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Grecia: Así renace Tilos, la primera isla verde del Mediterráneo

Gracias a la financiación europea, la isla se alimenta al 100% de energías renovables desde enero. "Se acabó la época de los apagones", promete la alcaldesa

Para Nana Ileopoulos, la época en la que Europa era sinónimo de troika es un recuerdo lejano. El viento (en este caso no solo en sentido figurado) ha cambiado de dirección. Desde el punto de vista de esta empleada del Alpha Bank de Tilos, ahora Unión Europea significa solo una cosa: la seguridad de que este año la cena de Navidad no será un fracaso porque el pavo se ha quedado a medio asar, como ocurrió en 2018. "¿El último 25 de diciembre? Mejor olvidarlo", ríe la joven. Entonces todo parecía perfecto; la familia estaba reunida y los regalos por abrir. Y de repente, el apagón. "Es lo normal cuando hace mal tiempo. He visto miles", cuenta. Pero aquellas seis horas sin electricidad dieron al traste con todos los planes. El asado se quedó crudo dentro de un horno apagado, y debido a la falta de energía eléctrica, la fiesta se trasladó al día de San Esteban.

Para alegría de Ileopoulos, este año eso no pasará. Gracias a los 12 millones de euros concedidos por Bruselas, desde enero Tilos es la primera isla del Mediterráneo alimentada totalmente con energías renovables. "Se acabó la época de los apagones", promete la alcaldesa Maria Kamma. "El mérito corresponde al viento y el sol", dice riendo Dimitris Zafirakis, profesor de la Universidad de Ática Occidental y director del proyecto, bajo el aerogenerador instalado en la punta norte de Tilos. "Lo pusimos en marcha a principios de año junto con un parque fotovoltaico", explica. Y funciona de maravilla.

Placas solares en la isla griega de Tilos.
Placas solares en la isla griega de Tilos.La Repubblica

La antigua línea eléctrica submarina conectada a la central de gasoil de Kos que garantizaba el suministro hasta hace unos meses, funciona solamente en caso de necesidad. "Así suministramos electricidad limpia y constante a los 300 habitantes de Tilos y a los 31.000 turistas que llegan en verano ahorrando 500 toneladas de combustible al año", asegura Zafirakis. La Unión Europea, cuya institución parlamentaria ha financiado este reportaje, espera que este modelo se reproduzca en todas las islas pequeñas del Mediterráneo.

"La idea de llegar a ser energéticamente independientes se remonta a la década de los 90", explica Kamma. Tilos, una esquina del Dodecaneso alejada de todo, ha sido desde siempre un laboratorio progresista. Fue la primera isla griega en abolir la caza —por ella pasan decenas de aves migratorias en peligro de extinción— y el primer municipio del país en celebrar bodas de parejas del mismo sexo. El tema ambiental era una prioridad cuando la sueca Gretha Thunberg aún no había nacido. "El Gobierno griego lleva 30 años haciendo caso omiso de nuestro sueño, que es tener electricidad ecológica", continúa la alcaldesa. "Por eso, cuando nos enteramos de la convocatoria del programa Horizon 2010 de la Unión Europea, mandamos el proyecto. Bruselas lo seleccionó entre otros 83 para financiarlo".

Todo el mundo tenía claro que había que cortar el cordón umbilical al gasóleo que unía la isla a Kos. "Con que el ancla de un barco arrancase el tramo submarino del cable o se incrustase un poco de sal en los aislantes de la línea, nos quedábamos a oscuras durante horas", cuenta Edi Stefanakis, que trabaja en la agencia de viajes que lleva su nombre. "Una vez, vale, pero cuando pasaba tres, cuatro, o cinco veces seguidas era un desastre para todos".

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La cena de Ileopoulos no es más que la punta del iceberg. "Hace 10 años, después de 70 horas sin luz, tuve que tirar cientos de kilos de carne de las cámaras frigoríficas", recuerda Panagiotis Hatzigiorigiou, el carnicero de la isla. Un desastre porque los suministros, sobre todo en invierno, llegan con cuentagotas. "Soy el único médico que hay en Tilos para atender tanto a las personas como a los animales", denuncia Nikiphoros Kavoukidis, el facultativo del Ejército destinado a la isla por un periodo de seis meses para garantizar la asistencia sanitaria. "Sin electricidad no puedo aplicar los aerosoles a los ancianos ni tengo acceso a los historiales de los pacientes".

Los problemas también afectan al turismo, el oro de la isla. "Tenemos que explicar a todos los turistas por qué en las habitaciones hay linternas y velas, lo cual no es una publicidad demasiado buena", se lamenta Hippokratis Logothemis, de 92 años, que con el dinero que ganó trabajando en Alemania como fogonero compró el mejor hotel de la playa de Eristos.

Ahora que Tilos es autónoma desde el punto de vista energético, las linternas y las velas se pueden guardar en el desván. "Hemos montado un sistema de control inteligente capaz de ajustarse incluso a los picos de consumo del verano", explica Zafirakis. A las casas están llegando los contadores inteligentes que envían información instantánea a la central, donde un algoritmo calcula cuánto producir basándose en las previsiones de viento y sol. "Y en las horas de mayor congestión", añade, "el programa apaga automáticamente las tres bombas de agua de la isla y vuelve a encenderlas de noche".

Las baterías de acumulación, fabricadas en Italia por FZSonick —"un modelo innovador que no sufre con el calor", garantiza Luca Visconti, diseñador de proyectos de la empresa— actúan como reserva contra el riesgo de apagón. "El decreto para las islas menores debería ayudarnos a reproducir en Italia el proyecto de Tilos", señala Mario Vona, director comercial del grupo italiano. "Hemos hecho un estudio de viabilidad para Favignana [Sicilia], pero me parece que ha encallado".

El proyecto tiene un sentido porque "una isla ecológica atrae más turismo", afirma la alcaldesa Kamma. "Después de esta fase inicial, en la que los beneficios van a pagar las inversiones privadas, mi sueño es que las ganancias económicas reviertan en mis conciudadanos". Mientras espera que llegue a Tilos la electricidad gratuita, se conforma con despedirse de los apagones. Por su parte, Ileopoulos ya ha encargado el pavo de Navidad con la seguridad de que, haga el tiempo que haga, el viento y el sol le garantizan un 25 de diciembre sin sorpresas eléctricas.

Traducción: News Clips.

Este artículo se publica en el marco de la alianza de medios LENA.

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