Francia quiere fijar en los 15 años la edad de consentimiento sexual
La falta de una edad mínima para mantener relaciones sexuales ha dificultado los casos de abusos de menores
Francia quiere fijar en los 15 años la edad mínima de consentimiento sexual, de manera que cualquier relación con penetración mantenida con alguien por debajo de esa edad será considerada de manera automática como violación. La propuesta forma parte del paquete de medidas contra delitos sexuales que el Gobierno de Emmanuel Macron empezará a estudiar este mes de marzo; la intención es que la Asamblea Nacional pueda aprobar “antes del verano” un proyecto de ley que incluya también multas para el acoso sexual en la calle —a partir de 90 euros, según se confirmó la semana pasada— y, probablemente también, la prolongación del periodo de prescripción de delitos sexuales contra menores.
Francia era uno de los pocos países europeos que hasta ahora no tenía fijada en su Código Penal una edad mínima para mantener relaciones sexuales consensuadas. La cuestión volvió a ser ampliamente debatida a raíz de la oleada producida por el movimiento feminista contra abusos sexuales #MeToo, que coincidió además con una serie de casos judiciales de menores surgidos a finales del año pasado.
En noviembre, un tribunal francés absolvió a un hombre acusado de haber violado a una niña de 11 años en 2009, cuando él tenía 22 años, a pesar de que la pequeña aseguró que no había sido una relación consentida y de que quedó embarazada. El tribunal estimó que no se había podido demostrar que hubo violación dado que no se dieron los casos de “coacción, amenaza, violencia o sorpresa” previstos hasta ahora por la ley. En un segundo caso, iniciado poco después de este, un hombre de 28 años que había mantenido relaciones con otra niña de 11 fue acusado inicialmente solo de “abuso sexual” y no de violación, aunque la fiscalía acabó elevando a violación la acusación el mes pasado, en medio de una fuerte presión mediática y social.
La diferencia es fundamental. En Francia, la violación está penada con hasta 20 años de cárcel, mientras que para los abusos sexuales la pena máxima está fijada en cinco.
La ley que pretende aprobar el Gobierno de Macron busca acabar con este vacío legal. Si bien pocos en Francia dudaban de la necesidad de fijar una edad mínima de consentimiento, la gran discusión estribaba en cuál debía ser esta. Ministros como la responsable de Justicia, Nicole Belloubet, o el fiscal general de París, François Molins, se habían pronunciado a favor de establecerla en los 13 años. Finalmente, ha primado sin embargo la edad de los 15, tal como proponía el grupo de expertos al que el Gobierno encargó analizar el tema y que presentó el lunes sus conclusiones al primer ministro, Édouard Philippe.
La edad mínima de consentimiento sexual está fijada en países europeos en una horquilla que va desde los 14 años (Alemania, Austria o Portugal, entre otros) a los 16 fijados en países como España, Bélgica u Holanda.
Este martes concluyó con un acto en París el “Tour de Francia de la Igualdad” que la secretaria de Estado para la Igualdad Mujer-Hombre, Marlène Schiappa, principal impulsora del proyecto de ley sobre la violencia sexual, lanzó en octubre para consultar a la ciudadanía sobre estos temas. En total, se han realizado 824 debates y talleres en 18 regiones del país en los que han participado más de 55.000 personas, en su gran mayoría (70%) mujeres, según datos oficiales.
En la ceremonia, Schiappa se felicitó por la gran participación en “la mayor consulta ciudadana jamás organizada por un gobierno” en Francia y manifestó su deseo de que el impulso recibido con el movimiento del #MeToo de liberación de la palabra —“liberación de la escucha”, lo definió la ministra— continúe hasta la implementación de medidas concretas.
Con ocasión del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, Francia celebrará su primer comité interministerial en cuatro años y estará centrado, precisamente, en el debate de una cincuentena de medidas en torno a la paridad en Francia, algo que “no es una guerra de sexos sino un ideal de compartir tareas y objetivos”, subrayó Schiappa.
“Es hora de que en materia de igualdad, el Estado se convierta en motor, en la locomotora para la igualdad entre mujeres y hombres que debería haber sido siempre”, sostuvo.
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