Palestina gana presencia internacional frente a Israel gracias al fútbol
La selección disputa su primer partido oficial en Jerusalén Este ante un equipo árabe
La selección nacional de fútbol de Palestina saltó este martes al terreno de juego de estadio Al Huseini, junto al muro de hormigón que divide Jerusalén Este, en medio de la mayor tormenta de arena registrada en Oriente Próximo en varios años. Las autoridades israelíes recomendaron no practicar deporte al aire libre para evitar daños respiratorios, pero los jugadores palestinos no quisieron desaprovechar la oportunidad de jugar por primera vez en casa en competición oficial con un equipo árabe, el de Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El empate a cero con el poderoso conjunto del Golfo con el que se cerró el encuentro beneficia aparentemente a la selección local en la pugna por clasificación para el Mundial de Rusia en 2018. El equipo se reforzó para la ocasión con cuatro jugadores residentes en Chile, país que cuenta con más de medio millón de habitantes de origen palestino.
Pero al margen de los resultados deportivos, el órdago lanzado en mayo a Israel en el congreso de la FIFA por el presidente de la Asociación Palestina de Fútbol, Yibril Rayub, empieza a reflejar también un marcador favorable para los intereses de la política exterior palestina.
Tras la amenaza, retirada en Zúrich en el último minuto, de someter a votación en la asamblea que rige el fútbol mundial una moción para suspender la participación de Israel en los torneos internacionales, la selección palestina ha podido volver a jugar en casa con normalidad en competiciones oficiales.
Tras haberse enfrentado en 2011 a Afganistán también en el estadio Al Huseini, ahora ha recibido al equipo de EAU, que junto con Qatar mantiene relaciones de bajo perfil con el Estado judío, sin llegar al establecimiento de relaciones diplomáticas. Palestina se dispone a jugar en casa en octubre con el equipo de Arabia Saudí con el objetivo de obtener una plaza para el Mundial de Rusia.
Pero sobre todo intenta seguir ganando proyección internacional para salir del aislamiento forzado por casi medio siglo de ocupación israelí en Cisjordania y Jerusalén Este, y por el bloqueo de Gaza, que afecta en particular a los jugadores de la selección nacional procedentes de la Franja. Las restricciones a la libertad de movimientos de los clubes gazatíes para disputar partidos en Cisjordania fue una de las principales razones aducidas para presentar la sanción internacional contra Israel de la FIFA.
Hace dos semanas se reunió por primera vez el comité conjunto palestino-israelí creado en mayo a cambio de que Rayub retirara la propuesta de sanción al fútbol de Israel. El órgano de mediación lo preside el exministro sudafricano Tokyo Sexwale, un colaborador de Nelson Mandela con el que compartió la cárcel en la lucha contra el apartheid. Sexwale dirige hoy una ONG contra el racismo en el deporte y aspira supuestamente a suceder a Sepp Blatter, acorralado por los escándalos de corrupción, al frente de la FIFA. “Como ha ocurrido en mi país, estoy convencido de que el poder del deporte servirá para unir a la gente”, dijo el exdirigente tras reunirse con los responsables de las federaciones palestina e israelí. Aludía a la histórica victoria sudafricana en la Copa Mundial de Rugby de 1995, un éxito deportivo que contribuyó a la reconciliación entre blancos y negros tras décadas de discriminación racial.
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