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'IN MEMORIAM'

Fallece Hato Hasbún, un político salvadoreño clave

Participó en la guerrilla salvadoreña y jugó un papel fundamental en los acuerdos de paz del país centroamericano

Hato Hasbún, político clave de El Salvador.
Hato Hasbún, político clave de El Salvador.

El pasado 30 de agosto, fallecía a los 71 años en una clínica de San Salvador, donde había nacido, y tras una dura enfermedad Franzi Hato Hasbún, en ese momento secretario general de la Presidencia del país.

Comenzó su vida profesional como educador en el colegio de los jesuitas Externado de San José, donde estableció una profunda relación con Ignacio Ellacuría, con quien posteriormente pasaría a formar equipo en la UCA —la Universidad Centroamericana—, como educador y como responsable de proyectos de cooperación y relaciones internacionales, desplegando una gran actividad en Europa. En colaboración con la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS, potenció la enseñanza del periodismo en dicho centro.

Era un fiel seguidor del arzobispo Óscar Arnulfo Romero y de Ellacuría. El contacto con ellos y con los jesuitas, Jon Cortina, Jon Sobrino y tantos otros, marcó decisiva e irreversiblemente su vida. Tras el asesinato de la mayoría de ellos, se consagró a prolongar la estela que dejaron. Participó en la guerrilla, en la que asumió actividades diplomáticas y de relaciones internacionales, y se esforzó por propiciar un acuerdo de paz, que parecía inalcanzable.

Logrado este, y como confeso admirador de la Transición española y de la transformación democrática de sus fuerzas armadas, propició la participación de España en el apoyo a los acuerdos de paz y posteriormente en el trabajo de Onusal, la misión de la ONU para su cumplimiento, en la que militares españoles desempeñaron un papel directivo decisivo.

Los acuerdos de paz del 16 de enero de 1992, a los que contribuyó de forma tan discreta como decisiva, hicieron posible la creación, en septiembre de ese mismo año, de un nuevo partido, el FMLN, en el que se integraron los cinco grupos guerrilleros. Este partido (con el permanente asesoramiento de Hato) no tardó en consolidar un amplio apoyo popular, llegando a gobernar la capital, San Salvador, y, posteriormente, el país, con Mauricio Funes primero y con Salvador Sánchez Cerén ahora. Ambos tuvieron siempre en Hato a un colaborador tan eficaz como desinteresado.

Persona con una maravillosa familia, tan querida por él como adorable por los demás por su inagotable capacidad de afecto y acogida, ha sido para cuantos le conocieron un permanente ejemplo de bondad, generosidad, paciencia, lucidez y sentido de la justicia. De él se ha dicho que si hay una razón por la que Dios tiene, por fuerza, que existir es para que pueda tener en su entorno a personas como nuestro maestro, nuestro amigo, nuestro hermano Hato. Es difícil no pensarlo así.

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LUIS CÉSAR RODRÍGUEZ

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