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“Con el carné de la patria sabemos quiénes están con la revolución”

Muchos votantes han jurado ante comandos del Partido Socialista Unido de Venezuela no acatar la abstención convocada por la oposición en las elecciones de alcaldes

Una mujer vota en las elecciones municipales de este domingo en Venezuela.
Una mujer vota en las elecciones municipales de este domingo en Venezuela. NATHALIE SAYAGO (EFE)

Arelis Alemán, una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ingresa en un sistema digital miles de datos de votantes del barrio El Carpintero de Petare, al este de Caracas. "Después de elegir a un alcalde, la gente viene con su carné de la patria para notificar que votó. Nosotros llevamos un control, eso nos permite saber mucho, incluso de las necesidades del pueblo", explica.

El documento de identificación fue creado en enero con la promesa de conceder beneficios sociales a los venezolanos, pero su utilidad ha sido política en los comicios municipales, celebrados el pasado domingo y boicoteados por los partidos opositores Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática. "No olvidemos que durante la jornada electoral debemos garantizar que en los puntos tricolor quede registrado y leído el código QR de nuestro carnet de la patria", escribió Tareck El Aissaimi, el vicepresidente de Venezuela, en su cuenta de Twitter.

En El Carpintero, la orden fue acatada por cientos de votantes. El barrio es uno de los más pobres y peligrosos de la ciudad. Andreina López, una madre de tres niños, dice que está dispuesta a participar en cualquier convocatoria gubernamental. "Así cumpliré con mi país", justifica, mientras admite que el salario de su esposo es insuficiente para competir con la hiperinflación experimentada en Venezuela. Su carné fue escaneado y sus datos incluidos en un sistema electrónico que estuvo coordinado por miembros de los consejos comunales –todos militantes del PSUV– y encargados de la distribución mensual de las cajas de comidas de los CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción).

Como López, otros 1.700 de casi 5.900 votantes del colegio Alberto Ravell, en Petare, habían notificado al partido del Gobierno que no respaldaron la abstención. "El que es escuálido (opositor) no se anota en este registro, pero los que están con el proceso sí. Con el carné de la patria sabemos quiénes están con la revolución", dice Alemán.

Hace ocho días, el presidente había aprobado un bono de Navidad de 500.000 bolívares (6 dólares) para 4 millones de familias que solo puede ser cobrado con la tarjeta de identificación. Muchos aguardaron en largas filas para conseguir el carné.

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática acusa al oficialismo de valerse del "hambre" de la población con fines electorales. En un comunicado difundido después de que el Consejo Nacional Electoral anunciara el triunfo del PSUV en la mayoría de las 335 alcaldías y en la Gobernación de Zulia, la alianza política asegura que la presión gubernamental ha empujado a muchos a votar. "Nuevamente vimos a todo el aparato del Estado abusando de su poder, incluyendo el uso perverso del 'carnet de la patria', para someter la voluntad de un pueblo en situación de extrema necesidad", Más de 16,5 millones de venezolanos están afiliados al carné, según el Ejecutivo.

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El mandatario no descarta una recompensa a los que validaron su voto. "Mala idea no es, aquí el que haya votado con su carné de la patria debe tener un premio de la República, mala idea no es. Deben ser premiados aquellos que participen", ha prometido. Los primeros resultados de los comicios revelaron un 52,7% de abstención.

La maquinaria roja

Maduro no es el expresidente Hugo Chávez. Es una frase repetida en Venezuela desde el comienzo de su mandato, en abril de 2013. La mayor diferencia entre ambos políticos está en la popularidad, el jefe del Estado apenas alcanza un 20% de respaldo.

Así, el oficialismo ha acelerado su maquinaria electoral. Aunque el cierre de campaña fue el jueves, en Caracas había puntos del partido oficialista con propaganda de sus candidatos. Los afiches de José Vicente Rangel Ávalos y de Érika Farías, los aspirantes a las alcaldías de Sucre y de Libertador (en Caracas), estaban pegados en el transporte público, por ejemplo. Muchos de sus seguidores coincidían en que estaban a tiempo de convencer al chavismo decepcionado.

Carmen Ponce, una militante del PSUV, vigila el voto en Petare. "Los que votan por la oposición ni nos miran, pero los chavistas vienen aquí. Nosotros los anotamos en una lista, luego sabemos quiénes faltan por sufragar en la comunidad. Los buscamos en sus casas, hablamos con ellos y vemos qué necesitan, intentamos motivarlos", indica. Ella niega que esta información sea utilizada para excluir a opositores de programas sociales, entre ellos el Clap o las pensiones a jubilados.

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