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Hollande elige la puerta de atrás para salir del Elíseo

El presidente menos querido de Francia ha empañado sus logros con cuatro reformas impopulares

Carlos Yárnoz

Traicionado en sus propias filas, vapuleado por la oposición y los sondeos y perjudicado por sus contradicciones, el presidente menos querido de la V República aborda la recta final de su mandato como un gran perdedor. François Hollande ha protagonizado una legislatura convulsa en la que cualquier decisión suya era mal percibida. Solo la gestión antiterrorista ha aliviado esporádicamente su pésima imagen.

EL presidente Hollande visita el museo Louvre Abu Dhabi, este sábado en la capital de los Emiratos.
EL presidente Hollande visita el museo Louvre Abu Dhabi, este sábado en la capital de los Emiratos.STEPHANE DE SAKUTIN (AFP)

“Stop al vapuleo a Hollande”. El pasado 20 de noviembre, 62 famosos artistas y deportistas difundieron un manifiesto con ese título para denunciar “el indigno encarnizamiento” contra el jefe del Estado mientras sus logros son “ignorados”. ¿Por qué odian tanto los franceses a su presidente? La respuesta está, una vez más, en la economía.

Hollande llegó al Elíseo con un aguerrido programa socialdemócrata –“Mi verdadero enemigo es el mundo de las finanzas”, afirmó en campaña- y con la promesa de no perjudicar a las clases medias ni erosionar el modelo social. O sea, de no aplicar la austeridad que exigía Berlín ni hacer reformas tan impopulares como la laboral.

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Ha mantenido su palabra en parte. Pese al estancamiento de la economía, un paro en alza y el desequilibrio presupuestario (5,1% de déficit en 2012), Hollande no ha aplicado recortes en Sanidad o Educación ni ha fomentado bajadas salariales. Francia tendrá en 2017, por ejemplo, 60.000 maestros más que en 2012.

Sin embargo, cuatro medidas de corte social-liberal le han hundido ante la opinión pública y le han señalado como un traidor a su programa. A los pocos meses de llegar, aplicó unas subidas fiscales que han costado 35.000 millones de euros a los hogares. Las clases medias han sufrido “un descenso histórico de su poder adquisitivo”, según el Instituto Nacional de Estadística.

Mientras, en 2014 Hollande puso en marcha el llamado Pacto de Responsabilidad, por el que las empresas se han beneficiado con rebajas de impuestos y cotizaciones por valor de 40.000 millones.

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Fue el año en que los socialistas, que controlaban todas las esferas de poder, iniciaron la cadena de catástrofes electorales: perdieron casi todos los principales ayuntamientos, las europeas, las mayorías que tenían en la Asamblea y el Senado, las regionales, las departamentales…

Y pese a la deriva y la revuelta interna con 40 diputados propios a la contra, Hollande aún puso en marcha una tercera medida impulsada por su ministro estrella, Emmanuel Macron, para liberalizar la Economía. Falto de apoyos en el Parlamento, tuvo que sacarla por decreto.

Los hitos de un mandato

6 de mayo de 2012: Hollande gana las elecciones a Nicolas Sarkozy con el 51,64% de los votos.

23 de abril de 2013: El Parlamento aprueba el matrimonio gay.

1 de enero de 2014: Anuncia el Pacto de Responsabilidad con descuentos fiscales de 40.000 millones para las empresas.

24 de agosto de 2014: Expulsados del Gobierno los tres ministros críticos, entre ellos Arnaud Montebourg, de Economía.

19 de septiembre de 2014: Francia inicia ataques aéreos en Irak. Los amplía Siria un año después.

10 de diciembre de 2014: El Gobierno lanza la ley liberalizadora de la economía.

8 de enero de 2015: Doce muertos en el ataque terrorista a Charlie Hebdo. Hollande saca 10.000 militares para vigilar las calles.

13 de noviembre de 2015: 135 muertos en los ataques terroristas a la sala Bataclan y terrazas de París. Desde entonces, estado de emergencia.

12 de diciembre de 2015: Histórico acuerdo de París contra el cambio climático.

31 de marzo de 2016: Arranca por toda Francia las protestas y bloqueos contra la reforma laboral.

10 de mayo de 2016: Valls aprueba por decreto la contestada reforma laboral ante la rebelión de 40 de sus diputados.

31 de agosto de 2016: Dimite el ministro estrella Emmanuel Macron.

1 de diciembre de 2016: Renuncia a ser candidato a su sucesión.

A 15 meses de las presidenciales, el presidente lanzó la cuarta y más impopular de sus inesperadas reformas: la laboral, que sublevó a su ala radical y a los sindicatos, que la pasada primavera dejaron miles de gasolineras sin suministro tras bloquear las refinerías del país.

Lo peor de estas cuatro leves y aguadas iniciativas es que, pese al desgaste originado, no han resuelto los graves problemas de la economía francesa, que sigue anquilosada, con un escuálido crecimiento (1,3% este año) y un paro que apenas baja del 10%. Fracasos que, para colmo, han opacado los logros del mandato.

El denostado Hollande, con un raquítico 4% de apoyo en noviembre, ha sido el primer presidente francés en formar un Gobierno totalmente paritario. Ha sido el primero también en situar a mujeres nacidas fuera de Francia en carteras clave como Educación o Trabajo. Ha aprobado el matrimonio homosexual. Con él, Francia ha conocido otros importantes avances sociales, como ampliar hasta abril la tregua invernal que impide desahucios en los cinco meses de frío.

Se estrenó con una medida populista al bajarse -él y sus ministros- un 30% el sueldo o gravar con un impuesto del 75% las grandes fortunas, si bien tuvo que rectificar por su dudosa legalidad y por su ineficacia demostrada con el exilio fiscal de 4.000 franceses, entre ellos el actor Gérard Depardieu.

Ninguna de esas iniciativas le ha dado rédito alguno. Tampoco otras de alcance mundial, como la Cumbre del Clima de París. Solo la gestión de los atentados terroristas, cuando Hollande se ha presentado ante la nación como jefe supremo de los ejércitos, han sido seguidos de breves mejoras puntuales en la popularidad.

No muchos pueden decirlo, pero él lo ha dejado claro. “He sido honesto”, ha asegurado al anunciar que no será candidato, el primer presidente de la V República en no serlo tras un primer mandato. Listo para tomar el relevo, si primer ministro, Manuel Valls, augura que “se hará justicia a su mandato". Es posible. De hecho, esta semana algunos analistas ya hablan bien del presidente. Claro que solo después de que él anunciara que le van a perder de vista.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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