Miles de rusos se manifiestan contra la caída de Yanukóvich hace un año
El movimiento Antimaidán, creado hace un mes, está apoyado por los motociclistas, asociaciones cercanas al Kremlin y La Joven Guardia del gubernamental Rusia Unida
Miles de personas participaron en las marchas y mitines celebrados esta mañana en numerosas ciudades de Rusia contra los sucesos ocurridos en Kiev, la capital ucrania, hace un año, que culminaron en la defenestración del entonces presidente del vecino país, Víktor Yanukóvich, en las movilizaciones conocidas como Maidán.
El movimiento Antimaidán, creado hace un mes, fue el organizador de las manifestaciones, que fueron apoyadas por decenas de organizaciones entre las que destaca el movimiento de motociclistas ruso y asociaciones cercanas al Kremlin, como Rusia Joven o La Joven Guardia del partido gubernamental Rusia Unida.
El líder de los moteros, Alexandr Zaldostánov, fue uno de los que encabezó la marcha en Moscú --junto a Oleg Tsariov, presidente del parlamento de Novorrosia, estructura esta última que une a las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk--, la que poco antes de comenzar había reunido a unas 20.000 personas, el doble de lo previsto por los organizadores cuando pidieron el permiso correspondiente a la alcaldía capitalina. Después la policía informó de más de 30.000 participantes.
El principal lema de las manifestaciones fue "A un año del maidán: ¡No olvidaremos, no perdonaremos!". Gran parte de la población rusa considera que la caída de Yanukóvich fue inspirada por fuerzas enemigas de Rusia y culpa a Kiev de la guerra desatada en el este de Ucrania, que se ha cobrado más de 5.600 vidas.
El movimiento Antimaidán se creó para combatir los posibles intentos de "importar una revolución de colores" a Rusia. Nikolái Starikov, que es considerado su ideólogo, sostiene que las multitudinarias manifestaciones de protesta celebradas a fines de 2011 a raíz de las elecciones parlamentarias constituyeron el primero de los intentos de organizar una de esas revueltas que en otros países de la desaparecida Unión Soviética condujeron a la caída del régimen.
Starikov --un historiador de 44 años, conservador, nacionalista y antiliberal, que opina que Stalin desempeñó un papel positivo para el desarrollo de Rusia-- ha creado también el partido Velíkoye Otéchestvo (La Gran Patria) y está convencido de que hay que utilizar la fuerza contra los que desean desestabilizar el régimen, es decir, contra la oposición extraparlamentaria.
En la marcha que comenzó en la calle Petrovka para terminar en un mitin en la plaza de la Revolución, frente al teatro Bolshói, participaron unas 30.000 personas, según estimaciones de la policía. Entre las pancartas, había numerosas en apoyo a Putin y otras que llamaban a "luchar contra la quinta columna". Además de en Moscú, hubo manifestaciones antimaidán en numerosas otras ciudades rusas, comenzando por Vladivostok, en el Extremo Oriente del país.
La crisis de Ucrania y la subsiguiente guerra en el este de ese país ha tenido un efecto colateral en la sociedad rusa, y es que, como consecuencia de los nuevos ánimos imperantes, han levantado cabeza una serie de nacionalistas reaccionarios que antes eran completamente marginales. De momento, no constituyen un problema para el Kremlin, pues actúan como sus más enérgicos defensores, pero algunos observadores temen que en el futuro estas fuerzas pueden escapársele de las manos.
Mientras, la oposición liberal extraparlamentaria decidió aceptar el ofrecimiento hecho por la alcaldía moscovita de organizar el mitin previsto para el 1 de marzo en los suburbios de la capital rusa. Los opositores habían pedido permiso para manifestarse en el centro de Moscú, pero las autoridades urbanas se lo denegaron y les ofrecieron a cambio reunierse en Márino, distrito ubicado en el extremo sureste de la ciudad.
Borís Nemtsov, ex viceprimer ministro bajo la presidencia de Borís Yeltsin y uno de los líderes del Partido Republicano PARNAS, declaró que al final habían aceptado realizar el mitin en Márino porque lo importante no es el lugar de su celebración sino las exigencias que se le harán en él al Kremlin.
Alexéi Navalni, el principal dirigente opositor al régimen actual, no podrá participar en esa manifestación, ya que el jueves pasado fue sentenciado a 15 días de detención administrativa por haber repartido en el metro de Moscú, sin tener la autorización correspondiente, octavillas en las que llamaba a acudir al mitin.
También estarán ausente de la manifestación los seguidores del partido liberal Yábloko. "No iremos. Consideramos que es una burla [de parte de la alcaldía]. La próxima vez nos enviarán al bosque", declaró su presidente, Serguéi Mitrojin.
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