Los sondeos a pie de urna pronostican un duro castigo al Gobierno irlandés
Comienza un lento recuento que concluirá el domingo o la semana próxima
Dos sondeos a pie de urna pronostican un importante castigo de los votantes a la coalición de Gobierno irlandesa, que se quedaría lejos de obtener la mayoría en las elecciones celebradas el viernes en Irlanda. El recuento de votos avanza, aunque los resultados definitivos, dada lo complejidad del sistema electoral, no se sabrán hasta el domingo o, incluso, hasta la semana que viene. El primer ministro irlandés, Enda Kenny, admitió que ante los resultados provisionales no sería posible reeditar la coalición entre su partido, el Fine Gael, y los laboristas.
Los irlandeses se han pronunciado sobre el programa de austeridad llevado a cabo por el Gobierno de coalición entre los centristas del Fine Gael (a los que las encuestas a pie de urna otorgan en torno al 25%, diez puntos por debajo de su anterior resultado), y los laboristas, que ha devuelto al país a la senda del crecimiento pero a costa de recortes que se han cebado con los sectores más desfavorecidos.
El propio director de campaña del Fine Gael ha asegurado este sábado que, de confirmarse los pronósticos, se trataría de un “resultado decepcionante” para su formación. Seguiría siendo la más votada pero quedaría lejos de poder repetir la experiencia del Ejecutivo de coalición con los laboristas, a los que los sondeos anuncian un contundente retroceso, del 19,4% cosechado en 2011 al 7,8%. El incumplimiento de sus promesas electorales al entrar en el Gabinete parece que castigará con dureza a los socios pequeños de la coalición, como sucedió en Reino Unido con los liberal-demócratas.
El descenso del apoyo a los partidos del Gobierno abre la posibilidad de la repetición de las elecciones. Y también la de una gran coalición a la alemana entre el Fine Gael y el Fianna Fáil, que gobernó hasta 2011 y que resultaría ahora el segundo partido más votado, con un 22,9% de los votos, a solo cuatro puntos del partido de Kenny. La posibilidad supondría superar una rivalidad que se remonta a la guerra civil irlandesa, hace casi cien años, y los dos partidos la han descartado durante la campaña.
También han descartado formar Gobierno con el Sinn Féin de Gerry Adams, el que fuera brazo político del IRA, transformado ahora en partido antiausteridad, que se convertiría en la tercera fuerza mas votada con un 16% de los votos, siete puntos más que en su ya histórico resultado de 2011.
Enda Kenny todavía puede hacer historia y convertirse en el primer líder del Fine Gael que repite mandato, a pesar de que su partido perdería 10 puntos porcentuales en cinco años, según los sondeos a pie de urna, pasando del 36,1% al 26,1% de los votos. Para hacerlo, tendrá que pactar con sus rivales históricos del Fianna Fáil, que se han alternado siempre con el Fine Gael en el poder, o recurrir a las formaciones independientes.
Este bloque, formado por pequeños partidos antiausteridad y candidatos independientes, podría alcanzar el 30% de los votos. Tendría así una llave para la gobernabilidad del país, pero lo heterogéneo de sus propuestas podría abocar a una Gobierno altamente inestable.
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