Arabia Saudí y Turquía estudian una campaña por tierra contra el ISIS
Riad envía aviones al sureste turco para reactivar la ofensiva aérea contra el grupo yihadista
Ante un eventual alto el fuego a finales de la semana que viene, todas las partes involucradas en el conflicto sirio han apretado el acelerador para no perder posiciones. Entre ellas, Turquía, que ve cómo grupos opositores a los que apoyaba pierden terreno rápidamente. Este sábado un ministro turco informaba del despliegue de cazas saudíes en una base del sur de Turquía y aventuraba la posibilidad de una incursión terrestre conjunta en Siria. Horas después, su artillería disparaba contra posiciones de las milicias kurdas.
“Arabia Saudí desplegará aviones y ha dicho que, si llega el momento en que sea necesaria una operación terrestre, podría entonces enviar soldados”, explicó el titular de Exteriores del Gobierno turco, Mevlut Çavusoglu. En la tarde del sábado, entre 15 y 22 cazas, según diversas fuentes no confirmadas de manera oficial, aterrizaron en la base aérea de Incirlik, en el sur de Turquía, desde donde Estados Unidos dirige parte de sus operaciones contra el Estado Islámico (ISIS), a las que se unirán estos aparatos saudíes. “Arabia Saudí visitó la base para examinarla y declaró su determinación (en la lucha) contra el ISIS, diciendo que están preparados para enviar cazas y tropas”, explicó el jefe de la diplomacia turca, matizando que todavía no hay nada concretado en cuanto a una incursión en Siria: “Si tenemos estrategia, Turquía y Arabia Saudí podrían lanzar una operación terrestre”.
Si bien oficialmente el despliegue se integra en el operativo de la coalición dirigida por EE UU contra el Estado Islámico, de la que tanto Turquía como Arabia Saudí forman parte, este hecho se interpreta como un intento de ambos países de incrementar su poder militar y de presión sobre la situación en Siria, donde sus enemigos —el Gobierno de Damasco, Rusia e Irán— han dado un vuelco al equilibro de fuerzas en los últimos meses.
No en vano, ayer, la artillería de las Fuerzas Armadas de Turquía alcanzó la localidad de Menagh, 13 kilómetros al sur del paso fronterizo de Bab al Salama y en el norte de la provincia de Alepo. Fuentes del Ejecutivo turco confirmaron el bombardeo de su Ejército; mientras en su cuenta de Twitter el partido kurdo de la Unidad Democrática (PYD) especificó que se trató de un ataque contra el aeropuerto militar de la localidad. La plaza fue arrebatada esta semana a grupos islamistas de la oposición siria por milicias adscritas a las fuerzas kurdas, aprovechando el avance en esa dirección de las tropas del régimen, que los rebeldes presentes en la zona —en su mayoría de corte salafista— han tratado de contener sin demasiado éxito.
Una fuente del grupo salafista sirio Ahrar al Sham explicó a este diario que los kurdos están aprovechando los bombardeos rusos para avanzar a la par que el régimen y aseguró que, desde la noche del viernes, han atacado la localidad de Azaz, a tan sólo seis kilómetros de la frontera con Turquía. “Con bombardeos desde la frontera, Turquía no va a detener el avance del PYD o del régimen. Nos tienen que entregar armas antiaéreas”, exigió, a la vez que denunció el avance kurdo como “un plan de Estados Unidos”.
Horas antes de esta acción militar, el primer ministro turco, el islamista Ahmet Davutoglu, había asegurado que a su Gobierno no le temblaría la mano en caso de tener que atacar a las fuerzas kurdo-sirias si éstas “amenazan” la frontera turca. Las Unidades de Defensa Popular (YPG), dependientes del PYD, se han demostrado como uno de los principales aliados de EE UU en su intento de derrotar al ISIS, pero Ankara no está dispuesto a tolerar que se ayude a esta milicia, que mantiene lazos con el grupo armado PKK, activo en Turquía y considerado terrorista por la OTAN, la UE y Washington. “Esperamos una posición clara y nada ambigua de Estados Unidos, a los que consideramos nuestros aliados”, advirtió Davutoglu.
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