Un tercio de los chinos se plantea tener un segundo hijo
Una encuesta revela el enorme escepticismo ante la abolición de la política del hijo único
El ratón Mickey, cuya empresa matriz, Disney, planea inaugurar un parque temático el año próximo en Shanghái, está dando palmas con sus grandes orejas. Otras empresas de productos infantiles en China, que han visto subir como la espuma su cotización en Bolsa, también. El régimen chino ha planteado la abolición de la política del hijo único como una iniciativa que beneficiará a la economía del país y de la que podrán aprovecharse 90 millones de parejas, tras 4 décadas de duras críticas a su estrategia de natalidad. Pero los ciudadanos de a pie, los responsables últimos de engendrar esos 4 millones de hijos anuales que calculan las autoridades, se muestran bastante más escépticos.
Una encuesta en línea organizada este viernes por el portal Sina, y en la que han participado más de 160.000 personas, encuentra que solo un 29% está dispuesto a aprovecharse de la eliminación de la política. Un 43% declara rotundamente que no lo hará. “Tener un segundo hijo es tan caro”, se queja Wang Weiyi, de 32 y empleada en el departamento de Recursos Humanos de una multinacional. “Habría que buscar un apartamento más grande, pagar dos matrículas escolares… Ni me lo planteo”.
Los expertos están, en general, de acuerdo en que el cambio de política llega demasiado tarde. Según Jeremy Lee Wallace, de Cornell University, “es poco probable que la tasa de fertilidad vaya a aumentar drásticamente de tal modo que atenúe el rápido envejecimiento de China. La tasa de natalidad ya estaba cayendo antes de que se pusiera en marcha esta política, y las encuestas apuntan que pocos padres creen hoy día que se puedan permitir un hijo más en las costosas áreas urbanas”.
La relajación de 2013 tuvo unos resultados decepcionantes y apenas fue aprovechada por 1,5 millones de 11 millones de parejas posibles hasta junio pasado. En total, en 2014 se registraron 16,78 millones de nacimientos, una cifra no muy superior a los 15,92 millones de 2010.
El demógrafo He Yafu considera que será más fácil convencer a las parejas de que tengan un segundo hijo si se adoptan medidas adicionales que puedan facilitar la vida a las familias urbanas. “Se debería reducir impuestos a las familias con más de dos hijos, y aumentar los permisos por maternidad”, apunta.
Pero la Comisión Nacional de Sanidad y Planificación Familiar ha optado por unos cálculos optimistas. Según sus estimaciones, la medida debería permitir que para 2050 se hayan incorporado a la fuerza laboral 30 millones de trabajadores extra, que ayude a compensar los cerca de 400 millones de jubilados que la ONU calcula tendrá el país para entonces.
“Se espera que tras el ajuste, el número de nacimientos aumente, con más de 20 millones de nacimientos anticipados en uno de los años de mayor concentración”, ha declarado el subdirector de la Comisión, Wang Pei’ an. Este organismo calcula que para 2030, la población china, de 1.361 millones en 2014, alcance los 1.450 millones de personas, en lugar de los 1.390 que calcula la ONU.
En parte, sus cálculos se basan en que, según aseguran, la mayor parte de las cerca de 90 millones de parejas a las que aún afectaba la prohibición residen en el campo, donde culturalmente siempre ha habido mayor interés en tener más hijos.
El profesor de la Universidad de Pekín Liang Jianzhang calcula, según ha explicado al diario oficial Securities Times, que se producirán 2,5 millones más de nacimientos anuales en los próximos años, lo que supondrá una inyección económica -asumiendo un gasto medio por hijo de unos 30.000 yuanes anuales, o unos 4.500 euros- de más de 11.000 millones de euros en momentos en los que se reduce el crecimiento del PIB chino.
Aun asumiendo que los cálculos del profesor sean optimistas, la posibilidad de un aumento, por relativo que sea, de los nacimientos ha disparado la cotización en Bolsa de las empresas dedicadas a los productos infantiles. La compañía de alimentación y productos lácteos Bright aumentaba un 5,23% el valor de sus acciones, mientas que la fabricante de leche maternizada Beingmate subía un 10%.
Y ninguna más feliz que Disney, que el año que viene inaugurará en las afueras de Shanghái su primer parque temático en territorio de la China continental. Su consejero delegado, Robert Iger, declaraba este viernes medio en broma y medio en serio que el anuncio ha llegado “en un buen momento. Los niños son buenos para Disney”.
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