Encontrados cuatro recién nacidos en cubos con cemento en un apartamento en Japón
La presunta madre de los niños ha confesado haber guardado los restos durante 20 años
Una mujer de 53 años ha sido detenida en la localidad japonesa de Neyagawa (oeste del país), en la prefectura de Osaka, después de que la policía confirmase que guardaba en su apartamento a cuatro bebés recién nacidos dentro de cubos llenos de cemento, según han informado varios medios locales. La mujer, que fue arrestada el pasado 20 de noviembre, ha asegurado haber convivido con los restos de los infantes desde hace más de 20 años.
La detenida confesó en una comisaría de policía que entre 1992 y 1997 dio a luz a cuatro bebés a los que, tras ocultar en cuatro cubos con cemento, guardó en un armario de su apartamento, según ha afirmado un portavoz de la policía a la agencia de noticias France Presse. Los escáneres forenses ya han confirmado la presencia de los infantes en los cubos. El diario japonés The Asahi Shimbun ha informado de que dio a luz en la vivienda y que no comunicó su nacimiento a las autoridades locales.
La mujer ha justificado sus actos aduciendo a la situación económica que tenía en aquel entonces. "No pensé que pudiera costear su educación. No tenía a nadie con quien hablar", ha dicho a los agentes, según ha informado la televisión nipona NHK. No se sabe con seguridad por qué ha decidido confesar el ocultamiento de los cuerpos. Respecto al padre de los niños, la detenida ha afirmado no creer que su pareja de entonces conozca los hechos.
La policía científica tiene por delante la tarea de quitar el cemento para confirmar si los recién nacidos estaban vivos cuando fueron metidos en los cubos o si habían fallecido al nacer. Además, en Japón los delitos por abandono de menores prescriben a los tres años. Por el momento, la mujer ha sido detenida como sospechosa del delito de trasladar los supuestos cadáveres de los bebés desde su anterior residencia a su domicilio actual, un procedimiento habitual al que recurren las autoridades niponas mientras reúnen pruebas suficientes sobre los presuntos homicidios.
Japón, que alcanzó en 2016 su mínimo histórico de criminalidad, ha sido testigo en las últimas semanas de varios casos que han causado un gran impacto social, como el de Takahiro Shiraishi, un joven tokiota de 27 años que confesó haber matado y desmembrado a nueve personas en un período de dos meses.
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