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La Fundación Clinton, una fuente de tensión para la familia y la campaña presidencial

Correos filtrados muestran la preocupación ante el impacto electoral de la organización filantrópica y su relación con las ganancias personales del matrimonio

La Fundación Clinton ha sido una fuente de tensión entre la familia presidencial y sus asesores personales y los de la campaña de la candidata demócrata a la Casa Blanca, según revelan correos electrónicos robados y publicados esta semana por la organización Wikileaks. Los documentos, publicados por medios estadounidenses, reflejan una telaraña de intereses cruzados y culebrones personales entre las actividades filantrópicas de la organización fundada por la familia Clinton y las ganancias del matrimonio y algunos de sus colaboradores.

Hillary Clinton.
Hillary Clinton.CARLOS BARRIA (REUTERS)

Los correos, como otros filtrados anteriormente, no demuestran un intercambio de favores entre la fundación y Hillary Clinton, como alega el republicano Donald Trump, su rival en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Pero manifiestan la preocupación de los asesores de la candidata demócrata sobre cómo las donaciones millonarias a la fundación y los pagos lucrativos al expresidente Bill Clinton podrían afectar la campaña electoral. También revelan las disputas entre Chelsea Clinton y un asesor de su padre ante el temor de la hija que este pudiera estar aprovechándose personalmente de su cercanía al exmandatario.

“Ella creó este lío y lo sabe”, dice, sobre Hillary Clinton y los lazos con la fundación, su mano derecha, Huma Abedin, en un correo de 2015. En otro correo, el jefe de campaña de Clinton, Robby Mook, defiende que los eventos de la fundación este año sean de bajo perfil para minimizar su posible impacto electoral. Otras comunicaciones muestran cómo la campaña preparó a Clinton para distanciarse de la fundación. La organización anunció en agosto que, si la demócrata es presidenta, dejará de aceptar donativos de Gobiernos y empresas extranjeras.

Durante la campaña, Hillary Clinton ha defendido la labor y la transparencia de la fundación, creada en 1997 por su marido y que tiene un presupuesto de unos 2.000 millones de dólares destinados a proyectos humanitarios, como de lucha contra el VIH o de apoyo a Haití tras el terremoto de 2010.

Los correos filtrados explican que hace unos años Chelsea Clinton contrató una auditoría de la fundación, que mostró cómo algunos donantes “podrían tener la expectativa de beneficios quid pro quo en retorno a un regalo”. Hillary Clinton ha negado, como alega el Partido Republicano, que algunos de los donantes de la organización filantrópica tuvieran un acceso privilegiado a ella durante su etapa como secretaria de Estado del Gobierno de Barack Obama entre 2009 y 2013.

En el caso de su marido Bill, los documentos de Wikileaks dibujan una línea fina entre las contribuciones a la fundación y las ganancias personales del expresidente. En un correo, Douglas Band, asesor de Bill Clinton desde su etapa en la Casa Blanca, explica que el exmandatario ha recibido pagos personales de algunos donantes de la fundación y “muchos regalos caros de ellos”.

La conexión es patente en varios ejemplos citados. Tras conocer Bill Clinton a un alto ejecutivo de UBS en una cena filantrópica, el banco suizo amplió en los años siguientes sus donaciones a la Fundación Clinton, pagó grandes sumas de dinero al expresidente y su mujer por pronunciar discursos y contrató los servicios de una consultoría creada por Band, el asesor del exmandatario.

Por su parte, la organización educativa Laureate International Universities hizo una donación a la fundación y acordó pagar a Bill Clinton 3,5 millones de dólares al año para ser su canciller honorario.

Band explica en un correo de 2011 filtrado cómo combinaba su trabajo para la Fundación Clinton con su consultoría -Teneo- creada ese mismo año y cómo en ocasiones ambas esferas se entremezclaban. Por ejemplo, utilizó una habitación de hotel contratada para un evento de la fundación para reunirse con clientes de Teneo e hizo promoción de su firma en actos filantrópicos de los Clinton.

Los lazos van más allá y también salpican a Hillary Clinton. Declan Kelly, que trabajó como recaudador de fondos para la ex primera dama, es el otro fundador de Teneo. Entre 2009 y 2011, antes de crear esa firma, trabajó para otra consultoría mientras ejercía, sin cobrar, de enviado económico a Irlanda del Norte de la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton. Según un correo de Band, la compatibilidad respetaba las reglas éticas del Departamento de Estado.

La multinacional Dow era uno de los clientes de la consultoría de Kelly. En 2010, Clinton alabó en un acto que la empresa química hubiera creado puestos de trabajo en Irlanda del Norte y agradeció públicamente la labor de Kelly. Más adelante, Dow se convirtió en uno de los principales clientes de Teneo y aumentó sus contribuciones a la Fundación Clinton. En un partido de golf en 2010, Kelly había presentado al expresidente y al consejero delegado de Dow.

Los correos filtrados de 2011 revelan la relación tirante entre Chelsea Clinton y Band, que en un correo explica que ayudó a crear “Bill Clinton Inc.”, el acrónimo sobre una sociedad empresarial. La hija del matrimonio presidencial acusa a los asesores de Bill Clinton de sacar con fines personales “sumas significativas de dinero” de sus padres, de aprovechar los actos de la fundación para promocionar sus propios negocios y de tratar de espiarla a ella.

Las preocupaciones de Chelsea llevaron a la fundación a blindar mejor sus actividades de las del expresidente. Las injerencias de la hija de Bill y Hillary molestaron a Band, que se desahogó en un correo a John Podesta, entonces asesor de la Fundación Clinton y ahora presidente de la campaña de Hillary: “Ella (Chelsea) está actuando como una mocosa niña mimada que no tiene nada mejor a hacer que crear problemas que justifiquen lo que ella está haciendo porque, como ella misma ha dicho, no ha encontrado un camino y carece de un objetivo en la vida”.

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