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Bélgica libera al principal inculpado hasta el momento por los atentados

La muerte de heridos eleva los fallecidos a 35, excluidos los tres terroristas suicidas

La investigación de los atentados del 22 de marzo en Bruselas da un paso atrás. La fiscalía belga ha ordenado este lunes la puesta en libertad de Fayçal C., principal inculpado por los ataques que han matado ya a 35 personas, según el último balance. Fayçal C., estaba acusado desde el sábado de liderar actividades de un grupo terrorista, participar en asesinato terrorista y de tentativa de asesinato terrorista. Cargos que han durado apenas 48 horas y que la fiscalía no ha podido sostener por falta de pruebas. Una decisión que ha vuelto a poner bajo la lupa la actuación judicial y ha sembrado la confusión.

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Aunque la fiscalía no lo confirmó oficialmente, Fayçal C. —identificado por los medios de comunicación belgas, que citaban fuentes policiales, como Fayçal Cheffou— se perfilaba hasta este lunes como el “hombre del sombrero”, el tercer terrorista del aeropuerto de Zaventem a quien se ve en los vídeos de las cámaras de seguridad del aeródromo junto a los dos kamikazes, y que huyó sin detonar la bomba que llevaba en la maleta. Pero ayer, poco antes de que se anunciase su liberación, la policía belga difundió un vídeo con el que pedía ayuda a la ciudadanía para identificar al individuo del sombrero, implicado en el doble atentado que se ha atribuido el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés). El tercer terrorista de Zaventem, por tanto, sigue huido.

Fayçal C., de 30 años, que se presenta como periodista independiente y que había afrontado cargos por robo en 2002, había sido denunciado varias veces en 2015 por las autoridades belgas —incluido el alcalde, Yvan Mayeur— por intentar reclutar adeptos para la yihad en un parque de Bruselas que frecuentan los refugiados. El jueves, fue detenido e identificado por el taxista que llevó a los presuntos terroristas al aeropuerto como el eslabón que faltaba. Pero los indicios que llevaron a la inculpación de Cheffou, sobre el que pesaban los mayores cargos lanzados hasta ahora en la investigación, “no se han visto consolidados por la evolución de la instrucción en curso”, según ha reconoció la fiscalía en un escueto comunicado.

La liberación de Fayçal sin cargos y el cómo se ha gestado es un nuevo revés para las autoridades belgas, que ya estaban bajo el ojo del huracán por los graves errores en la investigación antiterrorista. Sobre todo los ligados a dos de los yihadistas del 22-M, Najim Laachraoui, conectado con el 13-N de París y en busca y captura desde diciembre, e Ibrahim El Bakraoui, deportado a la UE desde Turquía y sospechoso de actividades yihadistas. Ambos se hicieron estallar en el aeropuerto de Zaventem el martes.

El revés, por tanto, es mayúsculo. Y más si se tiene en cuenta que no solo fuentes policiales habían señalado a Cheffou como el “hombre del sombrero”. También miembros del Gobierno arremetieron contra él. El secretario de Estado para el Asilo y la Migración, Theo Francken, le tildó en su cuenta de Twitter de “yihadista extremista y repugnante”.

Con Cheffou en la calle, son cinco las personas acusadas formalmente de terrorismo por los atentados del 22-M. Los primeros, Rabah N. y Aboubakar A., detenidos el viernes y acusados de liderar la participación de las actividades de un grupo terrorista. Este lunes, el Ministerio Fiscal belga acusó formalmente a otros tres individuos por participación en grupo terrorista, vinculados previsiblemente a los ataques de Bruselas. Se trata de Yassine A., Mohamed B. y Aboubaker O., detenidos el domingo.

Sigue la búsqueda del “hombre del sombrero”

No obstante, la fiscalía belga, poco acostumbrada a dar explicaciones y que en los últimos días ha afrontado una gran presión, sigue eludiendo facilitar información sobre el proceso “por el interés de la investigación” y ha evitado aclarar el grado de implicación de los inculpados en el 22-M.

Además, derribada la hipótesis sobre Cheffou como el hombre del sombrero, la búsqueda del tercer terrorista de Zaventem continúa. También las dudas sobre la existencia de un segundo terrorista en la estación de metro de Maelbeek, que habría huido después de dejar una bolsa con explosivos, según fuentes de la investigación citadas por los medios belgas.

Pero conforme avanzan los días, los vínculos entre los atentados del 13 de noviembre en París y los del 22 de marzo en Bruselas se refuerzan. También las investigaciones sobre las ramificaciones terroristas de lo que podría ser una única célula, que habría estado preparando otro atentado inminente a las afueras de París y que tendría presencia en otros puntos de Europa. Este lunes, Bélgica pidió la extradición de un argelino detenido el sábado en Italia, sospechoso de elaborar documentación falsa que pudieron utilizar los autores de la matanza de París.

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