La UMP de Sarkozy frena a Le Pen en las elecciones departamentales
El partido que lidera el expresidente francés se impone en la primera vuelta con el 30% de los votos, por delante del FN y de los socialistas
La Unión por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados centristas han conseguido frenar el auge de la ultraderecha en Francia. El partido de Nicolas Sarkozy fue ayer el más votado en la primera vuelta de las elecciones departamentales con alrededor del 30% de apoyos, según las proyecciones con más del 80% de votos escrutados. Impide así que el Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, que obtuvo alrededor del 25% de los sufragios, se consagre como la primera fuerza del país tras haber ganado las europeas el año pasado. Los socialistas y sus aliados evitaron el anunciado derrumbe que pronosticaban las encuestas. Las mismas proyecciones les asignan aproximadamente el 20% de los votos y un fracaso menor del esperado.
Los franceses han optado por pasar del tradicional sistema político bipartidista a otro tripolar
“La extrema derecha no es la primera fuerza política de Francia y yo me felicito por ello”, afirmó con solemnidad el primer ministro, Manuel Valls, minutos después del cierre de las urnas. También Sarkozy mostró su satisfacción por haber cerrado el paso a la ultraderecha, a la que los sondeos de estos meses coincidían en dar la victoria. El expresidente agregó que su partido no suscribirá ningún acuerdo “ni a nivel local ni nacional” con el FN. Pero también precisó que solo aconsejará no votar ni al PS ni a la ultraderecha.
El triunfo de Sarkozy, el mayor de su formación en este tipo de elecciones, refuerza su liderazgo. Se trata de los primeros comicios después de que el expresidente se hiciera el otoño pasado con las riendas de su partido. Sarkozy sostuvo anoche que el resultado de las elecciones demuestra “el deseo de los franceses de un cambio claro” en el poder. Ahora, dijo, “se dan ya las condiciones para ese cambio masivo” en los departamentos.
Para evitarlo, Valls hizo un llamamiento a todas las fuerzas de izquierda para unirse en la segunda vuelta de los comicios, que se celebrarán el próximo domingo. La movilización de los electores ha beneficiado a los socialistas —la participación rondó solo el 51%, aunque nueve puntos más de lo previsto—, pero les ha perjudicado la presencia de diferentes candidaturas de izquierda, como los comunistas o los verdes. Toda la izquierda unida hubiese obtenido alrededor del 37% de las papeletas.
Valls hizo un llamamiento a “la movilización” para evitar que la ultraderecha pueda conseguir un buen resultado en la segunda vuelta. “Llamo a todos los republicanos a hacer frente a la ultraderecha”, a “votar a un candidato republicano”, es decir, a cualquiera menos al FN.
Pese al freno al avance de la ultraderecha, los resultados demuestran que el nuevo mapa político francés es ya tripolar, radicalmente diferente al bipartidismo que ha dominado la vida del país en el último medio siglo. El temblor que Francia sufrió el pasado mayo cuando el FN resultó el partido más votado en las elecciones europeas (25% de los votos) se mantiene hoy activo. El partido de Marine Le Pen ha mostrado que ha logrado una amplia implantación en todo el territorio Eso sí, también resulta claro que ha tocado techo en el creciente apoyo ciudadano.
En esta convocatoria se elige a 4.108 consejeros, dos en cada uno de los 2.054 cantones distribuidos por 98 departamentos o provincias (todos, salvo París y Lyon, donde no se celebran estas elecciones). Después, los consejeros designarán al presidente de cada departamento. Las proyecciones adjudican al partido de Sarkozy cerca de 60 departamentos —hoy tiene unos 40—, mientras la izquierda perdería hasta 20 de los 61 que tiene ahora. Las candidaturas de izquierda han sido eliminadas para la segunda vuelta al menos en 500 cantones. En más de 200, el FN fue el partido más votado incluso con más del 30% y hasta el 40% de votos en muchos casos. Es el mejor resultado de su historia en las departamentales.
La campaña de Le Pen la ha financiado un banco ruso con un préstamo de nueve millones —las entidades francesas no le dan dinero—. La líder ultraderechista se mostró muy satisfecha pese a la “violenta campaña” que dijo haber sufrido y agregó que el próximo domingo sus seguidores escribirán “una nueva página para llevar al poder a una nueva generación”.
Su jefe de campaña y secretario general del partido, Nicolas Bay, de 37 años, comentaba en su despacho a este periódico el pasado viernes: “Un día podemos ganar el Elíseo. La primera medida que tomaríamos sería la de renegociar el Tratado europeo. El actual nos impide proteger nuestras fronteras frente a la competencia, los flujos migratorios, nacionalizar un sector industrial estratégico... Queremos una Europa basada en Estados-nación que cooperan de forma soberana”.
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