Las fuerzas iraquíes recuperan la sede del Gobierno en Mosul
Los soldados también arrebatan al ISIS la sucursal del Banco Central y el Museo Arqueológico
Fuerzas conjuntas de la policía y el Ejército iraquíes han recuperado este martes varios edificios clave de Mosul, entre ellos la Gobernación provincial, el Banco Central y el Museo Arqueológico. La televisión estatal iraquí ha difundido imágenes de los soldados colocando la bandera nacional sobre lo que queda de los inmuebles, dañados por los combates. Aun así, el valor simbólico del avance es significativo, ya que el Estado Islámico (ISIS) utilizó su captura en 2014 como prueba de su dominio sobre la segunda ciudad de Irak, se hizo con los fondos de la sucursal bancaria y saqueó las valiosas piezas del museo.
El asalto al complejo gubernamental, donde se encontraban las principales sedes oficiales, fue obra de los Grupos de Respuesta Rápida (GRR) del Ministerio del Interior. “Se ha llevado a cabo durante la madrugada y ha durado una hora”, informó el portavoz de ese cuerpo de élite, el teniente coronel Abdelamir al Mohammadawi, citado por las agencias de noticias. No obstante, los milicianos del ISIS han seguido disparando durante buena parte del día, limitando los movimientos de los soldados.
“El combate es feroz porque la mayoría de ellos son extranjeros y no tienen dónde ir”, aseguraba a Reuters el jefe de una unidad de francotiradores de los GRR. Algunos también están tratando de escapar al cerco, según declaró el general Matthew Isler, de la Fuerza Aérea de EE. UU., en la base de Al Qayara, al sur de Mosul, donde se coordina el apoyo aéreo de la coalición internacional a las tropas iraquíes. Isler da la batalla por ganada y califica el contraataque yihadista de “maniobra dilatoria”.
Los GRR se han hecho también la comisaría central de policía y la sucursal provincial del Banco Central, de cuya cámara acorazada el ISIS sustrajo al menos 500 millones de dólares (unos 475 millones de euros al cambio actual). La mayoría de esos edificios se encontraban en desuso, pero uno de ellos albergaba hasta hace pocos días el principal tribunal del ISIS en la ciudad. Notorio por sus crueles sentencias, allí se promulgaba desde la lapidación de los adúlteros hasta la mutilación de los ladrones, pasando por arrojar al vacío a los homosexuales.
Mientras tanto, miembros de la policía federal han tomado el Museo Arqueológico, el segundo más importante de Irak hasta que los yihadistas lo saquearon en 2015. La galería conservaba numerosas estatuas y bajorrelieves de los periodos asirio y acadio, cuyo paradero ahora se desconoce. El ISIS difundió un vídeo en el que se veía a sus huestes destruyendo algunas piezas con mazas, taladros e incluso un martillo hidráulico, so pretexto de que eran “ídolos”. Sin embargo, existen indicios de que la mayoría de las que podían ser trasladadas con facilidad han alimentado el mercado ilegal de antigüedades que ha constituido una de sus principales fuentes de ingresos.
Desde el museo, hay apenas dos kilómetros hasta la mezquita de Nuri, donde el líder del ISIS, Abu Baker al Bagdadi proclamó a mediados de 2014 su califato sobre las regiones que el grupo controlaba tanto en Irak como en Siria y bajo cuya férula llegaron a vivir ocho millones de personas. Esa aljama se encuentra ya dentro de la ciudad vieja de Mosul. Los yihadistas se han parapetado en ese distrito histórico a la espera del asalto final, amparándose tras la población civil, mucho más concentrada en sus estrechas callejuelas. Eso complica el avance de las tropas que a partir de ahora se enfrentan a la etapa más difícil desde que iniciaran la ofensiva el pasado octubre.
Tal vez queriendo capitalizar el éxito militar, el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha viajado a Mosul para visitar a los solados, según ha informado su oficina. Allí se ha reunido con el jefe de las operaciones, el teniente general Abdulamir Rashid Yarallah, y otros altos mandos militares. A continuación, Al Abadi, que es también comandante jefe de las Fuerzas Armadas y vestía de uniforme, se trasladó en helicóptero a las áreas liberadas, aunque no está claro si llegó hasta la orilla occidental de la ciudad.
El río Tigris divide Mosul en dos, de ahí la importancia de los cinco puentes que lo cruzaban y que hoy se encuentran totalmente destruidos. El Gobierno de Al Abadi anunció la recuperación de la ribera oriental a finales del pasado enero tras 100 días de combates. Un mes después, lanzó la segunda fase de la operación, actualmente en curso. Al menos 206.000 personas han resultado desplazadas por los combates, 43.000 de ellas en los últimos días. Quienes aún se encuentran atrapados en la ciudad, unos 700.000 según las estimaciones, se enfrentan a una preocupante escasez de agua potable, según la ONU.
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