“Hemos llevado a la justicia 105 casos de pederastia en la Iglesia mexicana”
El secretario general de la Conferencia Episcopal mexicana, Alfonso Miranda, exige a los obispos notificar a las autoridades los casos de abuso sexual
La Iglesia mexicana promete haber iniciado la lucha contra la pederastia. Lo hace a viva voz. Una institución que se ha mantenido durante décadas bajo la sombra de resonantes casos de abuso contra menores, se dispone ahora a investigarlos. A dos semanas de haber vuelto de la cumbre del Papa en Roma, Alfonso Miranda, secretario general de la conferencia episcopal mexicana, atiende a EL PAÍS por teléfono y revela los primeros resultados del único registro interno que se ha hecho sobre el tema. “Hemos presentado ante la autoridad civil 105 casos”, dice.
A la reunión con Francisco en febrero, el episcopado mexicano llevó principalmente una solicitud. Mayores capacidades sobre las diócesis, entidades que responden directamente al Vaticano, para poder investigar.
Pregunta. ¿Les otorgó Francisco lo que fueron a pedirle?
Respuesta. Sí, pero no solo a nosotros, si no a todas las conferencias del mundo. La declaración del Papa del 24 de febrero estableció que las líneas guías [disposiciones para tratar los casos de abuso a menores] de las conferencias episcopales pasaban de carácter indicativo a carácter normativo. Aunque todavía falta procesar por parte del Vaticano procedimientos. En México ya hay cuatro comisiones diocesanas abiertas, además del Equipo Nacional para la protección de menores.
P. El pasado 5 de marzo anunciaron que 157 sacerdotes habían sido suspendidos por pederastia. ¿Qué pasó con ellos?
R. Esos son casos solamente en el ámbito canónico que maneja la Nunciatura en Roma. Nosotros, como Conferencia Episcopal, estamos haciendo todavía una labor de consulta en las diócesis, preguntando el número de casos que se han notificado o informado a la autoridad. Del 2010 a la fecha, tenemos 105 casos, 97 sacerdotes y 8 laicos. Hasta ahora tenemos la precisión de 64 diócesis. Faltan 31 de contestar. Tendremos nuestra próxima reunión el 11 de abril y avanzaremos seguramente en los números.
P. ¿Y antes del 2010?
R. Antes del 2010, las diócesis y arquidiócesis tocaban estos temas de acuerdo a las líneas del Vaticano. Lamentablemente, como en muchos partes del mundo, la Iglesia mexicana ha tenido y aún tiene que modificar, cambiar y corregirse por tener una visión no madurada del tema.
P. ¿Van a investigar también a aquellos que encubrieron casos?
R. Vamos a hacer una investigación a través de los laicos especializados con toda la información que se tenga en México. En casos de encubrimiento, tendríamos que hacer un registro, ya sea a través de las denuncias que hagan los laicos y las víctimas, como de la información que tengamos en las diócesis.
P. ¿Han reportado algún abuso sexual a monjas?
R. Ninguna hasta este momento.
En México, las organizaciones y activistas que se dedican a luchar contra la lacra de la pederastia en la Iglesia católica cifran los casos en 550. Además, calculan que solo los abusos de Marcial Maciel, el fundador de la Legión de Cristo, han dejado unas 40 víctimas. Pese a la dimensión del fenómeno, solo ha habido tres condenas en todo el país.
P. Si hubo sentencias judiciales en México, ¿por qué nunca se pidió perdón?
R. La Iglesia viene pidiendo perdón desde el Papa Juan Pablo II en el año 2000, y sucesivamente con los demás Papas. Nosotros pedimos perdón en 2016, en una celebración penitencial en la que hablamos de la vergüenza y el perdón a las víctimas. En diferentes comunicados hemos mencionado el sentimiento de agravio y lo que necesitamos reparar. En vísperas de la reunión en Roma tuvimos entrevistas con víctimas.
P. Nombra a Juan Pablo II, pero algunas víctimas lo culpan a él de haber sabido lo que pasaba con Maciel y no haberlo evitado. ¿Han actuado consecuentemente?
R: Yo digo lo que es público. En el 2000, el Papa Juan Pablo II empezó a pedir disculpas. Entre ese año y el 2002 estalla el caso de Boston, que dio mayor decisión y conocimiento del tema a nivel mundial. En México, el tema del padre Maciel también trajo mucha decisión en 1997, y se abrieron procesos legales y jurídicos hasta la fecha.
P. ¿Cómo debe encarar una víctima una denuncia en el futuro?
R. Sentimos vergüenza por lo que ha pasado en la Iglesia, por los sacerdotes que no han sabido actuar de manera congruente a su fe. Esperamos hacer una reparación a fondo, para que ninguna otra persona sufra o vuelva a sufrir abusos por parte de un clérigo. Tendremos que encontrar la manera de enfrentar esto de acuerdo a la justicia y a las leyes. En el presente no toleramos ningún caso y exigimos a nuestros colegas obispos que notifiquen a las autoridades y que inviten a las víctimas a proceder con las denuncias, contra un sacerdote o un obispo, sin que haya intocables. Finalmente entraremos en este proceso de justicia y lo haremos de verdad.
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