz de la muerte del afroamericano George Floyd en Estados Unidos, pero que han tenido réplica en buena parte del mundo, especialmente en Francia.
“Estamos hartos de que se nos estigmatice”, declaró Fabien Vanhemelryck, secretario general de Alliance Police, el sindicato que convocó la protesta ante la sede del ministro Christophe Castaner, a escasos metros del palacio del Elíseo del presidente Emmanuel Macron, cuya atención reclaman ahora los agentes. El mandatario pronunciará un nuevo discurso a la nación el domingo.
“La policía no es racista, la policía hace su trabajo. Reprime cuando tiene que reprimir, y no escoge la delincuencia, ni el color de esta. (La policía) detiene al individuo. Su trabajo también es proteger y salvar vidas, sea cual sea el color de piel de la persona a salvar”, agregó el representante policial un día después de que numerosos agentes realizaran otra protesta simbólica reiterada el viernes en varias ciudades: depositar en el suelo sus esposas delante de las comisarías.
La ira policial alcanzó su punto álgido después de que Castaner anunciara el lunes varias reformas, entre ellas la prohibición de la técnica de inmovilización por estrangulamiento para las detenciones y la suspensión inmediata de los agentes cuando haya una “sospecha probada” de racismo.
Los representantes de la policía, que no niegan los actos racistas denunciados en los últimos tiempos pero que los limitan a hechos puntuales y no a un problema estructural, consideran que esta decisión viola su “presunción de inocencia”. También cuestionan la prohibición de la técnica de estrangulamiento si no se les proporciona alternativas viables para efectuar detenciones de individuos peligrosos. Según los representantes sindicales recibidos el jueves y viernes por Castaner, este habría matizado sus posiciones. Pero la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, recordó el viernes que la “regla general” en la función pública es que, “cuando hay hechos graves, se puede suspender a alguien de forma preventiva a la espera de la sanción disciplinaria”. En un largo —y cuidadoso— comunicado emitido por Interior al término de los dos días de reuniones, Castaner subrayó la noche del viernes que “jamás se ha cuestionado la presunción de inocencia” de los agentes y que la iniciativa es que, “en caso de acto racista, sexista, antisemita o discriminatorio, en el momento en que los hechos estén probados, más allá de la investigación disciplinaria o judicial habitual, se debe prever una medida de suspensión como precaución”.
Las protestas policiales se producen en vísperas de un fin de semana de nuevas manifestaciones en Francia contra la violencia policial. Ante la posibilidad de otra concentración masiva en París, la prefectura de policía ha ordenado el cierre de comercios y restaurantes en la zona de la manifestación —desde la plaza de République a Opéra— a partir del mediodía del sábado.
Según Le Parisien, la manifestación de este sábado en París, organizada por el denominado Comité Adama “para exigir verdad y justicia por Adama y por todas las víctimas de la policía o la gendarmería”, podría reunir a entre 10.000 y 20.000 personas, como ya hizo la primera protesta, el 2 de junio.
Adama Traoré se ha convertido en cierto modo en el George Floyd de Francia. El joven, negro y de 24 años, falleció en 2016 mientras se encontraba bajo custodia policial, sin cámaras que grabasen ni otros testimonios que los de tres gendarmes presentes, en un caso que sigue bajo investigación judicial.
Protesta anticolonial en un museo de París
Las reivindicaciones antirracistas han entrado en los museos. Cinco personas ingresaron el viernes en el museo etnológico Quai Branly-Jacques Chirac de París y trataron de llevarse una reliquia tribal funeraria mientras clamaban contra la colonización de África y la expoliación de sus tesoros. El ministro de Cultura, Franck Riester, anunció una demanda ante la justicia y condenó la acción, que no provocó daños visibles a la pieza, rápidamente recuperada. “Si el debate sobre la restitución de obras originarias del continente africano es perfectamente legítima, en ningún caso justifica este tipo de acciones”, declaró.
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