Policías y vendedores de cerveza acaban a ‘sillazos’ en México
Agentes y comerciantes terminaron a golpes una discusión por la venta de bebidas alcohólicas en Xochimilco, un enclave turístico al sur de la capital
Este domingo, policías y comerciantes de la Ciudad de México acabaron a golpes una discusión originada por un operativo contra la venta de alcohol en Xochimilco, una zona turística al sur de la capital. Durante la pelea, grabada en vídeo, volaron sillas, puñetazos y golpes con un palo. La policía detuvo a 65 personas.
Xochimilco es conocida en todo México por los canales, las chinampas y las trajineras. Un recuerdo de la vieja Tenochtitlán, la gran capital del imperio azteca, Xochimilco es todavía –al menos en parte-, un barrio flotante. Las chinampas son terrones de tierra para cultivar, que los oriundos de Xochimilco armaron en medio de un lago, igual que hicieron los mexicas con Tenochtitlán. Entre las chinampas, los constructores dejaron canales de agua para poder moverse. Hoy, las trajineras son barcazas turísticas, coloridas, cada una con su nombre, que pasean a miles de mexicanos cada semana por los canales.
En los embarcaderos de Xochimilco, los visitantes pueden comprar de todo, incluso contratar bandas de mariachis que amenicen el paseo. Muchos compran cerveza en cantidades industriales, pulque, tequila… Youtube aún se acuerda del naufragio de una trajinera en 2005, cargado de muchachos hasta los topes. Un joven de 20 años murió.
La disputa del fin de semana responde precisamente a las quejas de algunos visitantes por el consumo excesivo de alcohol en zonas no autorizadas. Los agentes llegaron para pedir explicaciones a los vendedores y a estos no les sentó nada bien. Según la prensa local, los comerciantes llegaron a rodear a un agente, lo redujeron, le quitaron su arma reglamentaria y su radio transmisor. Los agentes entonces reaccionaron y acudieron a la trajinera Laurita a rescatar a su compañero. Aunque el vídeo no se escucha muy bien, al cabo de unos minutos se observa como un comerciante y un agente empiezan a empujarse y luego, un minuto después, empieza la lluvia de sillas de la trajinera Jacqueline, trinchera de los agentes, a la Laurita y viceversa. Las sillas, de madera y mimbre, son pesadas.
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